El bizcochuelo de naranja es un infaltable de la repostería casera argentina. Su popularidad se mantiene intacta porque combina lo mejor de dos mundos: la humedad natural del jugo de naranja y la textura aireada del bizcochuelo tradicional.
Con su aroma fresco y sabor suave, el bizcochuelo de naranja es una de las recetas caseras más elegidas para acompañar el mate o el café. Se prepara con ingredientes simples y logra una textura esponjosa ideal para disfrutar en cualquier momento del día.
El bizcochuelo de naranja es un infaltable de la repostería casera argentina. Su popularidad se mantiene intacta porque combina lo mejor de dos mundos: la humedad natural del jugo de naranja y la textura aireada del bizcochuelo tradicional.
Además, es una receta versátil: se puede servir solo, espolvoreado con azúcar impalpable, o convertirse en base para una torta más elaborada con relleno o glasé. Su aroma cítrico y su sabor equilibrado lo convierten en un clásico que nunca decepciona.
No requiere técnicas complicadas ni utensilios especiales, y se puede preparar en pocos pasos con ingredientes que todos suelen tener en casa.
Para un molde mediano (de unos 24 cm de diámetro), se necesitan:
3 huevos
1 taza de azúcar
½ taza de aceite neutro (girasol o maíz)
1 taza de jugo de naranja natural
Ralladura de 1 naranja
2 tazas de harina leudante
1 pizca de sal
Estos ingredientes bastan para obtener un bizcochuelo alto, esponjoso y con ese color dorado tan característico.
Preparar el horno y el molde
Precalentar el horno a 180 °C. Enmantecar y enharinar un molde o cubrirlo con papel manteca.
Batir los huevos con el azúcar
En un bol grande, batir los huevos junto con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa y de color claro. Esto es clave para que el bizcochuelo quede aireado.
Agregar los líquidos
Incorporar el aceite y el jugo de naranja. Mezclar con movimientos envolventes para mantener el aire incorporado.
Sumar los secos
Añadir la harina leudante tamizada y la pizca de sal. Agregar también la ralladura de naranja, que intensifica el aroma y el sabor.
Hornear
Volcar la mezcla en el molde y llevar al horno durante 35 a 40 minutos. El tiempo puede variar según el horno, por lo que conviene verificar con un palillo: si sale seco, el bizcochuelo está listo.
Enfriar y desmoldar
Dejar enfriar unos minutos antes de desmoldar. Una vez frío, se puede decorar con azúcar impalpable o un glaseado liviano hecho con jugo de naranja y azúcar.
Este bizcochuelo casero se destaca por su equilibrio justo entre dulzura y acidez, lo que lo hace perfecto para acompañar infusiones o servir como postre liviano. Además, es una receta ideal para quienes buscan una opción casera, económica y sin necesidad de batidora eléctrica.
Su textura húmeda, su aroma cítrico y su sencillez lo convierten en uno de esos clásicos que siempre vuelven. Y lo mejor es que se puede personalizar: algunos le agregan chips de chocolate, otros lo rellenan con dulce de leche o crema, y hay quienes prefieren disfrutarlo tal cual, recién salido del horno.
Con ingredientes básicos y un poco de jugo de naranja natural, se puede lograr en casa un bizcochuelo esponjoso, dorado y con ese perfume inconfundible que llena la cocina de calidez.