Emocionante

La libertad de Milano

Diego Geddes
por Diego Geddes |
La libertad de Milano

* Este texto forma parte del newsletter "Diario de la Procrastinación", de la red de newsletters de A24.com. Si te interesa recibirlo podés suscribirte acá.

Lunes

Durante ocho años trabajé en el Suplemento Autos de Clarín. Fue mi escuela de periodismo pero más que eso me enseñó a vivir esos primeros años en Buenos Aires. Aprendí a trabajar, a cumplir con mis obligaciones. Todo sin darme cuenta.

Viajé a París, a Berlín, a Miami. Conocí China y Japón. Podría haber ido a África, pero me bajé a último momento. Mi reemplazante estuvo 36 horas detenido en Etiopía por no tener una visa de tránsito, durmió en el aeropuerto, rodeado de gendarmes que lo apuntaban con ametralladoras. Uno es también las historias que no fue.

Entre los miles de compañeros que tuve recuerdo especialmente a un editor de fotos que era fanático de los autos. Una vez por semana, yo me sentaba en su escritorio a pegar las fotos que después salían en el suplemento. Básicamente, una tarea que ya no existe: decirle al editor “en la página 2 va tal foto de tal auto, en la página 2, abajo, tal foto de tal auto. En la central, abre tal foto”.

El Milanesa, así le decían, flasheaba con el diseño y con la estética de algunos autos. Se volvía loco cuando publicábamos notas de autos de los 70 y los 80, el Ford Fairlane, los autos americanos ampulosos.

A mi no me importaba en lo más mínimo todo ese asunto de los autos (ni siquiera puedo definir claramente cuáles eran los autos que le gustaban), pero le remaba el entusiasmo. El Milanesa hablaba horas, tardábamos una enormidad en liquidar la cuestión.

Tengo un superpoder: hablá de lo que quieras, yo te escucho. Soy todo cordialidad.

Busco efemérides: La Coca Sarli y Mercedes Sosa nacieron el 9 de julio de 1935. De Concordia a Tucumán hay 1076 kilómetros. Según Google Maps podés ir caminando pero tardás 246 horas.

Martes

Murió De la Rúa. Yo buscaba efemérides para el feriado y la realidad se ocupó de resolver el problema.

Mientras camino rumbo a la radio paso por una concesionaria de autos y me acuerdo de una historia de diciembre de 2001. Escribo en el Suplemento Autos una breve, sobre la concesionaria –esta misma concesionaria- que abrió sus puertas luego de que le hayan roto todos los vidrios durante la represión del 19 y el 20 de diciembre. Escribo una especie de Show must go on de la industria automotriz.

Diciembre 2001. Yo vivía a unas 10 cuadras de la Casa Rosada, ya estudiaba periodismo y se supone que debería haber estado en la calle, aunque sea por curiosidad. Todos estos días leo a colegas contando historias fantásticas en sus redes sociales. Yo no tengo nada para decir. La realidad es que me quedé en casa. Hubiera sido más digno decir que me daba miedo, pero no. Me quedé en casa mirando televisión.

No hace falta ser siempre un superhéroe. Prefiero la honestidad. Una compañera de Clarín me bautizó: "El afable".

Miércoles

Fabián Casas es uno de mis escritores favoritos (aquí había puesto “superhéroes” pero lo edité, por ese asunto de que no siempre hace falta). Siempre recuerdo una frase, que es en realidad el comienzo de uno de sus fabulosos ensayos: “Durante mis años en la cárcel de mínima seguridad en el diario Olé…”

Casas recuerda esa opresión y yo pienso en el Milanesa, hoy convertido en el Milano, rockero de la escena platense. Y lo veo al Milano cantando junto a Manuel Moretti. Veo la imagen de un hombre libre, cantando en un escenario de rock. Parece feliz.

Embed

El bajista de Estelares se parece a Fabián Casas.

Jueves

En el subte quedo pegado a un hombre que lee “Agujeros negros y tiempo curvo”.

En casa yo leo el "Complete Catalogue de Harley Davidson". Benito me pregunta los nombres de las motos. Desde 1905 hasta 1990, repasamos diariamente las 400 motos que tienen nombres tan sencillos como FLH, XLH, FB, FBH. Así, todo el tiempo. Cada tanto me pregunta por alguna parte: “Eso es un disco de freno”. Me siento extraño cuando comparto esos saberes con mi hijo.

¿El hijo del Milano le preguntará por Federer?

Escucho a otro tipo que habla sin parar. Siento que molesta a todo el vagón pero yo me entusiasmo con lo que dice. Tengo la capacidad de escuchar sin problemas, por eso me hice periodistas: para escuchar, para no hablar. Algunos lo disfrazan de grandeza: “el periodista es grande porque le da voz a los que no tienen voz”. No es mi caso: quizás el periodismo es una excusa para no hablar.


Viernes

Todo esto funciona por el mecanismo de caminar y pensar. Este diario se termina de escribir los jueves, cuando bajo del subte y me voy hasta la redacción de América. Ahí se acomodan los melones. Debe haber metáforas más sofisticadas pero no son tan precisas.

Escucho el disco nuevo del Rulo Manigot. Me gustan sus letras y su modo de cantar.

Un amigo escribió una canción a partir de una letra mía. Durante mucho tiempo estuve obsesionado con eso: escribir unos versos que fueran canción. Le mandaba mails todo el tiempo a mi amigo, nada me gustaba, nada me conformaba. Me di por vencido y tres años después mi amigo me dice que se puso a releer todos los mails que yo le había mandado y que compuso algo.

Me muestra la canción y siento una emoción muy leve, pero concreta. No recuerdo en absoluto haber escrito esos versos, pero la canción está muy buena. Y eso ya me parece suficiente.

Se habló de