"No sé quién estuvo en las reuniones del Comando Conjunto de Seguridad, no me llamaron y no se dé otros compañeros que hayan asistido", dijo a A24.com atónito un intendente histórico del conurbano bonaerense. Se lo consultaba sobre la reunión convocada por el Ministerio de Seguridad nacional que comanda Aníbal Fernández, de la que dejó afuera a representantes del gobernador Axel Kicillof.
El mismo intendente trazó el panorama que desde el mismo oficialismo ven los que están por debajo de la grieta entre los popes del Frente de Todos: "Todo es parte de esta locura. Mientras Aníbal se pelea con Berni y Kicillofm nosotros quedamos en el medio, esperando que manden los gendarmes a los municipios. Es una locura de parte de todos; están errando a lo que nos está pidiendo la gente. Hace rato que los intendentes venimos pidiendo que nos manden gendarmes y que se apruebe la ley de creación de las policías locales, pero nadie hace nada".
Eso mismo cuentan en voz baja otros intendentes, gobernadores y dirigentes del peronismo que, ante la crisis económica y de inseguridad irresueltas, ver crecer a la oposición en las encuestas y empiezan a despegarse de la gestión del Frente de Todos. Advierten que una mezcla de las presiones del kirchnerismo y la falta de decisión de Alberto Fernández, el gobierno sufre de una parálisis con proyectos que se anuncian y no se concretan con el correr de los meses.
El kirchnerismo y la guerra con Alberto Fernández
Cristina Kirchner con sus principales laderos en el gobierno nacional y la provincia, Wado De Pedro y Axel Kicillof.jfif
Algunas críticas en los pasillos k, llegaron al extremo de acusar al albertismo de beneficiar con las políticas del gobierno nacional al candidato opositor y jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Desde el kirchnerismo acusan a Alberto Fernández de haber entrado en "modo maldito" y de haber prometido a sus colaboradores más cercanos, devolverle a Cristina y a sus seguidores cada uno de los sufrimientos que le endilgaron en los primeros tres años de gobierno.
Cerca del presidente, no se olvidan de aquella carta de Cristina que advertía sobre "los funcionarios que no funcionan" y que en 2021, tras la dura derrota del oficialismo en las elecciones legislativas intermedias, terminó con fuertes presiones y las renuncias de los ministros más cercanos a Alberto Fernández. Eso generó un punto de inflexión en el Gobierno que terminó de romperse con las críticas k al acuerdo con el FMI y la renuncia intempestiva de Martín Guzmán.
El FdT perdió la mayoría automática en el Senado, lo que, a su vez, derivó en la parálisis de cada uno de los 27 proyectos de ley de desarrollo industrial y productivo que mandó el presidente y que ni siquiera el kirchnerismo salió a defender para impulsar su sanción.
La decisión de Cristina es no romper el Frente de Todos. "En todo caso se irá Alberto", ironizan algunos desde el entorno kirchnerista, donde evalúan "vaciarle las listas" de candidatos k si el presidente confirma su intensión de ir por la reelección.
Rossi, uno de los negociadores por el albertismo, trata de tender puentes políticos y de sostener lo que queda de gestión.
Reunión ampliada con los gabinetes de Alberto FErnández Joe Biden en la Casa Blanca. Foto presidencia..jpg
En el albertismo niegan la parálisis y, por el contrario, defienden la gestión y la decisión del presidente de "democratizar" la elección de los candidatos. Mientras, buscan mostrar la agenda internacional como el lado fuerte del presidente, que dice haber conseguido el apoyo de gobierno norteamericano de Joe Biden a la reelección.
"Lo de las PASO ya se definió que las hay, tal como dijo Wado de Pedro", señalan en el entorno de uno de los principales asesores políticos del presidente, celebrando el escenario de competencia en las primarias como un logro de Alberto Fernández.
La crisis de inseguridad dejó al descubierto la parálisis de la gestión por las internas políticas
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El brutal asesinato a quemarropa del chofer de colectivos de la línea 620 de La Matanza, rompió con lo poco que le quedaba de credibilidad a los gobiernos nacional y bonaerense en materia de seguridad. A la agresión a trompadas que recibió Berni en una protesta de colectiveros por la inseguridad, la única respuesta de los gobiernos nacional, provincial y municipal fue pelearse entre ellos y deslindar responsabilidades.
Lo que le pasó a Berni y la pelea con Nación, volvió a demostrar una vez más que nadie gobierna la temida Policía Bonaerense. En cada proceso electoral, por casualidad o no, suele aparecer en el centro de las polémicas por incipientes olas de delitos en el conurbano, denuncias de zonas liberadas.
La idea de ventilar en distintas radios que Berni no le atiende el teléfono y que Kicillof no sabe lo que pasa en su provincia, puso a Aníbal Fernández en el rol de posible candidato a gobernador, en medio de las cada vez más peleas internas que se dispersan en cada rincón de la gestión.
Kicillof mandó a su jefe de asesores, Carlos Bianco a responderle a Aníbal e ironizar con "la fórmula ganadora de Los Fernández". Irónicamente recordó así la derrota electoral del ministro Aníbal Fernández cuando se postuló a gobernador y perdió frente a María Eugenia Vidal en 2015.
"La verdad es que no sabemos donde están los gendarmes. No sé si saben ellos, pero nosotros seguro no sabemos donde están esos gendarmes porque nunca nos lo han dicho. No sabemos si están haciendo procedimientos en las calles, si están en algún reten, o cuidando infraestructura estratégica en la provincia, sería muy simple enviar un Excel", replicó Bianco a Aníbal Fernández.
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El grado de grieta en el oficialismo llegó a tal punto de no retorno, que en la Casa Rosada, cerca de Alberto Fernández insisten en que seguirá gobernando "con los funcionarios que le responden".