Desesperado

El dramático pedido de José María Muscari que sorprendió: "me tienen podrido"

El desesperado descargo de José María Muscari sobre su presente: “Estoy podrido”. Enterate.

El dramático pedido de José María Muscari que sorprendió: me tienen podrido

José María Muscari volvió a ser tendencia, esta vez no por sus obras teatrales ni sus polémicas declaraciones en los medios, sino por un pedido desesperado que lanzó en redes sociales. El artista reveló que está pasando por una situación insólita —y bastante frustrante—: en las aplicaciones de citas nadie le cree que es él, lo que lo obliga a enviar pruebas constantemente para demostrar su identidad.

“Quiero hacer una aclaración para todos los que me encuentran en las aplicaciones: ¡soy yo!”, con esa frase, Muscari abrió su descargo, visiblemente molesto y cansado de una situación que se repite una y otra vez. La confesión, hecha a través de una historia en Instagram, no tardó en viralizarse.

El director teatral, que siempre se ha mostrado abierto y auténtico respecto a su vida privada, expresó su hartazgo con los usuarios de las apps de citas que, al “matchear”, dudan de que sea realmente él.

“Sí, tengo que estar mandando audio, video, me tienen podrido”, se lo escucha decir con tono de resignación. Y agrega, con algo de humor e ironía: “Lo que me piden... hacerme una foto con los cinco dedos, ok. Hola. El tipo te tiene podrido”.

Para Muscari, el problema no es solo tener que enviar pruebas, sino el clima de desconfianza que eso genera desde el primer momento: “Aparte, ya el match empieza mal. Ya después no tengo ganas. O sea, soy yo. ¡Basta!”.

Lo que le pasa a Muscari no es un caso aislado. Muchas figuras públicas que intentan vincularse a través de apps como Grindr se enfrentan a un problema común: la incredulidad. Los usuarios piensan que se trata de perfiles falsos creados por fans o estafadores, y eso convierte el simple acto de conocer a alguien en una verdadera odisea.

En el caso del director, la situación es aún más llamativa por su constante exposición mediática y su reconocible rostro. Sin embargo, ni eso alcanza para convencer a sus potenciales citas.

En un contexto donde los perfiles falsos están a la orden del día, la desconfianza se ha vuelto la regla, y no la excepción. Muchos usuarios han sido víctimas de “catfish” (personas que usan fotos ajenas para engañar), y por eso exigen audios, videollamadas o selfies personalizadas para confirmar la identidad del otro.

Para alguien como Muscari, que simplemente quiere vincularse como cualquier otra persona, este filtro se ha vuelto una barrera emocional agotadora.

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