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10 años de la muerte de Néstor y un año de Los Fernández: entre los mitos y el doble comando

Stella Gárnica / a24.com
por Stella Gárnica / a24.com |
10 años de la muerte de Néstor y un año de Los Fernández: entre los mitos y el doble comando

Desde el día en que Néstor Kirchner llegó al poder, el 25 de mayo de 2003 con apenas el 22% de los votos -luego de que Carlos Menem renunciara a competir en el primer balotaje de la historia- se puso como primer objetivo reconstruir la autoridad y la institucionalidad del país para salir de la grave crisis heredada tras la caída de la Alianza en 2001.

Pero a medida que fue pasando el tiempo, fue cambiando las formas y estilos de ejercer el poder en el kirchnerismo, que hoy lo reconoce como el líder fundacional:

La frase: “Que florezcan mil flores” fue una frase acuñada por Néstor Kirchner al dar a luz a La Cámpora en el año 2007; se hizo masiva aquel 27 de octubre de 2010, cuando murió hace 10 años por un accidente cardiovascular en su casa particular de El Calafate y fue despedido por miles de personas, en un extenso velatorio en la Casa Rosada.

Fue Néstor el verdadero fundador de la agrupación La Cámpora, que dejó armada para su hijo Máximo como su sucesor.

Hoy esa frase, vuelve a estar más vigente que nunca con La Cámpora preparándose para ocupar más espacios de poder de cara a las elecciones legislativas de 2021.

El estilo de poder K

Kirchner apostó a comenzar reconstruyendo la institucionalidad tras la debacle del 2001, para luego hacerse del poder casi absoluto. Junto a su esposa, Cristina construyeron -con diferentes estilos y suerte- el kirchnerismo, una década caracterizada por una construcción hegemónica del poder, con un liderazgo radial y vertical, y un poder de decisión concentrado en pocas manos.

  • Reestructuró la Corte Suprema de Justicia: presionó a los jueces menemistas para que renunciaran y propuso a magistrados independientes.
  • Descabezó las cúpulas de las Fuerzas Armadas: dio impulso a políticas de derechos humanos con fuerte apoyo a los juicios a ex represores en alianza con los organismos de DDHH como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y construyó su relato bajando los cuadros de Videla del Colegio Militar de Campo de Mayo y derogando las cuestionadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final de Raúl Alfonsín.
  • Kirchner armó su primer gabinete dando continuidad a ministros de su padrino Eduardo Duhalde, como el economista Roberto Lavagna, e incorporando sectores políticos y sociales de distintos partidos (radicales, socialistas y ex piqueteros) para construir lo que llamó la “transversalidad”. Una fuerza propia de centroizquierda con el PJ como columna vertebral, que superara a los partidos tradicionales: el PJ y la UCR.
  • La segunda etapa del gobierno kirchnerista estuvo marcada por la decisión de Kirchner de ir por la cabeza de Duhalde y la radicalización de la confrontación con los sectores agroexportadores y medios de comunicación más concentrados.
  • Así se quedó con el PJ nacional. Allanado el camino, Kirchner forzó la renuncia de Lavagna. Nadie debía hacerle sombra al “pingüino” en el gabinete; Lavagna ya tenía vuelo propio, además de ser duhaldista.
  • Ante cada elección, armaba en forma personal todas las listas del kirchnerista Frente para la Victoria (FpV).
  • Su lapicera bic azul escribía los nombres de candidatos a Presidente (eligió a su esposa como sucesora en 2007), al vicepresidente -al radical Julio Cobos- a gobernadores, intendentes y hasta al último concejal, distribuyendo en forma verticalista y sin dar lugar a discusión interna las relaciones dentro de su propia fuerza política. Por eso se ganó el odio de muchos peronistas que no entraban en su esquema.
  • En relaciones internacionales terminó cerrando al círculo de países sudamericanos (UNASUR) que en noviembre de 2005 en una multitudinaria cumbre en Mar del Plata, junto a Hugo Chávez y Luis Inacio Lula Da Silva le dijeron “No al ALCA”, el tratado de libre comercio que pretendía imponer Estados Unidos para la región.

Kirchner y la Economía

En el plano económico tuvo dos etapas:

  • En la primera buscó el equilibrio fiscal “fifty-fifty” y el desendeudamiento internacional.
  • La segunda fue de control casi total de la economía. Subsidios y congelamiento de tarifas y fuerte intervención del INDEC. Mencionar la palabra inflación estaba prohibido para los ministros.

Tras la salida forzada de Lavagna, rearmó su gabinete con un estilo cada vez más centralizado en el sistema de toma de decisiones y los ministros de Economía pasaron a ser, en lo sucesivo, meros administradores de las órdenes de la Casa Rosada y de Olivos.

La mayoría automática en el Congreso le permitió a Kirchner obtener la sanción de la ley de Emergencia Económica con delegación de facultades y decretos de necesidad y urgencia, que le valió la acusación de la oposición de implantar un sello “autoritario”.

Kirchner asumió la conducción directa de la Economía, con un estilo “hiperquinético” -no se acostaba sin antes leer cada noche informes sobre las variables económicas- e intervenía directamente en cada medida de gobierno.

Hasta que le dio el físico, hizo política. Un mes antes de su muerte, se lo vio muy desmejorado durante su último acto público en el Luna Park el 15 de septiembre de 2010. Pese a la recomendación de los médicos para que abandone la actividad política, subió al escenario ante unas 5000 personas, pálido, apenas podía sostenerse de pie.

La llegada de Cristina: el doble comando y el inicio de "la Grieta"

Cuando asumió Cristina, en 2007, en medio de las especulaciones de eternización en el poder a través de una alternancia permanente, llegó con el 45% de los votos aportando una nueva base de legitimidad para “profundizar las políticas” de su esposo.

Se estimaba que Kirchner encarnaba la transición y Cristina una mayor calidad democrática. Pero no fue así. La grieta pasó a ser cosa de todos los días.

Con un gabinete marcado por el “doble comando”, Kirchner se encargó de diseñar el armado político desde el PJ con sectores de centroizquierda y ex piqueteros, mientras la economía comenzaba a ser un problema ante la creciente inflación.

Eso derivó en un relato en defensa de lo “nacional y popular”, “del proyecto” y de “la patria”, de tono populista y una radicalización similar al del PJ cuando en los años '70 que confrontaba entre “Braden o Perón”. Los opositores -incluidos algunos periodistas- pasaron a ser acusados de “antipatria”.

El conflicto con el campo por la cuestionada resolución 125 que aumentó las retenciones a las exportaciones -hoy se da un conflicto similar con las tomas de tierras-, las críticas de los medios de comunicación e intentos de reformas al Poder Judicial, alimentaban la creación del “enemigo” del gobierno que necesitaba para contener la crisis con denuncias de complot y desestabilziación.

En 2009, mientras Cristina enfrentaba una crisis económica creciente, Néstor impulsó las candidaturas testimoniales, en las que varios funcionarios fueron candidatos para después dejar las bancas en manos de suplentes y volver a la gestión; pero no le alcanzó y perdieron las elecciones legislativas de ese año. Su salud empezó a resquebrajarse por varias operaciones de colon pero siguió.

El mito y la evolución de La Cámpora

Desde que ejercía el doble comando con Cristina en la Rosada, Néstor atendía personalmente desde su piso en Puerto Madero y daba las órdenes políticas desde allí.

Una tarde del verano de 2007 reunió por primera vez a los movimientos sociales que pasarían a formar parte del Gobierno en el marco de la denominada "transversalidad" que incluyó la convocatoria de radicales ex alfonsinistas, devenidos en "radicales K".

Por otro lado reordenó el PJ ortodoxo con Gobernadores e intendentes.

Pero la novedad fue una reunión con un pequeño grupo de entonces desconocidos militantes porteños y bonaerenses: Andrés Larroque, Mayra Mendoza y a José Ottavis a quienes los llamó a adoctrinar a los jóvenes en los barrios. Unos meses después, nacía La Cámpora que salió a la cancha con folletos, libros de escuelas, recitales, actos masivos.

Larroque era el líder formal, pero Máximo era el verdadero "conductor de la juventud K en las sombras". Ese liderazgo solo fue reconocido cuando el hijo del ex presidente asumió la campaña pública para ser electo diputado nacional y alzarse en 2019 como el jefe del bloque de Diputados del Frente de Todos.

El proyecto familiar

Tras la muerte de Kirchner, el 27 de octubre de 2010, su esposa resultó fortalecida contra todos los pronósticos electorales para el 2011, alzándose con un 54% de los votos y poder absoluto en el Congreso.

Ya sola, después de la derrota en 2015, en 2019 Cristina rearmó una alianza peronista con Alberto Fernández y mantuvo el poder (con una base dura del 35%) de la mayoría de los votos en la coalición gobernante.

Pero eligió correrse de la escena pública para dejar lugar al crecimiento político de Máximo y la nueva generación que nuclea su agrupación.

Mientras los protagonistas son casi todos los mismos y las internas en el peronismo similares. Nada cambió en los últimos 10 años en Argentina. Todo el armado, detrás del mito de "Néstor Vive". Lo mismo asiente el presidente Alberto Fernández que dice ser, "el mejor discípulo".