El siguiente desafío matemático propone poner a prueba la atención y el razonamiento lógico: (4 + 6 × 2)² ÷ (3² − 1) + (18 ÷ 3 + 2) × (5 − 1)². Aunque parece sencilla, muchas personas no logran obtener el resultado correcto.
El desafío matemático debe resolverse en menos de 18 segundos siguiendo la regla PEMDAS: primero paréntesis, luego exponentes, después multiplicaciones y divisiones, y por último sumas y restas.
El siguiente desafío matemático propone poner a prueba la atención y el razonamiento lógico: (4 + 6 × 2)² ÷ (3² − 1) + (18 ÷ 3 + 2) × (5 − 1)². Aunque parece sencilla, muchas personas no logran obtener el resultado correcto.
El error suele estar en no respetar el orden adecuado en que deben resolverse las operaciones. Este principio, fundamental en matemáticas, marca la diferencia entre una cuenta bien resuelta y una equivocación.
El objetivo es resolver el ejercicio en menos de 18 segundos. ¡El desafío comienza ahora!
(4 + 6 × 2) → 6 × 2 = 12 → 4 + 12 = 16
(3² − 1) → 3² = 9 → 9 − 1 = 8
(18 ÷ 3 + 2) → 18 ÷ 3 = 6 → 6 + 2 = 8
(5 − 1)² → 5 − 1 = 4 → 4² = 16
La expresión queda así:
(16)² ÷ 8 + 8 × 16
En esta instancia solo queda una potencia por fuera de los paréntesis: 16². Al elevar 16 al cuadrado, el resultado es 256.
La cuenta completa se transforma entonces en:
256 ÷ 8 + 8 × 16
Este paso es clave, ya que si alguien se saltea la potencia o la aplica en el momento equivocado, el cálculo final se altera por completo.
Una vez resuelta la potencia, la regla de la jerarquía indica que lo siguiente son las divisiones y multiplicaciones. Esto significa que todavía no debe resolverse la suma.
256 ÷ 8 = 32
8 × 16 = 128
La expresión, ahora mucho más sencilla, queda reducida a:
32 + 128
Es recién en este punto donde la mayoría de quienes se equivocaron en el inicio logran recuperar el hilo del cálculo.
El último paso es el más simple, pero también el más esperado. Al sumar 32 + 128 se obtiene el resultado definitivo: 160.
Más allá de la respuesta, estos desafíos son un excelente ejercicio mental. Resolver operaciones matemáticas complejas activa varias áreas del cerebro, mejora la memoria de trabajo y entrena la concentración. Además, según diferentes investigaciones en neurociencia, la práctica de cálculos mentales estimula la plasticidad neuronal y ayuda a prevenir el deterioro cognitivo con el paso del tiempo.