RECETA

¡Cena solucionada! La receta de strudel de espinaca que no vas a dejar de hacer

Una preparación fácil, económica y perfecta para cualquier comida del día. Cómo hacer paso a paso un strudel de espinaca casero con ingredientes simples y resultado espectacular.

¡Cena solucionada! La receta de strudel de espinaca que no vas a dejar de hacer

El strudel es reconocido mundialmente como un clásico de la pastelería austríaca, tradicionalmente en su versión dulce con manzana. Sin embargo, su variante salada ha ganado popularidad en los últimos años gracias a su versatilidad y practicidad. Entre ellas, el strudel de espinaca se convirtió en una de las opciones favoritas para quienes buscan una comida liviana pero sabrosa, ideal para llevar en la vianda, servir como entrada en una reunión o acompañar con una ensalada para una cena rápida.

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La gran ventaja de esta receta es que no requiere técnicas complicadas ni ingredientes difíciles de conseguir. Se puede preparar con masa comprada —como hojaldre o pascualina— o incluso con masa casera para quienes prefieren una textura más fina y crujiente. El relleno, por su parte, se basa en espinaca fresca o congelada, combinada con queso, cebolla o los ingredientes que haya disponibles en casa. La clave está en equilibrar la humedad de las verduras para que el resultado final tenga buen sabor sin humedecer la masa.

Qué ingredientes se necesitan para hacer strudel de espinaca

Las cantidades pueden variar según el tamaño del strudel o el gusto personal, pero los elementos básicos para una preparación tradicional suelen ser:

  • 1 tapa de masa hojaldre rectangular o redonda (también puede utilizarse masa filo o pascualina).

  • 400 a 500 gramos de espinaca fresca (o su equivalente en espinaca congelada escurrida).

  • 1 cebolla mediana.

  • 1 o 2 dientes de ajo (opcional).

  • 150 a 200 gramos de queso fresco, mozzarella o ricotta.

  • 1 huevo (para unir el relleno y pincelar la masa).

  • Aceite de oliva o manteca.

  • Sal, pimienta y nuez moscada a gusto.

  • Semillas de sésamo o queso rallado para espolvorear por encima (opcional).

Paso a paso para un strudel perfecto

  • Saltear la espinaca. En una sartén con un poco de aceite o manteca, cocinar la cebolla y el ajo picados hasta que estén transparentes. Agregar la espinaca previamente lavada y picada y dejar que elimine el exceso de líquido. Si se utiliza espinaca congelada, es importante escurrirla bien antes de sumarla.

  • Condimentar y enfriar. Retirar del fuego, condimentar con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada, y dejar que la mezcla baje de temperatura.

  • Incorporar el queso y el huevo. Una vez tibio, agregar el queso elegido en cubos o desmenuzado. Si se utiliza ricotta, se puede sumar directamente. Añadir un huevo batido para ayudar a que el relleno quede más compacto.

  • Armar el strudel. Extender la masa sobre una placa. Colocar el relleno en el centro en forma de cilindro y luego cerrar enrollando o plegando los bordes hacia adentro, asegurándose de que quede bien sellado.

  • Pincelar y decorar. Pintar la superficie con huevo batido y espolvorear con semillas o queso rallado si se desea.

  • Hornear. Llevar al horno precalentado a temperatura media (180-190 °C) durante 25 a 30 minutos, o hasta que la masa esté dorada y crocante.

Cómo servirlo y variantes posibles

Este strudel se puede disfrutar tanto caliente como frío, lo que lo convierte en una opción ideal para llevar al trabajo o a un picnic. Se puede servir en rodajas acompañado con ensalada fresca, puré o arroz, según el momento del día. Para quienes buscan variar el sabor, se le pueden añadir ingredientes como jamón, champiñones o queso azul, o reemplazar la espinaca por acelga o kale.

Con pocos pasos y un puñado de ingredientes comunes, el strudel de espinaca demuestra que lo casero no tiene por qué ser complicado. Una receta rendidora, adaptable y con ese toque casero que siempre conquista.

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