En la foto que encabeza la nota se ven condensadas las figuras más importantes.
Luana Volnovich
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Luana Volnovich
Luana Volnovich
Nacida en Río de Janeiro en 1979, durante el exilio de sus padres, ingresó a la Cámara de Diputados en 2015 -venía de implementar el plan FINES en el Ministerio de Educación-. Licenciada en Ciencia Política de la UBA, formó junto a su entonces pareja Iván Heyn (el economista fallecido en 2011) el Centro de Estudios Políticos (CEP) de La Cámpora.
A pesar de esa trayectoria, el nombre de Volnovich recién llegó a los primeros planos durante el cierre de listas del año pasado, cuando ocupó el segundo lugar en la nómina de diputados del Frente de Todos. Sin embargo, no llegaría a asumir su nuevo mandato porque fue designada al frente del PAMI. Un déficit -y un problema- del flamante oficialismo: la mayoría de los principales representantes de las listas pasaron a ocupar cargos en el Ejecutivo).
Anabel Fernández Sagasti
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Anabel Fernández Sagasti - Senadora Mendoza
Anabel Fernández Sagasti - Senadora Mendoza
Senadora mendocina nacida en 1984, fue una de las integrantes del grupo “Los ángeles de Cristina” durante los primeros años de Cambiemos en el poder. Esta alineación consistía en una decena de mujeres camporistas o referenciadas directamente en la ex presidenta que ejercían como “contrapeso” o fuerza de choque dentro del entonces bloque del FpV. En 2017, cuando el peronismo del Senado se fracturó, Sagasti pasó a ser una de las máximas exponentes de Unidad Ciudadana. De hecho, esa bancada quedó conformada en su totalidad por mujeres –con la sola excepción del neuquino Marcelo Fuentes como presidente de bloque-.
Sagasti fue diputada y consejera de la Magistratura durante el período 2011-2015, y luego obtuvo una banca como senadora por Mendoza. Desde la Cámara alta fue una de las más enfáticas defensoras de Cristina en sus causas por corrupción. Y esa disciplina le fue retribuida: el año pasado fue candidata a gobernadora de Mendoza, después de imponerse en las PASO del peronismo. Perdió contra Rodolfo Suárez, el postulante de Cambiemos. Pero tiene tiempo para hacer pie en su provincia.
Mayra Mendoza
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Mayra Mendoza
Mayra Mendoza
Es tal vez la que tiene mayor historia, ascendencia y representatividad. Nacida en 1983 e integrante de la “mesa chica” de La Cámpora desde los inicios de la agrupación, hoy puede decir que cumplió su sueño de ser intendenta de Quilmes.
En el libro de Sandra Russo “Fuerza Propia” (2014), sobre La Cámpora, la propia Mendoza echó luz sobre sus orígenes: como militante emergente de la crisis de 2001, empezó en el radicalismo para luego hacerse peronista (o cristinista). En 2011, año en que fue electa diputada nacional, se convirtió en la única mujer en la estructura de la conducción camporista. Durante ese período también trabajó en la conformación de la JP bonaerense junto a su entonces pareja José Ottavis (que fue eyectado del universo camporista).
En 2015 renovó su banca de diputada, hasta que cuatro años más tarde llegó el turno de disputar el territorio y ganó –primero- las PASO de Quilmes y –después- las elecciones generales por casi el 50% de votos contra Martiniano Molina, el intendente de Cambiemos que se fue al grito de “Vamos a volver”.
Aunque tiene buena relación con el gobernador Axel Kicillof, Mendoza responde a Cristina. Como intendenta pasa gran parte de sus días en la calle, “camina mucho y habla con los vecinos”, cuentan en el cristinismo ante A24.com. “Ella combina varios perfiles: un gen militante, con una gestión de puertas abiertas, y un rosqueo permanente para pedir cosas a los gobiernos de Kicillof y Alberto. Golpea todas las puertas y trabaja de 8 a 22. A Quilmes fueron todos”, se entusiasman en el Frente de Todos. Ella, y Kicillof, son las apuestas personales de Cristina.
María Luz Alonso
Una “tapada” para los medios pero de una gravitación determinante en la intimidad de Cristina. Nacida en 1985 en Victorica, un pueblo de La Pampa, “Luchy” –como le dicen los que la conocen- fue desde siempre un enlace del kirchnerismo con esa provincia tradicional y hostil para los intereses K. Licenciada en Economía de la UBA, en 2011 fue electa diputada nacional, y tras la derrota de 2015 asumió como secretaria de Coordinación Operativa de la Cámara de Diputados.
Desde su territorio trabajó por la unidad del peronismo (que había competido en internas en las PASO de 2015). Las labores fueron exitosas y, reunificado, el PJ logró retener La Pampa el año pasado. En esas elecciones, Alonso fue segunda en la lista de diputados provinciales, pero tampoco llegó a asumir en la Legislatura porque Cristina la convocó para que fuera secretaria administrativa del Senado. Desde ahí, maneja las cuentas de la cámara, las contrataciones, los nombramientos y hasta la agenda de la vicepresidenta.
El año pasado, “Luchy” estuvo en la comitiva que recibió y agasajó a Cristina durante su incursión en Santa Rosa por el Día de la Lealtad del 17 de Octubre. Escolta de Cristina, integra un grupo cerrado que, de a poco, se va abriendo al mundo.
Satélites
Por fuera de ese círculo, hay otras senadoras que también orbitan en el cristinismo –incluso muchas de ellas fueron “ángeles” durante el período anterior-. En los últimos días fueron noticia por haber presentado un proyecto tan controvertido que hasta la propia ex presidenta tuvo que tomar distancia: la normativa que busca anular las prisiones preventivas para causas de corrupción en caso de que su difusión en los medios afecte la “percepción pública”.
La autora del proyecto, presentado a fines de diciembre, es la senadora Eugenia Catalfamo (Puntana pero de la Cámpora), de la línea del kirchnerismo duro. Y la acompañaron Ana María Ianni (Santa Cruz), Nancy González (Chubut), Ana Almirón (Corrientes) y María Inés Pilatti Vergara (Chaco). Una combinación de peronismo silvestre con paladar negro.