Mundo

Tornado devastador en Brasil: al menos seis muertos y más de 400 heridos en el sur del país

El fenómeno golpeó con furia al estado de Paraná, donde más del 80% de las viviendas de una ciudad quedaron destruidas. Lula da Silva envió equipos de rescate y decretaron el estado de calamidad pública.

Tornado devastador en Brasil: al menos seis muertos y más de 400 heridos en el sur del país

Tornado devastador en Brasil: al menos seis muertos y más de 400 heridos en el sur del país

Brasil amaneció este fin de semana sumido en la conmoción tras el paso de un tornado devastador que arrasó varias localidades del estado de Paraná, en el sur del país. El fenómeno, de una violencia poco habitual en la región, dejó al menos seis muertos y más de 430 heridos, además de provocar destrucción masiva en viviendas, comercios e infraestructuras básicas.

La tragedia se concentró en la ciudad de Rio Bonito do Iguaçu, una localidad de unos 14.000 habitantes, donde según los primeros reportes oficiales el 80% de los edificios fueron destruidos o dañados. Lo que horas antes era una comunidad tranquila se convirtió, en cuestión de minutos, en un paisaje de ruinas, postes caídos y techos arrancados por los vientos.

Embed

“Parecía una zona de guerra”: el paso del tornado

El fenómeno meteorológico se desató el viernes por la tarde, cuando un sistema de tormentas severas comenzó a desplazarse desde el oeste de Paraná hacia el litoral atlántico. En pocos minutos, las ráfagas alcanzaron velocidades de entre 180 y 250 kilómetros por hora, según el Sistema Meteorológico de Paraná (Simepar), que clasificó preliminarmente al tornado como de categoría F2 en la escala Fujita.

“Fue como si una bomba hubiera caído sobre la ciudad”, relató a medios locales un bombero voluntario que participó en las primeras tareas de rescate. “Las casas quedaron deshechas, los autos volcados, y las calles cubiertas de escombros. Nunca habíamos visto algo así”.

Testimonios de vecinos describen un ruido ensordecedor, seguido de una oscuridad repentina y la sensación de que “todo volaba por el aire”. En apenas diez minutos, el fenómeno había arrasado con manzanas enteras, dejando un saldo de destrucción casi total.

El operativo de emergencia y la respuesta del gobierno

Ante la magnitud del desastre, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se pronunció en sus redes sociales para expresar su solidaridad con las víctimas y anunció una respuesta inmediata del Gobierno Federal.

“Mi solidaridad con las familias afectadas por el tornado en Paraná. Determiné el envío de equipos de rescate y reconstrucción, además de recursos de emergencia del SUS (Sistema Único de Salud)”, escribió Lula en su cuenta de X (ex Twitter).

image

El mandatario también ordenó la movilización del Ministerio de Integración y Desarrollo Regional, con brigadas de la Defensa Civil Nacional, médicos, psicólogos y unidades de apoyo logístico. En paralelo, el Ejército brasileño desplegó vehículos anfibios y helicópteros para llegar a las zonas rurales más aisladas, donde varios caminos quedaron bloqueados por árboles caídos y deslizamientos.

El gobernador del estado, Carlos Massa Ratinho Junior, decretó estado de calamidad pública, una medida que permite acelerar el envío de fondos y la contratación de personal para atender la emergencia. “Nuestro objetivo es garantizar que ninguna familia quede sin asistencia. La prioridad ahora es salvar vidas y restablecer los servicios básicos”, señaló en conferencia de prensa.

Rio Bonito do Iguaçu, la ciudad más golpeada

Las imágenes que circularon desde Rio Bonito do Iguaçu muestran el impacto brutal del tornado: techos arrancados, paredes derrumbadas y calles cubiertas de cables eléctricos, árboles y chapas metálicas.

“Perdimos todo en cuestión de segundos”, contó entre lágrimas una vecina que logró resguardarse en el baño de su casa con sus dos hijos. “Escuchábamos cómo el viento se llevaba las cosas. Cuando salimos, el barrio ya no existía”.

El hospital local colapsó ante la cantidad de heridos, por lo que se habilitaron escuelas y gimnasios municipales como centros de atención provisoria. Muchos de los lesionados presentaban cortes profundos, fracturas y traumatismos por escombros voladores.

Brigadas médicas del Servicio Único de Salud (SUS) y voluntarios de organizaciones civiles llegaron desde ciudades vecinas como Guarapuava y Laranjeiras do Sul, para colaborar en la atención y el traslado de heridos graves.

Daños también en otras ciudades del sur

Además de Rio Bonito do Iguaçu, el tornado afectó a otras localidades de Paraná, como Candói, Laranjeiras do Sul y Guarapuava, donde se reportaron daños en rutas, líneas eléctricas y viviendas rurales.

En Candói, las ráfagas derribaron una torre de comunicaciones y dejaron sin energía a más de 20.000 usuarios durante varias horas. En Laranjeiras do Sul, varias escuelas y centros comunitarios quedaron inutilizables.

El Simepar emitió una alerta preventiva para el resto del fin de semana ante la posibilidad de nuevos temporales y vientos fuertes, aunque aclaró que no se prevén tornados adicionales de la misma magnitud.

Si bien Brasil es un país acostumbrado a las lluvias intensas y tormentas tropicales, los tornados de gran potencia son poco frecuentes, especialmente en la zona sur.

No obstante, en los últimos años se ha registrado un aumento de eventos extremos asociados al cambio climático, incluyendo granizadas, lluvias torrenciales y ráfagas que superan los 200 km/h.

El meteorólogo Francisco de Assis, del Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), explicó que la combinación de altas temperaturas, humedad y corrientes de aire frío provenientes del Atlántico Sur puede generar condiciones propicias para la formación de tornados.

“Estamos viendo tormentas más intensas y más erráticas. No es un fenómeno aislado: los patrones meteorológicos globales están cambiando”, advirtió.

Hasta la tarde del sábado, las autoridades confirmaban seis fallecidos, entre ellos dos niños. Las víctimas fueron halladas entre los escombros de viviendas colapsadas o arrastradas por los fuertes vientos.

El número de heridos ascendía a más de 430, aunque las autoridades no descartan que pueda aumentar a medida que se retiran los restos.

“Es una tragedia inmensa. Pero también estamos viendo la fuerza del pueblo brasileño, que se une en los momentos más difíciles”, expresó Lula da Silva durante una visita al Palacio de la Alvorada.