Cambio climático

Qué son los "condones de ballena" que amenazan la vida del mar

Unos extraños seres marinos se multiplican en las aguas por el calentamiento global. Su presencia natural se está desbordando y comienza a afectar la cadena de alimentación y el equilibrio ecológico.

Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
Extrañas criaturas que por el calentamiento global afectan la vida en el mar (Foto: captura de TV).

Extrañas criaturas que por el calentamiento global afectan la vida en el mar (Foto: captura de TV).

Pueden llegar a medir hasta 18 metros de largo. Sin embargo, no es por su tamaño o agresividad que son una amenaza para el ecosistema marino. En realidad, el problema principal es su acelerada proliferación y de qué se alimentan.

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Una criatura que crece por el cambio climático

Un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Oregón presentó un detallado cuadro de este ser vivo que comenzó a verse, cada vez con más frecuencia, en las costas del oeste de los Estados Unidos. Los resultados se publicaron la revista New Scientist y es un llamado de atención más por el cambio climático y lo que esto implica. Esta vez en la vida de los océanos.

Su nombre específico es pirosomas y son unas criaturas gelatinosas y transparentes que no se parecen a ningún pez o animal que habita en los mares. El documento explica que se los vio por primera vez en la costa oeste hace 25 años. Pero desde entonces, comenzar a aparecer cada vez con mayor frecuencia y mayor tamaño.

Su propia conformación es como una estructura tubular compuesta por fibras en forma de "caño flexible", que se desplaza por el agua. Se mueve gracias a esas contorsiones, haciendo que el agua pase por su interior y salga por su extremo.

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Los pirosomas suelen ser pequeños, pero por el cambio climático pueden llegar a medir casi 20 metros de largo (Foto: A24.com).

Los pirosomas suelen ser pequeños, pero por el cambio climático pueden llegar a medir casi 20 metros de largo (Foto: A24.com).

Hasta ahora, solo se trataba de una rara especie, para muchos científicos, calificados como zooídes; es decir, criaturas que hasta podrían no ser tomadas como "animales de mar". El problema es que su forma de alimentarse comienza a ser un problema. Son ya tantos estos pirosomas que amenazan la cadena del equilibrio entre los seres que habitan en los mares. Estos "condones de ballena" ingieren únicamente el plancton, al igual que algunos peces pequeños y otros mucho más grandes como las ballenas.

El cambio climático, en tanto, comienza a jugar a favor de los pirosomas y pone en riesgo a los demás.

Criaturas beneficiadas por el calentamiento global

En la medida que la Tierra se va calentando, la temperatura de los mares asciende. Ya vimos en numerosas notas cómo esto ya afecta a la vida en la superficie: lluvias e inundaciones; sequías, desiertos e incendios; todo al mismo tiempo y cada vez más intensos en cualquier rincón del planeta.

Pero en el mar, el fenómeno del calentamiento es muy específico. Hay especies como algas, medusas y estos pirosomas que se convirtieron en claros "ganadores". Se reproducen más rápidamente, aumentan de tamaño y aparecen en lugares en donde antes no estaban.

La conclusión de tantos cambios es que así desalojan a plantas y animales del mar. Destruyen las plantas, se comen el plancton y dejan sin alimento a otras criaturas. En el caso de los pirosomas, su tamaño a veces llega casi a los 20 metros. Es como un enorme tubo que aspira toneladas de plancton que les quita, indirectamente, el alimento a las ballenas. Estos cetáceos consumen 3,5 toneladas diarias de krill. El krill es un microorganismo que se come al plancton.

Si los pirosomas se devoran al plancton, están sentenciando al krill y si el krill desaparece, el alimento de las ballenas ya no existirá y estarán condenadas a morir de inanición.

Su aspecto inofensivo invita a jugar a los buzos. Su tamaño llega a ser tan grande que un hombre rana lo puede atravesar nadando por su interior, como si pasara por dentro de un tubo muy maleable.

El problema es que su presencia, cada vez mayor y en riesgo de ser descontrolada, ya comienza a ser una amenaza para la cadena alimentaria. El estudio de New Scientist dice que ya perjudica la alimentación que necesitan seres que están por encima en la cadena biológica.

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Un pirosoma gigante puede servir como un juego para un buzo en el mar. Incluso, lo puede cruzar por su interior (Foto: gentileza Yorokobu).

Un pirosoma gigante puede servir como un juego para un buzo en el mar. Incluso, lo puede cruzar por su interior (Foto: gentileza Yorokobu).

Lisa Crozier, es investigadora de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA de Estados Unidos) y dice en el trabajo que la masiva presencia de los pirosomas consumen los elementos primarios de la cadena alimentaria y le quitan la energía que necesitan diariamente seres más complejos para la biología. El cambio climático, por el calentamiento de la temperatura del agua, lejos de controlar este problema, no hace más que multiplicarlo.

Para peor, los responsables del estudio dicen que los pirosomas son la "trampa perfecta": no son fuente de energía para otras especies porque son "difíciles de digerir". Por lo tanto, no se consumen con tanta frecuencia como otras criaturas, por lo que no sirven como reemplazo para el alimento que comienza a escasear para otras especies.