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Los equilibrios de Alberto, las dudas de la economía 2020 y la necesidad de un “Plan B”

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Los equilibrios de Alberto, las dudas de la economía 2020 y la necesidad de un “Plan B”

La economía 2020 va a ser difícil. Lo saben los economistas de todas las ideologías. Lo sabe el Gobierno. Lo sabe “la calle”. Nadie tiene expectativas en que Alberto Fernández dé vuelta la cuestión en el corto plazo, aun cuando logre equilibrar algunas variables.

Un sondeo de opinión pública reservado que circuló entre apenas 10 dirigentes y empresarios –y al que accedió A24.com- revela que las expectativas generales de que la economía mejore este año son de apenas 40%. La esperanza no está puesta ahí. Cuando asumió Mauricio Macri, el 75% creía que la cosa iba a mejorar.

La imagen de Alberto Fernández sigue alta, pero con fluctuaciones. Según este estudio llegó al 65% cuando asumió y cayó al 51% cuando se sancionó la ley de emergencia económica; es decir perdió casi 15 puntos. Si bien a mediados de enero había recuperado una parte de lo perdido, el antecedente queda: la imagen de Alberto es volátil.

El cimbronazo se produjo cuando el oficialismo propuso una ley (la de "Solidaridad") que incluía, entre otras cuestiones, el impuesto al dólar, congelamiento a las jubilaciones, suba de retenciones al agro y la posibilidad de dar aumentos salariales por decreto.

Incluso el último punto, que en principio sería una buena noticia, golpeó fuerte a la clase media: los cuentapropistas o emprendedores pymes se ven obligados a pagar más a sus empleados cuando están ahogados por la crisis; y a los trabajadores de ingresos medios el aumento les resulta insuficiente, con el temor a que esas sumas fijas actúen como un techo a las paritarias.

Estas medidas pegan de lleno en lo que un consultor ligado al peronismo llamó el “8% flotante” de apoyo a Alberto Fernández: se trata de una clase media de leve tendencia antiperonista, que no quería más a Mauricio Macri, que vio en Alberto una herramienta para generar un cambio pero que no tolera a Cristina Kirchner ni al kirchnerismo. Algunas ideas:

  • Sin ese 8% Alberto no sería presidente.
  • Apenas el 40% cree que la economía va a estar mejor en 2020
  • Alberto tiene hoy un 57% de imagen positiva, según este sondeo…

Eso significa que la buena imagen puede depositar la esperanza en otros aspectos que no sean los económicos. El problema es que sin respuestas en esa esfera, Alberto debería generar una batería de políticas que puedan dar algún tipo de respuesta a ese electorado “independiente” y que mira al peronismo con distancia.

De acuerdo a este análisis, Alberto Fernández no necesita tomar medidas para satisfacer a los sectores peronistas y ultra kirchneristas sino que debe hacerse fuerte en ese “8% flotante”… el problema es que en el Gobierno algunos sectores más dogmáticos no están dispuestos a hacer concesiones.

Veamos algunos ejemplos:

  • Analizan derogar el decreto que habilita a que extranjeros que delinquen sean deportados. El 80% de la población estaba a favor de esa medida antes de las elecciones de octubre.
  • Prohibieron que la Policía de Seguridad Aeroportuaria porte armas fuera de su horario de servicio. Si bien la medida puede ser correcta, no es del paladar de una sociedad que en líneas generales pide más presencia policial.
  • Derogaron la posibilidad de usar armas Taser (eléctricas), pese a que incluso el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, dijo que eran mejores para combatir el delito que las armas reglamentarias.
  • Derogaron la resolución que obligaba a la policía a pedir documentos en trenes.
  • Impulsan una fuerte reforma judicial, cuyo debate -necesariamente- será asociado por la oposición con la búsqueda de impunidad para las causas de corrupción de Cristina Kirchner.
  • Impulsan una reforma a los organismos de inteligencia que también puede ser vista por ese electorado como una forma de “kirchnerizar” a los servicios.

¿Es necesario impulsar estos temas ahora, cuando Alberto necesita fortalecer su imagen pública frente a un votante que no lo ama? “No laburamos por encuestas”, es la respuesta en despachos oficiales.

Justicia y seguridad son dos temáticas que bien planteadas pueden servir para potenciar el apoyo de ese sector “independiente”; mal planteadas pueden ser una catástrofe para el Presidente.

Como sea, Alberto necesita tener su plan B para el caso de que los éxitos económicos no terminen de llegar.

Alberto sigue haciendo equilibrio

Se reúne con Hebe de Bonafini, pero recién comparte la foto 24 horas después, y aclarando que tiene fuertes diferencias.

Es suave en sus críticas a Nicolás Maduro, pero viaja a Israel en su primera gira oficial.

Se ve con Benjamin Netanyahu, el derechista primer ministro de Israel, pero se junta antes con su principal opositor y visita a los familiares argentinos de los desaparecidos que viven en Israel.

También tiene que hacer mucho equilibrio interno. Quizás lo más gráfico es ver cómo están compuestos los directorios de los tres principales bancos nacionales para entender el reparto de fuerzas que existe en el Frente de Todos y las búsquedas de coaliciones futuras (formales o informales).

Banco Central

Además del presidente Miguel Pesce aparecen estos nombres.

  • Sergio Woyecheszen. Marido de la ultra K Delfina Rossi.
  • Jorge Carrera. Docente de la Universidad Nacional de La Plata, de estrecha relación con el ministro Martín Guzmán.
  • Arnaldo Bocco. Economista del peronismo clásico, de paso por el Central durante el kirchnerismo.
  • Carlos Hourbeight. Jefe de equipos técnicos de la campaña de Roberto Lavagna.

Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE)

  • José Ignacio de Mendiguren. Massista (pendiente de nombramiento porque el oficialismo perdería una banca en Diputados si renuncia).
  • Miguel Peirano. Ex ministro de Kirchner. Economista peronista clásico.
  • Carlos Brown. Ex ministro de producción de Eduardo Duhalde.
  • Kelly Olmos. Peronista porteña de fuerte pasado menemista.

Banco Nación

  • Eduardo Hecker. Presidente del Banco. Albertista puro. Fue funcionario de Néstor y renunció por diferencias con Guillermo Moreno.
  • Matías Tombolini. Ex candidato a Jefe de Gobierno de Lavagna.
  • Claudio Lozano. De la pata progresista de la coalición.
  • Juan José Pampuro. Duhaldista, ex ministro de Kirchner. Crítico del último mandato de Cristina.
  • Guillermo Wierzba. Economista y ex integrante de Carta Abierta.
  • Cecilia Fernández Bugna. De la Cámpora.
  • Martín Ferre. Ex ministro de producción de Scioli.
  • Federico Sánchez. Ex director de Industria porteño durante la gestión de Aníbal Ibarra. A su vez, a Ibarra lo nombraron como asesor del presidente del BCRA.

Equilibrios adentro, y afuera

El equilibrio que hace Alberto también abarca a la oposición. Llevaron un proyecto híperamplio para renegociar la deuda externa que se discutirá esta semana en la Cámara baja.

La oposición pidió que el ministro Martín Guzmán fuera a defender el proyecto a Diputados. Le dijeron que no. Que no era necesario porque la ley es apenas un marco regulatorio y que en todo caso va a ir para explicar los términos de la renegociación una vez concretada. Por otro lado, el ministro estará de gira por Nueva York -su lugar en el mundo- y no es posible estar en dos lugares a la vez.

Para muchos diputados tampoco es posible y no tienen pensado suspender sus vacaciones para venir a Buenos Aires a escuchar a ningún funcionario. Quizás por eso no insistieron con que Guzmán vaya al Congreso a explicar.

Otros en el oficialismo son más categóricos. Creen que la oposición quiere que todo se debata con el menor ruido posible, porque saben que la plata de que prestó el FMI se fue en sostener medidas que sirvieran para la campaña.

Por uno u otro motivo, Juntos por el Cambio se comprometió a apoyar la ley de “Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública”. Solo exigen algunos cambios a pedido de los gobernadores opositores para que los habiliten a ellos a renegociar sus propias deudas con privados o con la Nación. Parece difícil que el Gobierno acepte.