La Jungla del Poder

Las estrategias secretas de Cristina Kirchner para bajar la reelección de Alberto y los detalles del operativo clamor

Las charlas de Cristina en la previa a la fractura del bloque del Frente de Todos. El operativo clamor, la pelea por las PASO, y las sumas y restas de la provincia de Buenos Aires.
Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Cristina y Alberto. El enfrentamiento en el Frente de Todos (Foto: Télam).

Cristina y Alberto. El enfrentamiento en el Frente de Todos (Foto: Télam).

La charla transcurrió hace 10 días. El senador Guillermo Snopek se juntó con Cristina Kirchner y le transmitió su malestar con el Gobierno de Alberto Fernández. Le dijo que estaba analizando dejar el bloque del Frente de Todos. A Cristina le pareció bien. En la charla consensuaron en que el senador escribiría una carta de renuncia antes de conformar el nuevo bloque. “Escribí lo que vos sientas”, le dijo Cristina.

El miércoles, cuatro senadores dejaron el Frente de Todos y armaron un nuevo bloque con la senadora cordobesa del peronismo opositor. Cristina dejó hacer. Todo lo que sea debilitar a Alberto, para ella está bien. O eso hace saber. Es cada vez más un gobierno que no siente suyo.

El miércoles por la mañana se lo vio al senador Snopek transitando los pasillos de la AFIP. Es el organismo que dirige el ultracristinista Carlos Castagneto; quizás uno de los resortes más importantes que tiene Cristina en el control de la economía. En un momento de su caminar, miró la Casa Rosada, como quien ve una figura lejana. En un último gesto, sacó una foto que compartió con algunos contactos de WhatsApp. Un rato más tarde, se anunciaba su renuncia al bloque del Frente de Todos y la constitución de uno nuevo con el nombre Unión Federal.

"Motiva mi decisión, en primer término, la distancia cada vez mayor que siento respecto al rumbo de gestión del presidente de la Nación, Alberto Fernández, alejado -a mi humilde entender- de las prioridades que nuestro pueblo demanda", dijo el senador en la carta que le envió a Cristina y que el Senado se encargó de difundir.

17.30 se conformó el nuevo bloque. Cerca de las 20 repetía a quien le preguntara: “Voy a ser gobernador de Jujuy”. Es una síntesis de un nuevo espacio en que cada uno va a hacer su juego. Nada de quiebre en el Frente de Todos. Es un repliegue táctico.

  • Élida Vigo (Córdoba, única que no integraba el Frente de Todos). Su pareja, Juan Schiaretti busca mostrar volumen para su campaña presidencial. Va a ser la única que siga votando siempre con la oposición.
  • María Eugenia Catalfamo (San Luis, de Alberto Rodríguez Saá). Muestra su alianza con Schiaretti y se despega del kirchnerismo. Alberto (el de San Luis) no tiene reelección. Tendrá que sobrevivir políticamente de otra manera en 2024.
  • Guillermo Snopek (Jujuy). Lo dicho: quiere ser gobernador de Jujuy. Denuncia una alianza entre Alberto Fernández y Gerardo Morales.
  • Edgardo Kuieder (Entre Ríos). Es mano derecha de Gustavo Bordet, gobernador de Entre Ríos. Quizás el que supo ser el más albertista de los gobernadores. Siente que Alberto no le pagó como correspondía. Hoy Rogelio Frigerio del PRO encabeza las encuestas en la provincia.
  • Carlos Espínola (Corrientes). Su provincia es gobernada por el radicalismo. Y ahí el kirchnerismo es mala palabra. Le sirve mostrarse independiente.

En definitiva, es un bloque creado para sacarle plata al Gobierno de Alberto Fernández en obras, subsidios y otros favores. Cada voto que quiera conseguir en el Senado ahora le va a costar mucho más caro.

¿En qué cambia estar adentro o afuera de un bloque? Va un ejemplo práctico. En una familia, mamá y papá acuerdan que los nenes solo comen golosinas los viernes. Es un acuerdo tejido al calor del hogar. Si mamá y papá se separan, el acuerdo se rompe y ya la negociación no se da en el lecho nupcial, sino por teléfono o con abogados.

En síntesis: no es un bloque anticristinista; es un bloque antialbertista. Cada uno va a negociar por separado. Las votaciones difícilmente sean conjuntas. El objetivo es conseguir recursos del Gobierno nacional negociando desde una posición de fuerza. En los temas que le interesan a Cristina, cuatro de los cinco van a votar a su favor.

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Los cinco senadores que rompieron con el bloque oficialista en el Senado (Foto: archivo).

Los cinco senadores que rompieron con el bloque oficialista en el Senado (Foto: archivo).

Cristina Kirchner: el operativo clamor

Mientras esto pasa en los palacios, en las unidades básicas del peronismo la discusión es otra. Todos necesitan una boleta que sea competitiva en todas las puntas. Hoy el Frente de Todos no tiene candidato a Presidente y eso le puede jugar en contra a los jefes territoriales. Especialmente en la provincia de Buenos Aires. Por eso, quieren convencer como sea a Cristina de que aparezca en la boleta.

Fernando Espinoza es de los más activos. Esta semana, en el cierre del Carnaval, les preguntó a los asistentes si querían que Axel Kicillof fuera reelecto como gobernador. La gente coreó que sí. Después preguntó si querían que Cristina Kirchner fuera otra vez presidenta. La ovación fue aún mayor. La escena se repitió el jueves en un acto con Wado de Pedro y Verónica Magario, la vicegobernadora.

El viernes, el peronismo porteño hizo un gran evento por el Carnaval y los 40 años de la democracia. También ahí se coreó por Cristina. Quieren que el clamor vaya de abajo hacia arriba. Y convencerla por lo menos de que empiece a recorrer los territorios.

Los intendentes creen que Cristina no va a querer ser. Pero juegan como en medio de una negociación: piden lo máximo posible, pero se conforman con que vaya en la boleta de senadora.

En algún punto es una trampa. Saben que Cristina es la Menem de 2003. Puede ganar en primera vuelta, aunque la aplastan en segunda.

Por primera vez el kirchnerismo admite públicamente que está dispuesto a ir a una PASO contra quien sea. La misión quedó a cargo del gobernador Axel Kicillof. Le preguntaron si competiría contra Insaurralde o Tolosa Paz. “El que quiera tener una PASO, competir, compañero o compañera, que lo haga”, dijo.

No es un dato caprichoso. El kirchnerismo quiere competir en las PASO y no se opone ya a ese método de selección de candidatos. Pero solo lo aceptaría si Alberto Fernández se baja de la candidatura.

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En la provincia de Buenos Aires quieren convencer como sea a Cristina de que aparezca en la boleta (Foto: archivo).

En la provincia de Buenos Aires quieren convencer como sea a Cristina de que aparezca en la boleta (Foto: archivo).

La economía cayó 0,2% en enero respecto al mes anterior y 1,2% en el año. En ese contexto, el peronismo pierde quizás su principal bandera de gestión: la idea de que hay inflación, pero por lo menos hay crecimiento. Formalmente entramos en recesión.

Esto fortalece la opción opositora. La semana pasada se lanzó Rodríguez Larreta como candidato presidencial. Dio un mensaje “antigrieta”. Fue contra el kirchnerismo pero también contra Mauricio Macri. La grieta tiene siempre dos caras.

El mensaje lo grabó en Santa Cruz, el lugar en el mundo de Cristina Kirchner; es también “el infierno” de Mauricio: el expresidente nunca fue a hacer campaña ahí y solamente fue una vez como presidente en cuatro años.

En su lanzamiento trató de “estafadores” a los que promueven la grieta. Esto es Cristina, pero también Patricia Bullrich y Macri. Patricia le respondió: “La gran estafa es haber transformado a la Argentina en un país en decadencia”.

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Horacio Rodríguez Larreta, en el video del lanzamiento de su candidatura (Foto: captura de video).

Horacio Rodríguez Larreta, en el video del lanzamiento de su candidatura (Foto: captura de video).

A nivel nacional se pueden dar el lujo de matarse. Hoy todos en Juntos por el Cambio se sienten ganadores. Solamente hay que ganar la interna y es el pasaje asegurado a la segunda vuelta y la presidencia. Aunque algunos en el peronismo creen que ese escenario es inestable: si sigue agrandándose la brecha y Cristina aceptara ser candidata, el ganador de la interna de JxC podría quedar tercero en las PASO, debajo de Cristina y Milei. Simbólicamente sería fuerte.

En Provincia la cosa es distinta. Ahí se gana por un voto y no hay balotaje. Por eso están más preocupados. El jueves hubo una reunión de dirigentes. Estuvieron todos los precandidatos menos Javier Iguacel, uno de los aspirantes de Patricia Bullrich; aprovecharon su ausencia para destruirlo.

Sonrieron juntos Santilli, Ritondo y Grindetti, todos precandidatos a gobernadores. También estaba Jorge Macri, que es titular del PRO bonaerense pero es precandidato a jefe de gobierno porteño; paradojas del destino.

En el PRO necesitan construir alguna ingeniería para evitar que la interna los desangre. “No hay espacio para chicanas dentro de Juntos por el Cambio”, dijo Santilli.

José Luis Espert, que también es candidato opositor pero por otro partido, reconoció en A24 que avanza en un acuerdo con Juntos por el Cambio. Todo sea por evitar que el kirchnerismo siga gobernando en la Provincia. Pero todavía el acuerdo no está cerrado.

Para el común de la gente faltan años para la elección. Mucha gente decide su voto en las últimas 48 horas previas a la elección. Para la política la elección empieza a definirse a partir de ahora. Estas discusiones, que muchas veces pueden parecer irrelevantes, son el principio de una historia que va a terminar el 10 de diciembre de 2023 cuando asuma el nuevo presidente o presidenta.

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