Panorama

Del ocaso del "profesor Fernández" al apogeo del "Doctor Milei"

Alberto Fernández fue un héroe en pandemia y era elogiado por sus clases en la UBA. ¿Por qué le cerraron su cátedra? El espejo en el que Milei se debería mirar.

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Del ocaso del profesor Fernández al apogeo del Doctor Milei

La Argentina vive en una eterna repetición, como en la película "El Día de la Marmota". Los problemas se repiten una y otra vez, y los presidentes van y vienen, pero las soluciones siempre quedan lejos.

Alberto Fernández pasó de ídolo popular a profesor sin alumnos, con pocas escalas. Corría 2020 y, en plena pandemia, sus clases se llenaban de alumnos por Zoom. Era un rock star motivacional que decía que "esto también pasará". Daba clases en la UBA de derecho penal, y muchos lo elogiaban con orgullo. Hoy, esas mismas clases están vacías y hubo que cerrar provisoriamente su cátedra. No fue de un día para el otro:

  • 2022, 2° cuatrimestre: 28 alumnos
  • 2023, 1° cuatrimestre: 25 alumnos
  • 2023, 2° cuatrimestre: 16 alumnos
  • 2024, 1° cuatrimestre: 11 alumnos
  • 2024, 2° cuatrimestre: 6 alumnos

Su cursada se apagó junto a su popularidad.

Promesas vacías: La inflación y el desgaste presidencial

Alberto también prometió declararle la guerra a la inflación. Antes que él, Mauricio Macri dijo que en el segundo semestre de 2016 la inflación mensual sería del 1%; quedó muy lejos.

Massa se ilusionó con mostrar en abril de 2023 un 3 adelante (como el mes pasado Milei). También fracasó.

Ahora es el turno de Javier Milei, que ya comenzó a buscar excusas. Dice que él es "libertario" y no "libertarado". Una manera de decir que es un poco gradualista. Todos los presidentes prometen lo mismo, y todos fallan.

Hoy la inflación se mantiene en torno al 4%, con tarifas y salarios pisados artificialmente, dólar planchado y un futuro que sigue siendo una incógnita.

La situación política no va a mejorar y algunas circunstancias pueden complicar el programa fiscal de Milei, que es la ancla básica que usa el Gobierno para intentar contener los precios.

Este jueves, el Senado vota una reforma previsional que podría complicar aún más ese superávit. El proyecto de la oposición aumenta las jubilaciones en un 8% y permite su indexación por Ripte (el promedio de los salarios del sector privado) dos veces al año. Las dos cosas combinadas podrían destrozar el ajuste que el gobierno intentó hacer. Recordatorio: un 30% del ajuste que hizo Milei en su mandato lo pagaron los jubilados.

En unas semanas, se empieza a debatir el proyecto de financiamiento universitario que tiene media sanción de Diputados y ajusta el presupuesto de las casas de estudio por inflación. La licuación del presupuesto universitario explica el 3% del ajuste según Iaraf.

Si la economía no funciona...

Cuando la economía no funciona, los gobiernos apelan a los carpetazos. En algunos casos, sobre delitos que cometió el gobierno anterior; en otros, sobre temas que no hacen al fondo de la cuestión.

Para esos carpetazos, todo gobierno necesita recursos, y eso podría explicar en parte el aumento extraordinario de los fondos para la SIDE, que la oposición pretende voltear en Diputados este miércoles. Las partidas presupuestarias para la SIDE aumentaron, según denuncia la Coalición Cívica, un 3100%. ¿Por qué, en medio de tanto ajuste, se insiste en aumentar los fondos para los servicios de inteligencia? Es una pregunta que muchos se hacen, y la coincidencia es llamativa.

¿Qué nos espera?

El gobierno no tiene buenas noticias para mostrar, y como siempre en estos casos, empiezan las operaciones políticas y las filtraciones de videos de dudosa procedencia. En julio, la imagen del gobierno empezaba a caer, pero en agosto, con las denuncias contra Alberto, se estabilizó.

Es bueno que el Gobierno pueda mirarse en el espejo de Alberto Fernández. Porque, como en el "Día de la Marmota", ya sabemos cómo termina la historia. Siempre termina mal.

Hace 4 años, en Twitter, había miles de militantes vitoreando al profesor Fernández y pidiendo que exponga con grafiquitos los datos de la pandemia. Hoy apenas le quedan 6 alumnos y un par de amigos.

Todo un símbolo de cómo terminan los presidentes en una Argentina que ya lleva casi 13 años de crisis y que no ve ninguna luz al final del túnel.