El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sorprendió el último jueves cuando anunció un indulto a todos los condenados por posesión de marihuana. Asimismo, instó a las autoridades sanitarias y judiciales a repensar las penas asociadas al cannabis.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sorprendió el último jueves cuando anunció un indulto a todos los condenados por posesión de marihuana. Asimismo, instó a las autoridades sanitarias y judiciales a repensar las penas asociadas al cannabis.
La medida que fue ampliamente celebrada en las redes sociales, también despertó varias críticas entre los movimientos en favor de la despenalización de la marihuana.
En diálogo con A24.com, Victoria Litman, abogada especializada en cannabis de la Universidad de Nueva York, manifestó que “esta es una acción que Biden podría haber hecho en cualquier momento durante su presidencia, aunque esperó hasta que fuera políticamente útil”.
La decisión del líder estadounidense ocurre a menos de un mes de las elecciones legislativas de mitad de mandato donde buscará ampliar la presencia del Partido Demócrata en el Congreso.
Según estadísticas aportadas desde la Casa Blanca, el indulto alcanzaría alrededor de 6.500 personas que se encuentran condenadas por las normas federales. Sobre este punto, Litman destacó que “es algo positivo”, aunque consideró que “es demasiado tarde” y “mayoritariamente a nivel nacional”.
“Además, esto no se aplica a las personas indocumentadas, la posesión de cannabis sigue siendo un delito que conlleva la deportación”, denunció la integrante de la International Cannabis Bar Association (Asociación internacional de abogados por el cannabis), en contrapunto con la afirmación de Biden que aseguró que “estas nuevas medidas rectifican los procesos penales que afectan desproporcionadamente a las minorías étnicas”.
Por su parte, el director de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes de Marihuana (NORML, según sus siglas en inglés), Erik Altieri, aseguró que les “complace que el Presidente aliente a los gobernadores a garantizar que las decenas de millones de estadounidenses con condenas a nivel estatal por delitos pasados relacionados con la marihuana finalmente puedan seguir adelante con sus vidas”.
En tal sentido, el titular de la organización fundada en 1970 explicó que “desde 1965, casi 29 millones de estadounidenses han sido arrestados por infracciones relacionadas con la marihuana”.
Sobre el futuro de la legislación, Altieri aseveró que “el Gobierno deberá trabajar, en colaboración con los líderes del Congreso, para derogar las fallidas leyes de criminalización” del cannabis.
Consultada por cómo imagina que debería ser la nueva política respecto a la marihuana, Victoria Litman enumeró las principales demandas a las que debería dar respuesta: “Desclasificar el cannabis a nivel federal y dejar a los estados como principales reguladores del mismo, y eliminar las barreras federales que impiden que los mercados estatales de cannabis puedan prosperar, incluidos los bancos, los impuestos y el comercio interestatal”.
Asimismo, manifestó que la Food and Drug Administration (FDA) debería “limitar su jurisdicción sobre la marihuana y designarla como GRAS (Generally recognized as safe)”. ‘Generalmente reconocido como seguro’ es la designación que indica que una sustancia es considerada segura por los expertos sanitarios en las condiciones de su uso previsto.
Además, la abogada con una maestría de la Universidad de Georgetown requirió que el rol de la FDA debe ser el de “desarrollar un camino claro para que nuestros programas de cannabis medicinal basados en el estado actual no estén sujetos a nuevos requisitos de medicamentos de la FDA”.
“El cannabis no debe ser criminalizado y no necesita ser una droga catalogada”, aseveró la especialista y concluyó: “La marihuana es tan segura como, e incluso más que, el alcohol y el tabaco que son otras drogas que no están catalogadas”.
La Cámara baja del Congreso aprobó a principios de abril un proyecto de ley, presentado por los legisladores del Partido Demócrata, destinado a eliminar al cannabis de la lista federal de drogas peligrosas. Sin embargo, el texto no será aprobado por el Senado por lo que perdería estado parlamentario.
En la actualidad, 19 de los 50 estados americanos legalizaron el consumo de marihuana con fines recreativos para adultos. Con diferentes grados de autorización, el cannabis medicinal se encuentra avalado por la mayoría de los estados, con excepción de los ultraconservadores Idaho, Nebraska o Wyoming que se mantienen intransigentes.
Las ventas de marihuana legal en Estados Unidos rondaron los 25.000 millones de dólares en 2021 y, al igual que sucede en Argentina, los expertos coinciden en que el sector crecerá exponencialmente en los próximos años.