El escenario que está armando la Cancillería argentina -ya comenzó a enviar las invitaciones a los jefes de Estado arriba mencionados y a los dirigentes del progresismo latinoamericano que integran el bloque político- será el 24 de enero próximo en el hotel Sheraton de Retiro, adonde según pudo saber A24.com, no solo sesionará la cumbre de dirigentes latinoamericanos, sino que también servirá para centralizar en un mismo lugar el hospedaje de los visitantes.
Alberto Fernández y Lula Da Silva en el despacho presidencial de Casa Rosada. Apoyo a la candidatura del brasileño de cara a 2022.jpg
La expectativa del gobierno argentino es que el regreso de Brasil a la CELAC represente el fortalecimiento del bloque regional progresista, como un paso previo para la reconstrucción del bloque Unasur, que había sido desactivado por el presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, mientras intentan limar las diferencias en el Mercosur.
Alberto Fernández ya no espera con ansias la suspendida cumbre bilateral con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que había sido pautada para julio de 2022 y se postergó de manera indefinida luego de que el norteamericano se enfermara de Covid, y la fecha del encuentro que iba a realizarse en la Casa Blanca con la primera visita de Estado del presidente argentino a ese país, quedó stand by por las elecciones legislativas de noviembre en el país del norte.
Las expectativas del regreso de Lula da Silva a la CELAC, podrían hacer sombra al liderazgo regional que ejerce el presidente socialista de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien no confirmó aún su asistencia a la cumbre de Buenos Aires, y podría enviar a su canciller en representación.
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En tanto, el regreso de Lula da Silva al poder en Brasil, podría generar en el bloque Mercosur, el ingreso de Bolivia y Venezuela, según analizan en el gobierno argentino, en medio de negociaciones que llevan adelante Alberto Fernández y Petro con el oficialismo y la oposición en Venezuela para impulsar el diálogo y la convocatoria a elecciones transparentes, que terminen con el conflicto institucional en ese país.
Para que Maduro pueda viajar a Buenos Aires, el avión que lo traiga deberá pasar cielo brasileño, por lo que Lula da Silva deberá desarmar todo el andamiaje legal que dejó el presidente saliente, Jair Bolsonaro, que prohibía el ingreso del dictador venezolano a ese país.
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En tanto, según pudo saber A24.com, Lula llegará a Buenos Aires el mismo 24 de enero, en su primera visita al exterior como presidente en funciones, y se quedaría un día más, para mantener una reunión bilateral con Alberto Fernández y la firma de un acuerdo de asociación estratégica entre ambos países que incluirá la firma de convenios de integración en infraestructura, como la extensión del gasoducto Néstor Kirchner para exportar gas y energía a ese país.
En tanto, el gobierno prefiere no intervenir en la grave crisis institucional que atraviesa Perú y según revelaron fuentes oficiales a este portal, Alberto Fernández recibió esta semana una carta del destituido expresidente Castillo reclamándole que convoque a una reunión urgente de la CELAC para denunciar un golpe de estado en ese país.
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En marzo de este año, Alberto Fernández mantuvo una reunión con Pedro Castillo en Chile (Foto: Presidencia).
Sin embargo, Fernández no tiene previsto convocar o impulsar una medida de ese tipo, ya que según admitieron las fuentes, el gobierno argentino reconoce a la actual presidenta de Perú como tal, y espera que los conflictos políticos en ese país se resuelvan con la convocatoria a elecciones, pese a la preocupación por los graves incidentes y muertes que produjo la crisis en Perú.
Alberto Fernández también viajará el pleno año electoral a la Cumbre de la ONU en Nueva York que se realizará en septiembre, como todos los años, y antes, en julio, pasará por la India, adonde se desarrollará la Cumbre del G-20 2023.
Esas serán sus últimas salidas al exterior, antes de las elecciones generales que definirán a su sucesor o sucesora en la Casa Rosada, o eventualmente, su reelección.