En el conurbano pareciera que los delincuentes ya no tienen límites. En esta oportunidad, la víctima fue el Jardín de Infantes N° 956. Allí, los ladrones no solo se hicieron de objetos de valor como una impresora, sino que fueron más allá: se robaron hasta las canillas de agua. Mirá la nota del cronista de A24, Ignacio Bottaro, para BDA desde el lugar.