Cómo sigue el caso

¿Prisión o libertad? Qué puede pasar con el principal sospechoso del crimen de Diego Fernández

Cristian Graf quedó sospechado de haber matado a Diego Fernández Lima, el chico de 16 años que desapareció hace más de 40 años y cuyos restos fueron identificados esta semana. El abogado penalista Norberto Markarian, en diálogo con A24, explicó qué puede pasar con la causa

Redacción A24
por Redacción A24 |
Los restos de Diego Fernández fueron identificado después de 40 años.

Los restos de Diego Fernández fueron identificado después de 40 años.

Cristian Graf es el principal acusado del crimen de Diego Fernández Lima, el joven de 16 años que desapareció el 28 de julio de 1984 y quien recientemente fue identificado tras el hallazgo de sus restos en un terreno perteneciente a la familia del sospechoso en el barrio de Coghlan, lindero a la casa donde vivió el consagrado músico Gustavo Cerati. Pese a que transcurrieron cuatro décadas del homicidio, la pregunta que surge es: ¿qué pasa si es declarado culpable este hombre, excompañero de la víctima en la secundaria en la ENET 36?

"Lo que se discute ahora es si el delito prescribió, teniendo en cuenta todas las irregularidades cometidas desde un principio: la Policía no tomó correctamente la denuncia y las autoridades posteriores tampoco actuaron como correspondía", afirma el abogado Norberto Markarian, experto en derecho penal, en referencia a que la causa fue caratulada como "fuga de hogar", como consecuencia de la desidia de los agentes de la Comisaría 39.

El fiscal a cargo del caso, (Martín) López Perrando, está trabajando muy bien. La pena correspondiente al crimen sería la de homicidio con alevosía (en alusión a que se intentó cortar con un serrucho las extremidades del cadáver), que tiene una escala penal de 25 a 35 años. Si se considera que el crimen fue cometido en 1984 y se descarta que sea de lesa humanidad, prescribe por el paso del tiempo (según el Código Penal argentino la condena hubiera caducado en 2019 porque el plazo comenzó a correr desde la fecha en que se cometió el asesinato). Si se confirma esta última hipótesis, no", explica el letrado, quien elogió al fiscal López Perrando, quien lleva adelante la causa. "Está trabajando muy bien", afirma.

En la misma línea, Markarian destaca: "Este caso merece ser investigado a fondo. Cada vida cuenta, y es una responsabilidad moral y del Estado llegar a la verdad. Gracias al trabajo del fiscal y del Equipo de Antropología Forense, al menos hoy Diego Fernández Lima tiene identidad, y su familia podrá despedirlo".

Así fue la desaparición de Diego Fernández

cerati-diego-olmos

Durante más de 40 años, el cuerpo de Diego Fernández permaneció enterrado en el jardín del chalet de la familia Graf, situado sobre la avenida Congreso al 3700.

Desde que se descubrieron los restos en esa propiedad, los integrantes de la familia Graf, que viven allí desde los años 70, quedaron bajo sospecha. Hasta el momento, ninguno de ellos declaró como testigo ni como imputado.

El 26 de julio de 1984, Diego, de 16 años, regresó del colegio, almorzó con su madre y pidió dinero para el colectivo. Comentó que iba a la casa de un amigo, aunque nunca se supo quién era. Esa tarde fue la última vez que se lo vio.

Al no regresar esa noche, sus padres acudieron a la comisaría 39 para denunciar la desaparición. La respuesta de los agentes fue tajante: "Se fue con una mina, ya va a volver".

A pesar de la desidia policial, su familia nunca bajó los brazos: repartieron volantes, golpearon puertas y lograron que la revista ¡Esto!, editada por el diario Crónica, les dedicara una entrevista a doble página. Fue el único medio que les dio espacio para contar su historia.

En esa nota, publicada dos años después de la desaparición, Juan Benigno Fernández, el padre de Diego, expresó con crudeza su indignación:

“La Policía dice que tiene tres mil casos iguales. Y fíjese qué absurdo: desde el primer momento lo caratularon como ‘fuga de hogar’. Yo protesté y ¿sabe qué me dijeron? Que así estaban impresos los formularios. Me negué a eso, pero como si nada. ¿Qué quiere que investiguen si ya dan por sentado que él se fue, no que me lo robaron?

Cómo se descubrió el cadáver de Diego Fernández Lima en el terreno lindero en el que vivió Cerati

El caso permaneció congelado durante décadas, hasta que un hallazgo fortuito cambió todo. El 20 de mayo del año pasado, mientras unos obreros trabajaban levantando una medianera en Congreso 3748, se produjo un derrumbe y salieron a la luz restos óseos humanos.

El terreno donde ocurrió el hallazgo había pertenecido a una antigua casona en la que vivieron, tiempo atrás, la artista Marina Olmi y el músico Gustavo Cerati, un detalle que ayudó a que la noticia cobrara notoriedad.

Fue un sobrino de Diego quien, al leer la noticia, unió cabos: la ubicación, la vestimenta encontrada, la época. Sospechó que los restos podían ser los de su tío. No se equivocó. Las pruebas de ADN realizadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmaron que los aproximadamente 150 huesos recuperados del jardín del chalet de avenida Congreso 3742 correspondían a Diego Fernández.

Embed

El informe forense arrojó datos estremecedores: Diego fue asesinado de una puñalada a la altura de la cuarta costilla derecha. Luego, sin éxito, se intentó descuartizar su cuerpo con un serrucho. Fue enterrado a las apuradas, en una fosa de apenas 60 centímetros de profundidad.

Junto a los restos, la Policía Científica halló además objetos personales clave:

  • una suela de zapato número 41,

  • un corbatín azul típico del uniforme escolar,

  • un llavero naranja con una llave,

  • un reloj Casio con calculadora modelo CA-90 (fabricado en 1982)

  • y una moneda de 5 yenes, que en aquel entonces muchos jóvenes usaban como amuleto.

Se habló de