Cómo evitar los golpes de calor y problemas en la piel durante el verano
Las altas temperaturas registradas en el AMBA, con sensaciones térmicas que rozaron los 37 grados, vuelven a poner el foco en la prevención del golpe de calor y en los cuidados de la piel frente a la exposición al sol.
Las altas temperaturas registradas en el AMBA, con sensaciones térmicas que rozaron los 37 grados, vuelven a poner el foco en la prevención del golpe de calor y en los cuidados de la piel frente a la exposición al sol.
Con el inicio del verano, el calor se hizo sentir con fuerza en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en distintos puntos del país durante los días previos a la Navidad. Las altas temperaturas marcaron jornadas agobiantes y encendieron alertas por los riesgos para la salud que representa el calor extremo.
Este miércoles, en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, la sensación térmica llegó a rozar los 37 grados. Ante este escenario, expertos en salud destacan la importancia de tomar recaudos para evitar los golpes de calor, especialmente en jornadas festivas con actividades al aire libre.
Qué es un golpe de calor y cuáles son los síntomas
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El golpe de calor es una afección que ocurre cuando el cuerpo no logra regular su temperatura frente a una exposición prolongada al calor intenso. En estos casos, la temperatura corporal aumenta rápidamente y el organismo pierde la capacidad de enfriarse. No existe un tratamiento farmacológico contra el golpe de calor, por lo que la prevención y las medidas físicas son las únicas herramientas para evitarlo y contrarrestarlo.
Los síntomas a tener en cuenta incluyen dolor de cabeza, mareos, náuseas, confusión, respiración agitada, fiebre mayor a 38 grados y piel enrojecida, caliente y seca. En los casos más graves pueden presentarse convulsiones y pérdida de conciencia, lo que requiere atención médica urgente.
Cómo prevenir el golpe de calor
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Para prevenir un golpe de calor, se recomienda aumentar el consumo de líquidos sin esperar a tener sed, evitar la exposición al sol en exceso y especialmente durante las horas centrales del día (entre las 10 y las 17), reducir la actividad física, evitar bebidas alcohólicas o muy azucaradas y optar por comidas livianas, priorizando frutas y verduras. También se aconseja usar ropa ligera, holgada y de colores claros, además de sombrero y anteojos oscuros, y permanecer en espacios ventilados o acondicionados.
Si una persona presenta síntomas compatibles con un golpe de calor es importante trasladarla a la sombra, a un lugar fresco y tranquilo, mantener la cabeza levemente elevada, intentar refrescarla mojándole la ropa o aplicando frío en la cabeza y ofrecerle agua fresca o levemente salada si está consciente. En todos los casos se debe solicitar ayuda médica.
Con el verano, las personas también están más expuestas al sol, por lo que es fundamental tomar precauciones ante los efectos de la radiación ultravioleta, que puede provocar daños inmediatos en la piel como quemaduras y ampollas, y también consecuencias a largo plazo, como envejecimiento prematuro, manchas y cáncer de piel, debido a la acumulación de sus efectos en el tiempo.
Para disfrutar del aire libre, se recomienda no exponerse al sol entre las 10 y las 17 horas, utilizar protector solar FPS 30 o superior incluso en días nublados, aplicarlo 30 minutos antes de la exposición y renovarlo cada dos horas o después de cada baño.
También se aconseja protegerse con sombrero, ropa y anteojos, buscar sombra y tener en cuenta que la arena, el agua y las nubes no bloquean completamente la radiación solar.