La comunidad de Punta del Este sigue estremecida por el crimen del empresario Gonzalo Aguiar, cuya vida, marcada por el lujo y la opulencia, ocultaba un trasfondo de estafas y relaciones turbias.
Gonzalo Aguiar murió de un disparo que le efectuó su expareja. Ahora, se conoció que el hombre estaba casado con otra mujer. Qué puede pasar con su fortuna.
La comunidad de Punta del Este sigue estremecida por el crimen del empresario Gonzalo Aguiar, cuya vida, marcada por el lujo y la opulencia, ocultaba un trasfondo de estafas y relaciones turbias.
El fatal desenlace se desencadenó a manos de su última pareja, Romina Camejo, quien, según las investigaciones, le habría disparado en medio de un episodio de violencia de género, motivado por las amenazas de Aguiar de "cortarla en pedacitos".
A medida que avanza la causa, nuevos detalles emergen sobre la vida del empresario. Se reveló que Aguiar estaba legalmente casado con otra mujer, llamada Roxana Guadalupe Marroquín Donan, salvadoreña con residencia en Canadá y madre de sus dos hijos mayores. Marroquín, además de ser su esposa, era su socia en la empresa Boreal, sobre la cual pesaba un embargo millonario y una restricción de gastos.
En rigor, en suelo canadiense, Marroquín ocupaba el cargo de directora de Innovación, Ciencia y Desarrollo Económico en una compañía con sede en Toronto. Fue uno de los directores de esa empresa quien denunció a la pareja por malversación de fondos y falsificación de documentos.
Tras el crimen, Marroquín ahora reclama la propiedad del vehículo Lamborghini que pertenecía al empresario y que fue importado de Canadá. Además, podría heredar parte de la fortuna de Aguiar, incluida la imponente mansión conocida como La Maison, dado que el empresario nunca formalizó su divorcio con su primera esposa.
La historia de amor entre Camejo y Aguiar, que parecía sacada de un cuento de hadas, se desmorona ante los oscuros detalles que van saliendo a la luz. En rigor, hace tres años tuvieron una boda fastuosa, pero la familia de Camejo explicó que el matrimonio era “ficticio”, ya que no había acta en el Registro Civil.
La pareja se conoció cuando ella tenía 23 años e intentaba hacerse lugar en el rubro de la música. Él le ofreció ser su manager y la llevó a cantar a un conocido festival y allí nació el amor.
Según trascendió, para conquistarla, Aguiar simuló un falso secuestro de uno de los sobrinos de Camejo, encerrándolo junto a su pareja en un hotel y exigiendo un rescate ficticio. Fue él quien intervino y logró liberar al joven para quedar frente a la familia de su enamorada como un héroe.
De acuerdo con la prensa uruguaya, la relación estaba plagada de celos y engaños, incluso Aguiar llegó a contratar actores para que se hicieran pasar por amigos y le contaran a Camejo historias fabulosas, como la supuesta participación del empresario en la unidad de élite de la marina estadounidense, Navy Seal.