El período 2019-2023, bajo la presidencia de Alberto Fernández, mostró una leve recuperación, con un incremento del 16,1% en el número de pensiones. Sin embargo, la alta inflación y la crisis económica limitaron el impacto real de esa mejora, que no logró recomponer el poder adquisitivo de las prestaciones.
Con la llegada de Javier Milei al poder, el escenario se endureció nuevamente. La eliminación de 110.000 pensiones reactivó denuncias de "ajuste encubierto" y dejó en evidencia la falta de diálogo con las organizaciones del sector. "La discapacidad sigue siendo una variable de ajuste según el signo político de turno", denunció Lavega.
Avances normativos previos y un retroceso reciente
En contraste con el panorama actual, especialistas recuerdan que el sistema de pensiones por invalidez tuvo una etapa de fuerte expansión entre 2003 y 2015, cuando se abandonó el esquema de “alta por baja” y se promovieron leyes clave como la 22.431 y la 24.901. Durante los mandatos de Néstor y Cristina Kirchner, las pensiones crecieron en un 425%, y se incorporaron criterios normativos que luego dieron origen al Certificado Único de Discapacidad (CUD).
La implementación de la Asignación Universal por Hijo con monto diferencial por discapacidad, en 2009, permitió cubrir a familias fuera del sistema formal, un cambio de impacto profundo en la vida cotidiana de miles de niños y niñas.
“No se trata de defender un partido u otro, sino de exigir que no se vulneren derechos adquiridos”, advirtió Lavega. La discusión legislativa en torno a la emergencia en discapacidad abre una oportunidad: dar una respuesta integral, estable y despartidizada.