La Jungla del Poder

Seis claves para la segunda fase del gobierno de Milei: cepo, inflación y rosca política

El oficialismo arranca el segundo semestre del año con desafíos trascendentales. ¿Es viable mantener la inflación a la baja? ¿Qué está mirando la política y qué puede pasar el Congreso con las reformas que se vienen?

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Javier Milei comienza el segundo semestre del año con desafíos trascendentales (Foto: archivo).

Javier Milei comienza el segundo semestre del año con desafíos trascendentales (Foto: archivo).

Empezó formalmente el segundo semestre del año, tiempo en que los gobiernos esperan ver los frutos de los esfuerzos que pagó la sociedad para reordenar el quilombo que dejó la anterior administración (no importa cuando leas esto, siempre vale para un lado o para el otro).

1. La salida del cepo

Primero dijeron que las inversiones iban a llegar si se aprobaba la Ley Bases, que implicaba aumentar un 5000% los “grados de libertad” de la Argentina. Pero en la práctica no funcionó.

Empresas vinculadas a la minería y otros sectores que estarían en condiciones de hacer grandes inversiones ya salieron a decir por lo bajo que la clave no es tanto el Régimen General de Inversiones (RIGI, que está en la ley bases) sino que haya una cierta estabilidad política y económica; casi imposible.

El segundo requisito es “salir del cepo”. O sea, que las empresas tengan libre disponibilidad para meter y sacar guita. El Gobierno -especialmente Milei/Caputo- insisten en que todavía no se puede y que necesitan fortalecer las reservas primero.

El tema es que con cepo crece la brecha entre el dólar oficial y el paralelo; y con esa brecha, los productores no liquidan sus exportaciones.

Las reservas están en torno a los 28 mil millones de dólares, pero según estudios privados están negativas en 5000.

El Gobierno le echó la culpa al mensajero y voló a Fernando Vilella, secretario de "bioeconomía" (Agricultura), que era un técnico reconocido. Puso en su lugar a uno que aporta “rosca” en el sector. Parece que las fuerzas del cielo no alcanzan para encarrilar la oferta y la demanda.

2. La inflación

Milei dice que la tiene controlada. En realidad había dicho en su momento que los efectos de terminar con la emisión recién se iban a ver a mitad del año que viene.

La inflación -en la lógica ortodoxa- es un fenómeno “siempre y en todo momento” de carácter monetario. Por eso, ahora deberíamos estar viendo el rezago inflacionario de la emisión de “13 puntos del PBI” de la campaña de Massa. Pero la inflación ahora está acotada; no queda claro cómo se conjugan las dos teorías.

El principal sostén político en términos de opinión pública es que Milei prometió en campaña que iba a bajar la inflación y lo está (¿lo estaba?) logrando. Pasamos del 25, al 20, 11, 8, 4,2% en mayo. En junio hubo un leve rebote y dio 4,6%.

El Gobierno trata de comunicar que en realidad fue un rebote, que la inflación mayorista (que suele anticipar la inflación del mes siguiente) sigue controlada, que los alimentos dieron bajísimo y que solamente aumentó porque se están descongelando las tarifas... Es cierto.

La gran pregunta es cómo va a leer la opinión pública todo esto y si es sostenible esta baja. Especialmente teniendo en cuenta las presiones que hay sobre el tipo de cambio.

Esto es muy importante porque hoy la inflación no manda solo en la economía, sino también en la política.

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El Gobierno trata de comunicar que el aumento de la inflación fue un rebote. ¿Podrá sostener esa baja? (Foto: archivo).

El Gobierno trata de comunicar que el aumento de la inflación fue un rebote. ¿Podrá sostener esa baja? (Foto: archivo).

3. Desocupación, pobreza y salarios

Los sueldos empiezan a recuperar una parte de lo perdido, aunque se consolidaron en un escalón más bajo que el de diciembre del año pasado. Un ejemplo claro son las jubilaciones. Indexan por inflación y aunque ya dejaron de perder, nunca van a recuperar lo que perdieron en el verano.

La inflación, según la mayoría de las encuestas de opinión, dejó de ser el principal problema para los argentinos. Lo desplazaron la desocupación y la pobreza. Eso tiene un correlato sobre los sueldos: si tenés miedo de no conseguir trabajo, difícilmente te hagas el loco para pedir un aumento.

Como dijo el profesor Pablo Pagano: “La inflación genera ansiedad, pero la desocupación genera depresión”. Se podría hacer Intensamente 3 con la Argentina y batiría todos los récords.

Desocupación, pobreza y salarios pasan a ser EL tema a resolver para Milei. Las demandas cambian. Y el Gobierno no parece tener respuestas para estos problemas, porque la solución que plantea -vía mercado y no intervención estatal- es de largo plazo. Otra luz amarilla.

4. La política

Como planteamos en el punto 2 y 3, la opinión pública es la clave. Podemos cuestionar a las encuestas, pero son la única herramienta válida que los políticos tienen para tomar decisiones sobre el humor social. En la medida que las encuestas le sigan dando expectativas favorables al Gobierno, la oposición dialoguista va a tener que acompañar; y la oposición más dura va a tender a moderar sus críticas.

Milei tiene 38 diputados y 7 senadores. Necesita sí o sí de la oposición para poder gobernar.

Los que apoyan al Gobierno son 4 bloques:

  • PRO
  • UCR
  • Hacemos Coalición Federal (los de Pichetto)
  • Innovación Federal (de partidos provinciales que no tienen expectativas nacionales y con economías muy atadas a las transferencias del Ejecutivo nacional)
La tasa de desocupación bajó al 6,2% en el segundo trimestre
La desocupación, la pobreza y los salarios pasaron a ser EL tema a resolver para Milei (Foto: archivo).

La desocupación, la pobreza y los salarios pasaron a ser EL tema a resolver para Milei (Foto: archivo).

De estos bloques hay tres que apoyan por ideología, responsabilidad política o porque consideran que sus votantes siguen con expectativa de "cambio”. Son legisladores que en general representan a una bases de electores antikirchneristas. El cuarto bloque, el de las provincias, basa su apoyo en la negociación por fondos públicos.

Si la opinión pública se mantiene estable, estos bloques van a seguir haciendo oposición moderada o apoyo crítico. Si hay un giro, es probable que empiecen los problemas.

Por eso, para Milei es clave mantener la inflación controlada; es lo que lo mantiene arriba entre sus votantes "moderados".

5. El factor Macri

Más allá de los otros aliados circunstanciales, el PRO sigue siendo la principal base de sustentación política del Gobierno.

Esa alianza transitoria está en la cuerda floja. Macri siente que no le pagaron como pretendía el apoyo en el primer semestre: no se gestó la alianza parlamentaria sólida, no le permitió ocupar cargos en las terceras líneas para fortalecer la gestión y no devolvió los fondos de coparticipación que le habían sacado a la Ciudad en la gestión anterior. Además, no le dio el lugar que pretendía en el Pacto de Mayo.

El problema de fondo es que Macri lee que a Milei le está faltando gestión y, más allá del logro de haber bajado la inflación y de compartir el rumbo general, el Gobierno hace agua por todos los costados. No quiere quedar preso de eso. Macri puede ser liberal, pero claramente no es libertario.

Y ojo que sin el apoyo del PRO va a ser muy difícil para Milei dar una imagen de gobernabilidad que asegure estabilidad política y que permita atraer inversiones.

Con Macri a la cabeza, el PRO se rebela y pide que Milei pague la deuda por Coparticipación a CABA
La alianza transitoria entre el PRO de Mauricio Macri y el Gobierno está en la cuerda floja (Foto: archivo).

La alianza transitoria entre el PRO de Mauricio Macri y el Gobierno está en la cuerda floja (Foto: archivo).

6. La llegada de Sturzenegger

Era un ministro sin ministerio. Ahora lo tiene. Sturzenegger llega a la gestión Milei a hacer desregulaciones y reformas difíciles. La primera, la Ley Hojarasca, que pretende terminar con más 100 leyes vigentes que, según él, entorpecen el libre funcionamiento del mercado.

Su llegada tiene dos desafíos. Primero, su ministerio no tiene competencias claras, sino que se mete en áreas de todos los otros ministros. Habrá que ver cómo se sobrelleva.

Segundo, buena parte de las reformas que quiere hacer necesitan pasar por el Congreso. Para eso se requieren acuerdos parlamentarios que hoy están en la cuerda floja. ¿Se viene otro conflicto?

Tercero, la pica entre Sturzenegger y Caputo. Si el primero es un defensor del libre mercado a ultranza, el segundo tiene sus matices. De hecho, durante la gestión de Macri se fue del Banco Central porque el FMI no quería intervención estatal sobre el dólar y él sí.

Sturzenegger es una figura fuerte que puede opacar al ministro. Los mercados no suelen leer bien el doble comando.

Seis desafíos para un gobierno que debería estar entrando en una fase de consolidación. ¿Lo logrará?

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