Escándalo desclasificado

Trump firma la ley y estalla Washington: qué revelarán los explosivos documentos de Epstein

Jeffrey Epstein es el financiero estadounidense que se hizo famoso por sus conexiones con poderosos políticos, celebridades y empresarios. Fue condenado por abuso sexual, explotación y tráfico de menores. Apareció muerto en su celda en 2019. Trump ordenó desclasificar archivos y dice que no tuvo relación con ese personaje.

Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
qué dirán los archivos sobre Epstein y Trump que el presidente norteamericano ordenó desclasificar. (Foto: A24.com)

qué dirán los archivos sobre Epstein y Trump que el presidente norteamericano ordenó desclasificar. (Foto: A24.com)

"¡ACABO DE FIRMAR EL PROYECTO DE LEY PARA LIBERAR LOS ARCHIVOS DE EPSTEIN!", escribió en su cuenta para las redes sociales el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. En una mezcla de ceder ante la presión creciente y la apuesta del mandatario porque nada surja de esos archivos que, desde un pasado lejano, puedan comprometer lo que siempre define como "la mejor presidencia en la historia de los Estados Unidos".

Pero es como una caja de pandora, la cual el periodismo y la oposición demócrata quieren tener la oportunidad de revisar. Epstein murió en prisión en 2019, luego de ser condenados a delitos por abuso sexual y una red que se benefició con contactos en la política y en Hollywood. Su muerte es aún un misterio. Lo encontraron colgado en su celda, pero las dudas se mantienen hasta el día de hoy.

Por sus implicancias - los contactos de personalidades con menores de edad para relaciones sexuales- Andrés, de la familia real británica, cayó "de millonario a mendigo". Tuvo que llegar a un acuerdo extrajudicial para pagar una fortuna en millones de libras esterlinas para que una mujer cesara con su acusación de haberla violado al menos 3 veces - una incluso en Londres - mientras era menor de edad. Por ese escándalo, Andrés perdió toda representación de la corona, decisión tomada por su madre, la entonces reina Isabel II. Ahora, su hermano el rey Carlos III lo rebajó poco menos que a la condición de un plebeyo.

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En Estados Unidos no hay rey, pero Donald Trump espera que ese caso que le viene del pasado, no estropee este presente, en el que sueña con unos Estados Unidos grandes nuevamente y un premio Nobel de la Paz, que, según él, ya debería haber conseguido. Por eso, firmó el decreto que desclasifica todo el caso Epstein.

El Departamento de Justicia tiene 30 días para que esto suceda. Sin embargo, persisten lagunas legales. El presidente intentó atribuirse el mérito de la legislación, a pesar de los meses de presión para que se bloqueara. El proyecto de ley contiene importantes excepciones que podrían significar que muchos documentos permanezcan confidenciales.

donald Trump desclasificado
Trump con Epstein y su mujer, también enjuiciada. La mujer que aparece con Trump, no es ninguna de sus esposas. (foto: Gentileza NYPOST)

Trump con Epstein y su mujer, también enjuiciada. La mujer que aparece con Trump, no es ninguna de sus esposas. (foto: Gentileza NYPOST)

Archivos Epstein: desclasificados, pero no tanto

Como si fuera la "letra chica de un contrato", políticos y opositores deben revisar el decreto presidencial y lo que, efectivamente se desclasifique. Siempre hay verdades a medias. Trump asegura que su nombre quedará limpio y que podrá despegarse para siempre de la sombra de Jeffrey Epstein. El Senado aprobó de manera casi unánime - solo un voto en contra - por la desclasificación. Trump tomó entonces esta medida, que tiene sus bemoles.

Si hay elementos que puedan comprometer la inteligencia y seguridad del país, no serán relevados. Y esa alternativa es muy amplia como para no "tapar" algún registro comprometedor de quién es hoy el presidente del país. Lo mismo sucede con datos que puedan surgir de los "contactos" que allí aparecen. Por ejemplo, Donald Trump siempre dice que los demócratas cuidaron la imagen del presidente Bill Clinton. Por qué no hacer lo mismo con el magnate republicano.

Lo cierto es que lo poco que se ha conocido ha sido motivo de interés. Trump dijo que apenas lo conocía. Pero hay varias fotos de ellos juntos. Lo mismo sobre las reuniones en Mar-a-Lago o en la famosa "isla de la fantasía" que tenía el propio Epstein para llevar a sus "amigos/clientes/contactos".

Si encuentros sexuales se ocultan bajo, en archivos secretos que pueden vulnerar la seguridad nacional, jamás serán conocidos. En realidad, lo que el mandatario hizo fue ceder en parte a la presión de su base política, y firmó la ley que ordena al Departamento de Justicia publicar, en un plazo de 30 días, sus archivos sobre Jeffrey Epstein, el financista condenado por delitos sexuales.

En un extenso mensaje en Truth Social, Trump enfocó sus críticas en los demócratas que tuvieron vínculos con Epstein, y calificó la polémica por los documentos como una distracción para perjudicar a su administración. “Los demócratas han utilizado el tema ‘Epstein’, que los afecta mucho más a ellos que al Partido Republicano, para tratar de distraer de nuestras ASOMBROSAS victorias”, publicó.

Trump presentó la aprobación del proyecto de ley como resultado de una instrucción suya al liderazgo republicano: “Como todos saben, pedí al presidente de la Cámara, Mike Johnson, y al líder de la mayoría en el Senado, John Thune, que aprobaran esta ley. Gracias a esta solicitud, los votos fueron casi unánimes”.

trump y epstein
Se  vieron por lo menos 15 veces en poco tiempo, pero Trump asegura que jamás fueron amigos o compartieron actividades como el abuso sexual. (foto: A24.com)

Se vieron por lo menos 15 veces en poco tiempo, pero Trump asegura que jamás fueron amigos o compartieron actividades como el abuso sexual. (foto: A24.com)

Pero la realidad política fue distinta. Su llamado llegó recién cuando quedó claro que había perdido la pulseada interna. En contra de sus deseos, demócratas de la Cámara de Representantes y un pequeño grupo de republicanos se unieron para forzar una votación. A medida que se acercaba la fecha, otros republicanos señalaron que apoyarían la medida.

La Casa Blanca ha insistido en que ya ha publicado decenas de miles de páginas relacionadas con la investigación de Epstein y que, a ojos de los críticos de Trump, nada será suficiente.

Las acusaciones de abuso sexual contra Epstein -y su cercanía con figuras poderosas, incluido el propio Trump- han alimentado por años la presión pública para divulgar más documentación que pueda revelar a otros implicados. Trump reconoció haber tenido una relación amistosa de al menos 15 años con Epstein. Pero nada ilegal. El financista fue hallado muerto en su celda en agosto de 2019, mientras esperaba juicio; su muerte fue oficialmente declarada un suicidio.

Trump ha negado de manera enfática cualquier vínculo con la red de tráfico sexual de Epstein y afirma que dejaron de tener contacto mucho antes. Según él, su distanciamiento surgió cuando Epstein “robaba” empleadas del spa de Mar-a-Lago contratándolas. Esta semana, mientras anunciaba el paso que iba a dar con los archivos, Trump calificó públicamente a Epstein como un “pervertido enfermo”.

El Senado aprobó la ley este miércoles, un día después del amplio respaldo obtenido en la Cámara de Representantes. Aun así, el texto legal incluye excepciones parecidas a las que utilizó inicialmente la fiscal general Pam Bondi para retener la mayor parte de los archivos, una decisión que provocó malestar entre quienes esperaban una visión más completa del caso.

La normativa permite retener documentos que identifiquen a víctimas, contengan material de abuso sexual infantil, estén clasificados o puedan comprometer una investigación federal activa. El Departamento de Justicia ya había señalado que parte del material no publicado incluía imágenes de víctimas, videos ilegales o documentos sellados por orden judicial.

Pero Trump no da un paso sin contragolpear: la semana pasada, pidió que el Departamento de Justicia investigue a los demócratas mencionados en algunos correos entregados por el patrimonio de Epstein. Algo es seguro. La figura de Epstein, seguirá rondando como un fantasma el salón oval desde donde gobierna Donald Trump.