

A 170 años del fallecimiento del militar José de San Martín, se recuerdan sus frases.
La particularidad que hace a este prócer ser tan reconocido no pasa solamente por ser uno de los más grandes libertadores iberoamericanos sino también por su carácter y forma de pensar. A través de los escritos, se recopilaron las frases San Martín que muestran su perfil heroico y el hambre de libertad.
Hijo de Juan de San Martín, teniente gobernador de Corrientes, y de Gregoria Matorras, José Francisco de San Martín nació el 25 de febrero de 1778 en el norte argentino. Con apenas seis años partió a la tierra de sus padres en donde alcanzaría el grado de teniente Coronel luego de 22 años de servicio al ejército español. Allí ingresaría al Seminario de Nobles de Madrid, donde aprendió retórica, matemáticas, geografía, ciencias naturales, francés, latín, dibujo y música. Su educación le permitió años más tarde inmortalizar a través de las frases San Martín sus creencias e historia.
El sentimiento de identidad americana y su ideología liberal alimentada por el espíritu de la revolución francesa fueron los elementos que lo llevaron a contribuir con la libertad de su patria.
En conjunto a Simón Bolívar serían los protagonistas de la guerra de emancipación americana. Cuando San Martín renuncia al ejército español, antes de su llegada al continente, se capacitó en Londres para estudiar y entender la independencia y la organización de los pueblos americanos.
Una vez llegado al país no sólo se le reconoció el cargo sino también creó el regimiento de granaderos a caballo con el cual obtendrá la victoria de San Lorenzo. En ese mismo periodo contrajo matrimonio con María Remedios de Escalada en la catedral porteña.
Luego, sustituyó a Manuel Belgrano pasando al frente del ejército del alto Perú.
San Martín decidió aliarse con O’Higgins. Juntos prepararon el plan de invasión respaldados por los gobiernos de Gervasio Antonio de Posadas y Juan Martín de Pueyrredón. Durante tres años formó su ejército en Mendoza reclutando a los pobladores de Los Andes y con recursos muy precarios. Inclusive, su mujer, vendió las joyas personales para destinar dinero a la causa.
En 1817 comenzó la campaña que le dio un nuevo tinte a la guerra. Vale aclarar que en ese año la insurrección estaba vencida en todas partes salvo Argentina. Una vez atravesadas las cumbres derrotó al ejército realista lo que le cedió paso para entrar en Santiago de Chile. Mediante la asamblea constituida proclamó la independencia del país.
Luego de su victoria en Chile comprendió que para erradicar el poder español era importante adquirir el dominio naval del Pacífico y la ocupación del virreinato del Perú.
Una vez definido el objetivo viajó a Buenos Aires para administrar sus recursos y luego retorno a Chile en donde tuvo que, mediante una nueva batalla, reafirmar la liberación del país, eliminando la última resistencia.
Con un ejército de 4500 hombres y una negociación fallida con el virrey Pezuela, ocupa Lima y proclamó la libertad del país.
Cumplida su misión de liberar a los pueblos y sin participar de las luchas internas argentinas, se retira de sus cargos. Tras el fallecimiento de su mujer, parte a Europa con su hija Merceditas.
Luego de algunos viajes, su salud se fue deteriorando. En el año 1831 se asentó en una residencia de Boulogne sur Mer en Francia donde falleció en 1850.
Los restos del general José de San Martín yacen desde 1880 en la Capilla Nuestra Señora de la Paz ubicada en la catedral metropolitana en Buenos Aires. Al presente, continúa siendo custodiados permanentemente por los granaderos.