La Jungla del poder

Alberto, Horacio, Cristina y Macri: estrategias para ganar elecciones en medio de peleas y fracasos

Juntos por el Cambio se revuelve en su interna. El Presidente, complicado por las segundas dosis. La denuncia en un foro internacional.
Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
La mesa nacional de Juntos por el Cambio

La mesa nacional de Juntos por el Cambio, durante la reunión del pasado miércoles (Foto: Twitter oficial de Mario Negri).

La campaña electoral se acerca sin generar mayores expectativas en medio de una crisis que excede al manejo de la pandemia. El estancamiento económico venía de Cristina Kirchner, el derrumbe llegó con Mauricio Macri y se consolidó con Alberto Fernández. La pandemia fue el golpe de gracia. La mayor parte de la gente va a votar lo que considere el mal menor.

Por estos días, la preocupación de la política es cerrar las candidaturas. Tema que no le importa demasiado a la gente, pero en definitiva también es el laburo de ellos. El oficialismo tiene casi todo resuelto: Cristina, Alberto y Máximo van decidir quiénes son los candidatos que mejor representen al espacio.

Juntos por el Cambio está más complicado: especialmente el subespacio del PRO, que está dando internamente una pelea que no es por egos sino por filosofía política. A saber:

-¿Es posible construir un espacio que trascienda a su líder y fundador, Mauricio Macri? ¿Qué lugar tiene Macri en ese partido?

-¿Qué lectura política va a hacer el espacio de los 4 años de gestión de Mauricio Macri? ¿Va a ser reivindicativo o autocrítico?

-¿Cómo tiene que ser la oposición en el período que empieza? ¿Tiene que intentar bloquear toda la gestión del gobierno o colaborar?

-¿Cómo tiene que ser la construcción política de cara a 2023?

Larreta dice que la grieta sirve para ganar elecciones pero no para gobernar. Macri insiste en que no hay nada que se pueda negociar con el kirchnerismo.

Juntos por el Cambio busca candidatos

Esas discusiones se están dando en distintos niveles. Pero donde se cocina realmente la cosa es en los encuentros que tienen cada 10 o 15 días Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. El sábado hubo un encuentro entre Macri y Vidal: ella le confirmó que no va a ser candidata en la Provincia y que cree que hay que dejar que surjan nuevos liderazgos.

La preocupación en el resto de la dirigencia del PRO es evidente. Si las dos alas del partido (la de Larreta-Vidal y la de Macri-Patricia Bullrich) no se ponen de acuerdo van a terminar yendo a una PASO. Pero si el PRO va dividido corre serio riesgo de que le ganen los radicales que hoy creen que pueden presentar dos opciones competitivas: Facundo Manes en Provincia y Martín Lousteau en Capital.

Eso no solamente afectaría los planes del PRO de volver al poder en 2023, sino que además complicaría el armado de intendentes y dirigentes locales que necesitan hacer una buena elección para posicionarse en sus distritos para 2023 o para ganar peso en los concejos deliberantes.

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Patricia Bullrich, junto a Néstor Grindetti, Julio Garro y Diego Valenzuela. La división en el complicaría el armado de los intendentes de ese partido (Foto: Twitter oficial de Néstor Grindetti).

Patricia Bullrich, junto a Néstor Grindetti, Julio Garro y Diego Valenzuela. La división en el complicaría el armado de los intendentes de ese partido (Foto: Twitter oficial de Néstor Grindetti).

La mesa de Juntos por el Cambio

El miércoles hubo una reunión de mesa nacional de Juntos por el Cambio. Los presentes coincidieron en que la nota de color fue la cara de pocos amigos de Macri.

En el encuentro se dio la oficialización de que María Eugenia Vidal se corre de la Provincia de Buenos Aires. No estuvo en la reunión ni siquiera por Zoom. Por primera vez aparecieron sentados los presidentes de los partidos a nivel provincial; hasta el fin de semana pasado, ella era la líder indiscutida de la Provincia y todos coincidían en que si ella era candidata se resolvía la interna.

Independientemente de quién sea el candidato en Provincia (Santilli o Jorge Macri), las listas se van a armar desde la Provincia, que era lo que reclamaban los intendentes. No hay margen de que se digite a dedo todo desde la Ciudad.

Tampoco a nivel nacional hay margen para que la Ciudad imponga sus criterios. Horacio Rodríguez Larreta había llevado un powerpoint para mostrar nuevos nombres para Juntos por el Cambio, pero la idea fue rechazada por el radicalismo y el peronismo republicano de Miguel Ángel Pichetto: la marca está consolidada en el interior y no tiene sentido empezar desde cero.

Dato: en 2019, la marca Cambiemos estaba en baja y muchos dirigentes locales intentaban disfrazarla para sostener su caudal electoral en sus distritos. Ahora la torta se dio vuelta.

¿Quiénes pueden ser candidatos?

Larreta insiste con Santilli para Provincia; los intendentes del grupo Dorrego lo apoyan con condiciones. Jorge Macri insiste en que mide igual o más que Santilli y quiere su oportunidad. Incluso algunos creen que se podría aliar con Manes. En el medio apareció Gustavo Posse, intendente de San Isidro, que también quiere armar su lista. Carrió acepta ir si es la candidata de la unidad, pero en el espacio nadie quiere esa opción.

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Jorge Macri, junto a Patricia Bullrich. El primo del expresidente cree que mide igual o más que Diego Santilli como para competir en Provincia (Foto: Twitter oficial de Jorge Macri).

Jorge Macri, junto a Patricia Bullrich. El primo del expresidente cree que mide igual o más que Diego Santilli como para competir en Provincia (Foto: Twitter oficial de Jorge Macri).

En Ciudad, Larreta quiere a Vidal. Pero Patricia Bullrich no se baja. Quiere lugar para ella y para su gente: habla de Luis Brandoni, Juan Curutchet (ex presidente del Banco Provincia), Waldo Wolff y Florencia Arietto. Difícil darles lugar a todos en una lista de unidad porque Larreta también tiene compromisos con radicales y lilitos. Un rompecabezas difícil de armar. No está claro que Vidal acepte competir si no hay lista única.

Los problemas del Frente de Todos

La oposición tiene hoy dos problemas: las diferencias internas y las explicaciones sobre la gestión de Macri.

El Frente de Todos tiene fácil lo interno, pero tiene el difícil desafío de defender una gestión con al menos tres problemas:

Economía

Es un tema que no va a resolver de acá a las elecciones. Por eso apuesta todo a dinamizar el consumo y ver qué pasa.

El manejo de la pandemia tiene sus vaivenes. Hasta la semana pasada parecía que la vacunación iba viento en popa con una baja considerable de casos y un ritmo de aplicaciones y dosis que iba en aumento.

Pero en los últimos días preocupó la aceleración de la variante Delta, que está complicando otra vez al mundo. Dicen que para esta variante no alcanza con una dosis, que era la estrategia del Gobierno.

Otra vez hubo que redefinir el plan. Ahora la prioridad es que la población de riesgo tenga dos dosis. El problema es que el laboratorio Gamaleya, que elabora la Sputnik, no está pudiendo garantizar la provisión del componente 2.

La Sputnik y el misterio del componente 2

Fuentes al tanto de las negociaciones con Sputnik apuntan a las dificultades que está teniendo Rusia para producir ese componente en gran escala. “El desafío de los rusos fue desarrollar la mejor vacuna y lo lograron. Pero no pensaron en cómo se iba a insertar en el mercado mundial”, explica una autoridad sanitaria de diálogo frecuente con Gamaleya. En su esquema original apuntaban a que India y otros países productores ayudaran en la fabricación. Pero cada país apostó a su propia vacuna y la Sputnik nunca pudo crecer en escala.

Días atrás, Marcelo Figueiras, dueño de Richmond, la planta que va a envasar (y luego fabricar) la Sputnik a nivel local recibió un ingenioso mensaje: era un mapa con una leyenda que decía: “En rojo, los países que fabrican Jorgelin Triple Glaseado y la Sputnik”. Solo estaba marcada la Argentina.

Esta semana, Richmond va a recibir componente 2. Hay que ver cuánto; Rusia sigue patenado la confirmación del envío y ya hubo que suspender al menos 4 vuelos. El fin de semana se volvió a postergar el envío: uno de los aviones va a llegar el martes y el otro el jueves 1° de julio.

Figueiras insiste en que su planta tiene una gran capacidad de producción. En una semana envasó 500.000 dosis y las envió a calidad de Anmat: todavía no hubo respuesta para que salieran a la calle.

Vizzotti anunció el viernes que van a traer 24 millones de vacunas Sinopharm. Todavía no hay estudios sobre su efectividad contra la variante Delta.

Sin éxito del plan de vacunación no hay control de pandemia, no hay reactivación de economía y no hay chances de que el país salga del pozo.

La educación

El tercer problema que enfrenta el Gobierno antes de las elecciones es la profunda crisis educativa y social por las políticas erradas para los niños, adolescentes y jóvenes. El Frente de Todos sufrió una baja fenomenal en la adhesión en la franja de hasta 35 años. Tanto, que en los últimos días pusieron a una oficina gubernamental entera a pensar una estrategia para contener a los jóvenes.

Lo educativo es un terreno que, al menos discursivamente, Larreta logró ocupar. El Gobierno lo sabe y le teme.

La situación de los chicos durante la pandemia sigue generando daños colaterales. Esta semana, un grupo de 150 menores (la mayoría adolescentes) presentaron una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA por violación a los derechos humanos por parte de la Argentina y de la gobernación bonaerense.

Los testimonios son desgarradores

  • “Se suspendió el colegio en forma presencial inicialmente por 14 días y continuó así durante el resto del año. Fuimos confinados en nuestras casas, sin salidas recreativas ni de esparcimiento”.
  • “Fuimos invisibilizados, éramos obligados a cumplir los protocolos más rígidos en existencia en el país, habiendo sido estigmatizados y responsabilizados como posibles portadores exponenciales del virus”.
  • “Fuimos encerrados sin contacto con nuestros amigos, compañeros del colegio, maestros, profesores, debiendo coexistir con nuestros padres teletrabajando, o quedándonos solos en casa”.
  • “Los adultos nos fallaron, ellos siguieron con su vida; con protocolos, pero siguieron adelante, retomaban sus espacios de socialización, recreación, mientras que nosotros no podíamos ir al único lugar donde tenemos todo eso”.
  • “No nos escucharon, no participamos, no importamos”.

Esta semana, casualmente, también volvió a aparecer la Defensora de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Nación, Marisa Graham, una de las voces más ausentes durante la pandemia. Ahora, un año después, reconoció que fue un error cerrar las escuelas durante todo 2020. Hasta octubre de ese año solo se había limitado a pedirle al gobierno porteño que entregue más computadoras.

Después de su presentación en el Congreso, la defensora fue entrevistada por Sebastián Davidovsky en Radio con Vos. "No tengo ninguna autocrítica que hacer", aclaró de entrada. ¿Por qué no se escuchó su voz defendiendo a los niños durante 2020? "Porque no salgo en Clarín y no me llaman de TN", respondió.

“Se empezó a hablar de abrir las escuelas cuando había 40.000 contagiados. ¿Por qué nadie planteó abrir las escuelas cuando había 5.000 contagiados?", se preguntó. Distintas provincias intentaron y fue el gobierno nacional, junto con los sindicatos, el que se opuso a la vuelta a la presencialidad. El silencio de la defensora durante ese período fue ensordecedor.

A principio de año, Nicolás Trotta les planteó a los suyos: “Sin clases presenciales, perdemos las elecciones”. En Provincia no hubo escuelas hasta hace unos días. ¿Estarán a tiempo de revertirlo?

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