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Se refirió así a Lousteau, con quien hace poco tuvo un cruce en el Senado de la Nación por el mismo tema. "Me enseñaste vos con la 125", le reprochó entonces ella.
"Fue algo muy fuerte", reconoció la vicepresidenta, al tiempo que definió esa crisis con el sector agropecuario como un episodio que "dividió sinceramente a la sociedad argentina".
"Por eso digo que casi me puse el país de sombrero. Una crisis política de magnitud muy fuerte. Y a los pocos meses, sobre mojado llovido, la crisis de Lehman Brothers, una de las crisis que, después del crack del 30, fue la crisis más grande que se recuerde a nivel financiero", agregó.
¿Qué fue "la 125"?
Corría 2008 y el primer año de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner –que se había impuesto en las presidenciales con el 45,28% de los votos– tras cuatro años de mandato de Néstor Kirchner. El precio de los productos agropecuarios tocaba su máximo histórico y los exportadores cosechaban ganancias inéditas. La soja, puntualmente estaba a punto de tocar un récord de 600 dólares por tonelada.
En ese contexto, a instancias de la presidenta de la Nación, Lousteau -en ese entonces ministro de HAcienda- propuso crear un Fondo de Redistribución Social. Este se financiaría con un esquema de retenciones impositivas móviles a la soja, hasta el momento fijas en un 35 por ciento.
La iniciativa, conocida como "Resolución 125" establecía que quienes exportaran más de 750 toneladas de soja por mes oblarían al Estado una tasa ampliada del 44 al 48,7 por ciento en función de la cantidad del cereal. Dicho sistema permitiría que el fondo solidario creciera proporcionalmente al precio internacional del commodity.
Los grandes emporios agroexportadores se opusieron al proyecto, lograron -tractores, prensa y publicidad paga mediante- gran presión en las calles. A ellos se sumaron grupos poderosos con ánimo destituyente y dirigentes opositores que hoy despliegan sus recursos contra todo sistema de tenor redistributivo en Argentina.
Finalmente, “la 125” fue derogada en julio de 2008, luego de su tratamiento en el Senado de la Nación, cuando el vicepresidente Julio Cobos –quien también dio un giro ideológico a partir de su voto en contra de la voluntad redistributiva– evitó con su histórico “no positivo” la sanción de esa iniciativa.