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Atleta paralímpico se rapó la cabeza para apoyar a un niño con cáncer

Conocé la historia de este atleta argentino que en poco tiempo ganó varios reconocimientos internacionales y que desde Japón le manda un mensaje esperanzador a los niños con cáncer
Atleta paralímpico se rapó la cabeza para apoyar a un niño con cáncer

Un conocido de hace muchos años se contactó ahora con Pablo para decirle que su hijo, Tomi de 7 años, padecía cáncer y tenían que amputarle una pierna. Para motivarlo, desde la villa paralímpica en Tokio, Japón, Pablo decidió raparse en una videollamada con Tomi.

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Esto cambió la actitud del niño ante su enfermedad, y lo hizo mejorar su mirada ante la vida.

Quién es Pablo Giménez

Después de un accidente en moto, el 2 de octubre de 2008, Pablo Giménez perdió la pierna izquierda desde abajo de la rodilla. No sabía lo que era el deporte paralímpico, ni nada de eso. Para evitar la atrofia de su pierna afectada se metió al gimnasio a hacer fierros, a entrenar. Un profesor suyo del gimnasio le preguntó sino quería hacer lanzamiento de bala y jabalina. Lo tomó como una broma, ya que no sabía que había deporte adaptado.

Después de la amputación Pablo se sintió muy mal de no poder hacer las cosas de su edad (tenía 25 años), de no poder jugar al fútbol con los amigos. Canalizó todo eso yendo a entrenar a un gimnasio. No paró. "Me dediqué a entrenar, a entrenar, y al día de hoy siguió entrenando", comenta hablando del nacimiento de esa pasión.

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Pablo empezó pensando esto como un hobby, un 'lo hago porque me gusta', 'porque está bueno'. Él aseguró: "no pensé en llegar a ir a competir a los juegos de Lima 2019". Giménez quedó quinto en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019, además de una medalla de plata en Brasil lo que le permitió acceder a esta competencia.

La vida para adelante

"Cuando uno se llena de pretextos la vida es una miseria; yo nunca puse pretextos a mi vida", afirmó. Según Pablo, su madre, sus hermanos y dos o tres persona amigas siempre le dan una palabra de aliento.

Declara que "venía con un golpe en el 2006, que había perdido el nene mío; entonces dije ya está, ya no hay más nada, ya no hay más dolor, le doy para adelante", y así fue.

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Fuente Primera Plana

Fuente Primera Plana

Sacó todo lo malo que tenía dentro sin otro tratamiento que entrenar, el gimnasio, el "dejar toda la porquería ahí", como él manifiesta.

"Hay que dejar, no solo el diez, sino el ciento diez porciento, ¿no? en cada entrenamiento, o en cada competición".

Cuando pisó por primera vez el parque (el espacio baldío donde entrena) no creía que se le iba a dar todo lo que se le fue dando, ni que llegaría a donde llegó.

"Empecé como un pasatiempo. Después fui indagando, mirando los ranking sudamericanos, los ranking mundial y no me di cuenta que estaba ahí, a nada".

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De los desencuentros con el éxito afirma: "yo la verdad es que me rodeo de la gente que me apoyó desde un primer momento, que son mi familia, Carlos Alberto Rodríguez y mis compañeros de la selección".

"Para mi no termina ahí, en Tokio, ni en Chile", afirma este atleta del deporte adaptado.