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Urtubey y Pichetto. Dos que quieren.
El peronismo no K, que en el Congreso tiene a Pichetto y Pablo Kosiner como bastoneros, todavía resiente del kirchnerismo. Le reprocha pretender comandar el proceso de reorganización, sobre todo después de haber capitaneado las estrategias electorales que llevaron a las derrotas de 2013, 2015 y 2017, esta última con la propia Cristina Kirchner como candidata.
Réplicas en Diputados. Rossi, como jefe de bloque del FpV, pretendió aglutinar a todo el peronismo en la madrugada del jueves, para voltear el Mega DNU que el presidente Mauricio Macri dictó en enero. Ese intento desnudó la estrategia K: correr al “peronismo federal” por izquierda y obligarlo a radicalizar su postura. Fracasó. Y ese resultado ratifica que el PJ tiene sus propios canales con el oficialismo. Y que no está dispuesto a perderlos.
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Urtubey y Kosiner, animadores del "Peronismo Federal". Bertone se suma.
Más equilibrios. Algunos tienen la interna en su propio pago. Es el caso de la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci, que hace equilibrio entre el PJ (donde es vicepresidenta) y el kirchnerismo más duro. Su ex vicegobernador -y rival en la interna peronista- Dalmacio Mera busca diferenciarse desde el universo “renovador”; dato color: aunque tiene peso propio, Mera es primo de Urtubey y juegan en tandem. Mientras Corpacci se recuesta en el kirchnerismo, pero sin jugarse demasiado, para no espantar a los independientes. Por eso, envió sus delegados a San Luis. Para no ofender a nadie.
Campaña conurbana. En la provincia de Buenos Aires, la discusión también asoma sin acuerdo. Los intendentes, con Gustavo Menéndez a la cabeza, quieren reunificar, pero el massismo insiste en su línea divisoria con el kirchnerismo. Para eso, Facundo Moyano estuvo intensificando sus contactos en el Conurbano y pasó por Tres de Febrero. No es el único que se ofrece como un puente entre el Frente Renovador y los intendentes del PJ. Final incierto.
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Facundo Moyano en Caseros. Otro que está de recorrida.