"Empecé con un secador de pelo (de la tía Mely) y tarjetas para abrir (los celulares y tablets). Agarré unos trabajos y, de a poco, fui comprando las máquinas y herramientas", contó Mauro en su cuenta de Facebook.
Su madre, Ingri Adrianzen, un día después (el 5 de diciembre) compartió la publicación de su hijo y añadió: "Él no pide ni ropa ni zapatillas en esta Navidad, sólo pide herramientas para poder agrandar su negocio a su corta edad". "Es un gran ejemplo para muchos chicos. Estoy muy orgullosa de mi 'Maurinho'. Es niño que toma de todos un poco y los consejos de todos los que lo queremos. No soy una madre perfecta pero trato siempre de estar con sus hermanos y él. Tampoco soy tóxica jajaja, pero lo amo hasta el infinito y más allá", escribió.
Tras las publicaciones de Mauro y su madre, los gestos de solidaridad comenzaron a llegar de todas partes para darle vigor a su taller, al que bautizó con el nombre de KingTec Service.
Un grupo de Facebook de Rosario se puso en contacto con el joven para comprarle un microscopio, mientras que un hombre de Córdoba también le obsequió un kit completo de desarmadores y otro de apertura.
Más allá de Córdoba
La historia de Mauro llegó tan lejos que desde Honduras le ofrecieron una capacitación online gratuita y desde China, un argentino quedó en enviarle "una fuente de laboratorio muy bien equipada, con varias herramientas en una”, contó a TN.
"Muy agradecido con las personas que me brindan su apoyo material, cursos de capacitación y apoyo emocional. Agradezco de corazón conocer grandes personas en Argentina y en el exterior", posteó este miércoles en su cuenta de Facebook.
Así transita sus días Mauro mientras ya planifica un futuro como ingeniero electrónico y avanza con el deseo de tener "su propia empresa", esa que, de alguna manera, ahora lleva adelante entre ayuda de familiares y personas que se conmovieron con su historia.