Además, reconoció que "fue bastante bizarro" cómo se dieron los hechos, porque mientras él trataba de hablarle a la cámara, la gente cantaba, le agarraba el micrófono y le tirababan espuma en aerosol.
"Salimos después del partido, teníamos que mandar un material para el programa en vivo desde Alemania. Teníamos que hacer una reacción en la calle, pero no en vivo", precisó Ebert.
Y contó la reacción que tuvieron sus colegas desde Alemania al ver el episodio: "Primero se divirtieron mucho porque me vieron inocentemente sufriendo. Después me preguntaron si me habían golpeado, pero nada más se me salió el audífono y tenía que protegerme", detalló.