Los dos volvieron al país en este 2025 por motivos que tienen mucho que ver con el corazón: jugar en los lugares donde crecieron, sentir el calor de su gente y devolver algo de lo que recibieron. El proyecto de ser entrenadores juntos aparece como la continuidad natural de ese vínculo emocional con sus clubes.
Cómo imaginan su trabajo juntos y qué estilo les gustaría implementar
El deseo de dirigir no se limita a una intención personal, sino que ya incluye definiciones futbolísticas. Según contó Di María, han conversado incluso de la identidad que tendría su equipo.
“Mis equipos van a jugar 4-3-3 y a Lea le gusta”, señaló el campeón del mundo, mostrando que ya comparten una idea base. Aun así, admitió que todavía no definieron si sumarán a alguien más al cuerpo técnico o si formarán una dupla exclusiva.
El Fideo también explicó por qué cree que el proyecto tiene sentido: “Somos muy amigos. Es como mi hermano menor y nuestras familias se aman”. Esa conexión personal es uno de los pilares que da sustento al plan, que ambos ven como una posibilidad real cuando llegue el final de sus carreras como futbolistas.
Aspiran también a dirigir la Selección Argentina en el futuro
El sueño no termina en Boca o Central. Di María contó que imaginan su camino más allá del fútbol local.
“La Selección sería algo lindo también. Lo vi. Vi cómo disfrutan Scaloni, Aimar y el cuerpo técnico”, explicó. La experiencia dentro del plantel campeón del mundo dejó en él una huella profunda sobre lo que significa trabajar en ese entorno y sobre el impacto positivo que un cuerpo técnico sólido y con química puede tener.
La idea de dirigir al seleccionado es, por ahora, una expresión de deseo, pero habla de la ambición y la proyección que ambos imaginan para su futuro profesional.
Di María no ocultó su entusiasmo al hablar del tema. Sabe que es el mayor de los dos y que, mientras espera el retiro de Paredes, tendrá tiempo para capacitarse y formarse. “Vamos a intentarlo”, aseguró. Y esa frase, simple pero contundente, abre un capítulo nuevo en la historia de dos jugadores que ya dejaron su huella dentro de la cancha y ahora sueñan con hacerlo desde el banco.