Pablo empezó pensando esto como un hobby, un 'lo hago porque me gusta', 'porque está bueno'. Él aseguró: "no pensé en llegar a ir a competir a los juegos de Lima 2019". Giménez quedó quinto en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019, además de una medalla de plata en Brasil lo que le permitió acceder a esta competencia.
La vida para adelante
"Cuando uno se llena de pretextos la vida es una miseria; yo nunca puse pretextos a mi vida", afirmó. Según Pablo, su madre, sus hermanos y dos o tres persona amigas siempre le dan una palabra de aliento.
Declara que "venía con un golpe en el 2006, que había perdido el nene mío; entonces dije ya está, ya no hay más nada, ya no hay más dolor, le doy para adelante", y así fue.
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Sacó todo lo malo que tenía dentro sin otro tratamiento que entrenar, el gimnasio, el "dejar toda la porquería ahí", como él manifiesta.
"Hay que dejar, no solo el diez, sino el ciento diez porciento, ¿no? en cada entrenamiento, o en cada competición".
Cuando pisó por primera vez el parque (el espacio baldío donde entrena) no creía que se le iba a dar todo lo que se le fue dando, ni que llegaría a donde llegó.
"Empecé como un pasatiempo. Después fui indagando, mirando los ranking sudamericanos, los ranking mundial y no me di cuenta que estaba ahí, a nada".
De los desencuentros con el éxito afirma: "yo la verdad es que me rodeo de la gente que me apoyó desde un primer momento, que son mi familia, Carlos Alberto Rodríguez y mis compañeros de la selección".
"Para mi no termina ahí, en Tokio, ni en Chile", afirma este atleta del deporte adaptado.