Científicos de China y España consiguieron el nacimiento con vida de un mono quimérico. El primate no humano está compuesto por una estructura genética de células procedentes de dos embriones distintos de la misma especie de mono.
Científicos de China y España consiguieron el nacimiento con vida de un mono quimérico. El primate no humano está compuesto por una estructura genética de células procedentes de dos embriones distintos de la misma especie de mono.
Organismos quiméricos ya se habían producido con especies de ratas y ratones. Pero hasta ahora no había sido posible en otras especies, incluidos los primates no humanos.
Además, se lo llama “quimérico”, aunque tenga células de la misma especie, porque el animal que nació presentaba ADN distinto correspondiente a dos individuos.
Los científicos produjeron al animal al inyectar células madre procedentes de un embrión donante genéticamente distinto. Se considera que el animal resultante es el primer primate quimérico nacido vivo con una elevada proporción de células procedentes de células madre de un donante.
Los resultados de la investigación se publicaron en la revista Cell y abre la puerta al uso de monos quiméricos que son biológicamente más parecidos a los humanos que las ratas y ratones quiméricos.
Este descubrimiento sirve para estudiar enfermedades humanas y desarrollar tratamientos, sostuvo el biólogo de células madre Miguel Esteban, de la Universidad de la Academia China de Ciencias de Guangzhou, uno de los coautores del trabajo.
Aunque el animal nació, los científicos contaron que tuvieron que sacrificarlo cuando sólo tenía diez días a causa de la hipotermia y las dificultades respiratorias. Ese final mostró que todavía tienen que seguir optimizando el método y planteó problemas éticos.
Los científicos han estado tratando de crear quimeras animales utilizando células madre embrionarias, que se derivan de la región interna de un embrión y pueden convertirse en una amplia variedad de tejidos. Estas células madre pueden editarse genéticamente antes de añadirlas a un embrión receptor.
De esta manera, las células madre portadoras de mutaciones genéticas relacionadas con una enfermedad concreta podrían añadirse a embriones sin esas mutaciones. Eso podría posibilitar el estudio sobre cómo las células portadoras de las mutaciones afectan a la fisiología y la salud.
Mientras tanto, los investigadores extrajeron células madre embrionarias de cynomolgus de una semana y editaron genéticamente las células para que mostraran una señal verde fluorescente.
Estos embriones se implantaron en 40 monas de alquiler. Sólo 12 de ellas se quedaron embarazadas y sólo una dio a luz a un mono quimérico vivo, el macho al que posteriormente se le practicó la eutanasia.