Milei insiste ante sus interlocutores que las bases económicas están sólidas. Para lograr el despegue definitivo hace falta seguridad jurídica, que permita generar inversiones. Una parte de eso se va a resolver cuando se apruebe la ley bases.
Milei insiste ante su círculo íntimo en que los problemas de inseguridad jurídica los tienen que resolver los ministros Mariano Cuneo Libarona (Justicia) y Patricia Bullrich (Seguridad). El ministro tuvo estos días reuniones con potenciales inversores. Entre ellos, con la poderosa Cámara de Comercio de los Estados Unidos (AmCham). Prometió que el Ministerio trabajará en varias reformas:
- Nombramiento de jueces vacantes
- Implementación del Código Procesal Penal
- Imputabilidad Juvenil
- Ley de juicio en ausencia
En la Casa Rosada se quejan de que todas estas leyes vienen muy demoradas. Milei cree que Bullrich también tiene que ayudar con la “seguridad jurídica”. Nadie invierte en un país con cortes y piquetes constantes.
La doctrina libertaria no cree que la seguridad jurídica se vaya a dar por un amplio acuerdo entre las fuerzas políticas que dé previsibilidad a los inversores.
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Milei cree que Patricia Bullrich también tiene que ayudar con la “seguridad jurídica” (Foto: archivo).
Todos contra Posse
En Casa Rosada, desde la cúpula del poder empiezan a entender que la gestión tiene serios problemas. Apuntan ahora a Nicolás Posse, jefe de Gabinete, que debería manejar los resortes administrativos. No lo hace.
Por primera vez, este miércoles se le va a conocer la voz. Va a ser en una presentación en el Senado en el marco del informe bimestral que el jefe de Gabinete debe dar en cada una de las cámaras, según marca la Constitución. El hombre está en pánico.
Tiene que responder 2400 preguntas que le mandaron los senadores de todas las bancadas. Durante los últimos días hubo rumores de que no iba a ir. Una conversación con la vicepresidenta Victoria Villarruel terminó de convencerlo. No había otra fecha posible y hay que respetar lo que dice la Constitución.
La vice lo invitó al Senado a almorzar. El encuentro fue en el comedor del Senado, a la vista de todos. Villarruel prefiere no comer en su despacho y recorrer el Palacio; se aburre.
Posse comió pesca del día y ella, un pollo grillé con puré. Un menú light para una conversación picante. El encuentro duró una hora y media, y Villarruel tuvo que ayudarlo a calmar su ansiedad. Le explicó el funcionamiento de la Cámara, cómo es el procedimiento de ese tipo de sesiones informativas y repasaron las distintas opciones que pueden ocurrir ese día.
Después lo llevó a conocer el recinto, le mostró dónde se sienta cada senador y lo paseó por el Salón de las Banderas, donde se suelen ubicar los periodistas.
Esta sesión va a caer en el medio de la discusión por la Ley Bases. El oficialismo quería que se votara esta semana. Como anticipamos, era imposible. Decíamos la semana pasada que -en un escenario optimista- iban a ser dos semanas de debate de comisión. Nos quedamos cortos. Solo hasta última hora del viernes se propusieron 31 expositores.
Hay 7 senadores que están en duda sobre su voto y que podrían acompañar si se hacen cambios en particular. El problema que es si los acuerdos no están bien trabajados, la ley vuelve a Diputados y ahí tienen los números para insistir con la redacción original. “No tiene sentido plantear modificaciones”, dice una senadora que solo está dispuesta a acompañar si se garantiza que Diputados acepta los cambios.
Los números para el oficialismo están un poco peor que la semana pasada. El Gobierno se conforma con una aprobación con cambios para poder firmar el Pacto de Mayo el 25.
Los gobernadores no peronistas (y algunos peronistas) ya comprometieron presencia. Saben que es un decálogo de buenas intenciones que no conlleva ningún compromiso. No hay motivo para no firmar.
jefe de Gabinete, Nicolás Posse, con el subsecretario de ASuntos Internacionales del TEsoro de EEUU. Jay Shambaugh. Foto jefatura de Gabinete..jpg
Nicolás Posse. El miércoles, en el Senado, se le conocerá la voz, en el marco del informe que debe dar como jefe de gabinete (Foto: archivo).
La gestión cruje
El choque de trenes del ferrocarril San Martín expone las deficiencias y los riesgos del país sin Estado que está implementando el gobierno de Milei.
Si el accidente de Once fue hijo directo de la corrupción kirchnerista, esta vez el descontrol en el Estado fue la condición de posibilidad para este suceso. En ambos casos sobrevuela la idea de la utilización del Estado para beneficios personales, de la política o de empresarios amigos.
Esto le puede pasar a cualquier gobierno porque el Estado no funciona. Se empiezan a enarbolar todo tipo de teorías disparatadas: sabotajes, intromisión de los chinos, una venganza del Gobierno por el paro.
Por ahora no se puede saber si son hechos concatenados. Pero la desinversión en el área estos 5 meses fue total. Los controles de los trenes están a cargo de la Comisión Nacional Reguladora de Transporte (CNRT), que encabeza el cordobés Edgar Pérez. En ese organismo se quejan de la falta de conducción y de designación de funcionarios.
Patricia Bullrich venía presionando para que le entreguen la conducción de la CNRT. En la Casa Rosada también ven deficiencias en el área de Transporte. Pero no tienen con quién reemplazar a los funcionarios. El suceso de Bullrich quedándose sin saldo en la SUBE en el día del paro está relacionado con esa interna. Fue Pérez el que le prestó su SUBE. Maldades del destino.
Hace 10 días, los principales rectores del país se reunieron con Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano. Esperaban una conversación en la que se definieran cuestiones profundas del financiamiento universitario. Se fueron sin nada. “Se advierte que las personas con las que hablamos (Pettovello y Carlos Torrendell, secretario de Educación), no tienen el poder de fuego para tener una propuesta”, dijo Víctor Moringo, presidente del Consejo Interuniversitario Nacional.
La falta de gestión se ve en todas las áreas
- Vouchers que no se pagan (ni se anuncia quiénes lo van a recibir y quiénes no)
- Empresas públicas que no funcionan
- No se homologan las paritarias
- No funciona el SECLO (que tiene que firmar los acuerdos por indemnización)
- Proyectos de ley que no se presentan
- Leyes que no salen (hasta ahora no se aprobó ninguna del Gobierno)
Son algunos ejemplos que se replican en todas las áreas del Estado.
“Posse es el jefe de la administración pública, pero lo único que se le ocurre es cerrar y recortar”, cuenta un hombre que conoce la administración pública desde adentro. Karina Milei toma protagonismo y ahora lo hace saber. Las reuniones de gabinete siempre las encabeza ella. Esta semana se vio eso por primera vez en una foto.
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El choque del ferrocarril San Martín expone las deficiencias y los riesgos del país sin Estado que está implementando Milei (Foto: archivo).
Los números oscuros de la economía real
El martes se va a conocer la inflación de abril. Va a ser la mejor noticia que va a tener para contar Javier Milei en mucho tiempo. Perforó el piso de los dos dígitos. Se conoció esta semana la inflación de los trabajadores del mes pasado. Dio 9,2%. Es un índice elaborado por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) que suele acercarse bastante a la inflación del Indec.
La inflación oficial va a estar en torno a ese número, aunque va a seguir por encima de los porcentajes mensuales de abril del 2023, cuando dio 8,4%. El Gobierno va a festejar el resultado. Va a plantear que se está en el camino correcto. Saben que el modelo tiene fisuras.
La inflación es un indicador como la fiebre: no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de otra cosa. Se puede bajar la inflación a 0, pero si la actividad económica no repunta y los ingresos no crecen, el paciente va a seguir muy enfermo.
Los salarios no dan signos de mejora. El viernes se conoció el índice de aumentos de sueldos de marzo. El escenario es catastrófico, aunque Milei diga que se están recuperando.
- En marzo los salarios crecieron 10,3%, unas décimas por debajo de la inflación (fue 11%)
- La inflación desde que asumió Milei (tomando diciembre entero) fue del 90,1%.
- Los salarios totales crecieron un 58,4% (es decir, que perdieron más de 30 puntos de su poder adquisitivo).
- Más dramático es si se mira el empleo no registrado. Desde diciembre solo tuvieron 38% de aumento, esto es casi 50 puntos porcentuales por debajo de la inflación.
- El Gobierno no tiene una palabra o gesto para estos sectores golpeados.
La actividad económica dio esta semana gestos de fuertes caídas:
- La Construcción cayó un 42% y acumula un derrumbe del 30% en el año (en todo 2023 había caído un 3%).
- La producción industrial cayó un 21,2% (el año pasado cerró con un -1,7%).
- La pesca cayó un 0,2% respecto a un año pasado que ya había sido malísimo por la sequía.
- La producción minera (incluye hidrocarburos) creció 4,8%, pero muy por debajo de lo que subió todo el año pasado (que ya era un año de crisis).
A todo esto se suman los números de recaudación, que preocupan. Economistas privados aseguran que el superávit fiscal del último mes fue pobre, tendiendo a cero. La caída en la recaudación va a obligar a profundizar el ajuste para sostener ese superávit.
Según un informe del Instituto IPyPP, que dirige Claudio Lozano, la caída total de los ingresos fue del 14,4%.
- Está liderada por Ganancias (que sacó Massa) con -39,9%.
- Impuestos internos e IVA (-26,1% y -13,1%)
- La seguridad social (-20%).
Una muestra de que están cayendo los salarios reales de los trabajadores formales también en abril.
La recuperación de la economía llega -en el mejor de los casos- a los mercados. Pero está lejos -muy lejos- de impactar en la vida real de la gente.
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