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La dura exigencia de los padres de Loan a 18 meses de su desaparición

La causa por la desaparición de Loan Peña, el niño correntino cuyo paradero continúa siendo un misterio a casi 18 meses de su desaparición, volvió a instalarse en el centro de la escena judicial

La dura exigencia de los padres de Loan a 18 meses de su desaparición

La causa por la desaparición de Loan Peña, el niño correntino cuyo paradero continúa siendo un misterio a casi 18 meses de su desaparición, volvió a instalarse en el centro de la escena judicial. Sus padres, María Noguera y José Peña, se presentaron nuevamente ante la Justicia en una audiencia clave en la Cámara de Casación Penal para exigir que la investigación no se detenga y que ninguna parte del expediente sea archivada. La familia insiste en que aún quedan medidas esenciales por realizar y que, pese al paso del tiempo, la causa sigue marcada por interrogantes sin resolver.

En un clima cargado de tensión emocional, la madre de Loan expresó ante los jueces una frase que volvió a estremecer a todos los presentes: “Yo siento que Loan está vivo”. Esas palabras, pronunciadas con una mezcla de esperanza y dolor, reflejan el estado en el que vive la familia desde el primer día: una búsqueda incesante, marcada por la incertidumbre, la sospecha y la convicción de que todavía no se ha hecho todo lo necesario para conocer lo que realmente pasó. Para ellos, la Justicia debe seguir investigando sin descanso hasta encontrar respuestas concretas, no solo para esclarecer el caso, sino también para impedir que una investigación inconclusa termine beneficiando a quienes están imputados.

Los padres acudieron acompañados por la representación de la querella, que explicó que uno de los principales objetivos es evitar que la etapa de instrucción se dé por finalizada, incluso aunque la causa haya sido elevada a juicio. La abogada María Belén Ruso Cornara fue contundente al describir la postura de la familia: “Es un delito permanente y Loan todavía no aparece. La investigación debe continuar”. Aseguró además que la ausencia de resultados no puede utilizarse como excusa para frenar medidas urgentes y recordó que aún hay diligencias pendientes que podrían ser clave.

La querella también manifestó un fuerte rechazo al intento de algunos imputados de que el expediente regrese a la Justicia provincial, lo que para la familia implicaría un retroceso irreparable. Según los abogados, los primeros momentos del caso estuvieron marcados por una serie de maniobras que provocaron pérdida de tiempo y pruebas valiosas, y fue recién con la intervención del fuero federal cuando la investigación comenzó a avanzar con mayor rigor. La familia sostiene que volver a trasladar la causa a la órbita provincial sería, en la práctica, favorecer a los acusados, ya que se repetirían errores que ya habían obstaculizado las primeras etapas del caso. La Cámara de Casación, que escuchó todos los argumentos, cuenta ahora con cinco días para emitir una resolución decisiva que podría definir el futuro inmediato de la investigación.

Mientras la Justicia analiza los planteos de la querella, en Corrientes avanza un operativo inédito que podría marcar un antes y un después en la búsqueda del niño. La jueza federal Cristina Pozzer Penso ordenó el rastrillaje de cuatro lagunas ubicadas en el predio perteneciente a los detenidos Carlos Pérez y Victoria Caillava, dos de los principales imputados en la investigación. La decisión fue celebrada por la familia de Loan, que desde hace meses venía reclamando este tipo de medidas. Para ellos, estas zonas eran desde hace tiempo lugares potenciales para la búsqueda de indicios, pero la Justicia provincial nunca ordenó un despliegue semejante.

El operativo involucra un despliegue pocas veces visto en la región: buzos tácticos, drones de alta precisión, brigadas de Trata de Personas, personal de la Policía Federal, Prefectura Naval, Policía provincial, SENASA, Defensa Civil y Bomberos, todos trabajando de manera coordinada en una zona rural de difícil acceso. El primer rastrillaje comenzó en una laguna especialmente compleja debido a la barranca y a la profundidad irregular. Según explicaron las autoridades, las tareas podrían extenderse durante más de veinte días, dependiendo de las condiciones climáticas y de los resultados que vayan obteniendo los equipos especializados.

Para la querella, esta búsqueda representa una instancia indispensable: “Hace meses sostenemos que en estas lagunas podría haber algo. Desde abril insistimos en que se investiguen”, afirmó una de las abogadas. Según su perspectiva, la ausencia previa de este tipo de procedimientos dejó un vacío importante en la investigación, un vacío que recién ahora comienza a cerrarse. La madre de Loan también valoró este nuevo enfoque y destacó que, por primera vez, siente que se está trabajando con la seriedad y profundidad necesarias. “Ahora se está haciendo como corresponde: con buzos, con drones, con cuadrillaje. Antes esto no se había hecho nunca”, expresó con una mezcla de expectativa y alivio.

En el entorno judicial y policial que trabaja en el caso, algunos investigadores señalan que los rastrillajes en las lagunas podrían aportar información relevante, aunque no necesariamente resultados definitivos. Las cuatro lagunas, ubicadas en una extensión de cientos de hectáreas, presentan características muy diferentes entre sí. Algunas son profundas, otras están semisecas en ciertas temporadas y todas tienen barro en cantidades difíciles de dimensionar. Este tipo de terreno exige la intervención de expertos, motivo por el cual se convocó a buzos tácticos altamente entrenados, equipados para trabajar en aguas turbias y con visibilidad prácticamente nula.

A pesar del esfuerzo y del avance visible en las últimas semanas, en la familia reina una sensación dual: por un lado, la esperanza renovada de que finalmente se están tomando las medidas que siempre reclamaron; por otro, el cansancio y la frustración que provoca el tiempo transcurrido. Para los padres, cada día sin respuestas es un día de angustia, y cada decisión judicial se vuelve un punto de inflexión en un camino que parece no terminar nunca.

Las fuentes cercanas al expediente aseguran que una de las principales preocupaciones de la querella es que la causa pierda impulso en un momento crítico. La posibilidad de que la etapa de instrucción se cierre definitivamente, sin haberse agotado todas las medidas de búsqueda y sin haber analizado líneas de investigación que todavía permanecen abiertas, es vista por la familia como un error que podría tener consecuencias irreversibles. El hecho de que la Cámara de Casación deba decidir si el expediente continúa en el fuero federal o si regresa a la Justicia provincial genera incertidumbre, pero también una presión creciente sobre los jueces, quienes saben que su resolución será determinante.

Al mismo tiempo, las declaraciones públicas de los padres de Loan continúan generando impacto social. La frase de su madre, “Yo siento que Loan está vivo”, fue uno de los testimonios más movilizadores de toda la jornada. Esa convicción íntima es, para muchos, el motor que sostiene la lucha de una familia que se resiste a aceptar cualquier hipótesis que implique un cierre apresurado del caso. La mujer repite que no descansará hasta saber qué ocurrió realmente, y que no permitirá que la investigación se debilite mientras su hijo siga desaparecido.

En este contexto, también se reaviva el debate sobre las fallas iniciales de la investigación. Muchos especialistas coinciden en que el primer tramo del caso, llevado adelante por la Justicia provincial, estuvo marcado por contradicciones, desprolijidades y la falta de medidas básicas que podrían haber aportado datos esenciales en los primeros días. Esa etapa, según la querella, no solo generó pérdida de tiempo, sino que también permitió que algunas pruebas se diluyeran o directamente desaparecieran. Es por eso que, hoy, la familia insiste tan vehementemente en que el fuero federal mantenga el control de la causa.

El operativo en las lagunas también dejó en evidencia el cambio en el enfoque investigativo. Mientras que en los primeros meses se realizaron búsquedas más limitadas, ahora el procedimiento implica tecnología avanzada, un despliegue logístico amplio y la intervención de cuerpos especializados. La presencia de drones, por ejemplo, permite realizar mapeos de alta precisión que antes no se habían intentado. Los equipos de Trata de Personas, por su parte, aportan una mirada profesional centrada en posibles redes o maniobras de ocultamiento, una línea investigativa que tampoco había sido abordada con la profundidad necesaria.

El caso de Loan Peña, que comenzó como la desaparición de un niño en un entorno rural, se transformó con el tiempo en un expediente complejo, atravesado por hipótesis diversas y controversias judiciales. No es solo la ausencia del niño lo que conmueve, sino también la sensación de que la verdad se encuentra oculta detrás de una serie de maniobras que deben ser investigadas con rigor. Para la familia, la prioridad es clara: seguir buscando hasta encontrarlo, sin conceder margen a decisiones que puedan detener el proceso.

La audiencia en Casación y el nuevo operativo en las lagunas dejan al caso en un punto de tensión máxima. En los próximos días, la decisión de los jueces marcará el rumbo que tomará la investigación. Mientras tanto, los padres continúan asistiendo a cada instancia judicial, firmes en su reclamo y aferrados a la esperanza de que Loan pueda ser encontrado. Para ellos, no se trata solo de un caso judicial: es la vida de su hijo, y la certeza íntima de que aún hay algo más por descubrir.

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