MUNDIAL DE CLUBES

Balance xeneize: las buenas y malas que dejó el empate de Boca ante Benfica

Boca igualó 2-2 ante Benfica en su presentación en el Grupo C del Mundial de Clubes y dejó buenas sensaciones. Sin embargo, sufrió errores y se llevó algunas bajas importantes.

REUTERS/Marco Bello

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El Mundial de Clubes comenzó para Boca con un empate 2-2 frente a Benfica que, más allá del resultado en sí, dejó una sensación de oportunidad perdida. El equipo de Miguel Ángel Russo tuvo el control en gran parte del juego, llegó a estar dos goles arriba y jugó durante varios minutos con un hombre de más, pero terminó cediendo la ventaja a poco del final. En la previa, igualar ante un rival europeo de jerarquía parecía un buen negocio. En el balance posterior, el sabor fue amargo.

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REUTERS/Hannah Mckay

En su debut como entrenador en este nuevo ciclo, Russo logró un impacto inmediato en el funcionamiento del equipo. Boca fue ordenado, intenso y ejecutó un plan de juego que, por momentos, rozó la perfección. Hubo mejoras notables en varios nombres propios: Ayrton Costa y Lautaro Blanco fueron firmes en los duelos, Miguel Merentiel generó peligro en ataque y Rodrigo Battaglia, como volante central, respondió con despliegue, equilibrio y hasta un gol. El propio Russo, además, acertó al reubicarlo en una zona donde no venía jugando desde su llegada al club.

Ese esfuerzo colectivo permitió que Boca construyera una ventaja importante en el marcador y, con ella, alimentara la ilusión de arrancar el torneo con tres puntos clave. Aún con poco rodaje bajo esta nueva conducción técnica, el equipo respondió desde lo anímico, jugó con carácter y estuvo a la altura de un escenario internacional exigente como el del Hard Rock Stadium de Miami.

Sin embargo, en el segundo tiempo las certezas comenzaron a tambalear. Benfica ajustó su presión, dominó la posesión y empujó a Boca contra su área. El Xeneize no pudo sostener la intensidad, falló en los contraataques y dejó pasar la chance de cerrar el partido mientras tenía superioridad numérica, tras la expulsión de Andrea Belotti. La falta de eficacia para liquidar el encuentro se pagó caro: Nicolás Otamendi marcó el empate a pocos minutos del cierre y dejó al equipo argentino con las manos semivacías.

El resultado, si se analiza sin contexto, todavía deja a Boca con posibilidades de clasificar a los octavos de final. Pero con Bayern Múnich como próximo rival, el panorama se complica. Si el equipo de La Ribera hubiera sostenido la ventaja, estaría a un paso de meterse en la siguiente ronda. Ahora, el margen de error se achica al mínimo.

A las complicaciones deportivas se le suman las bajas para lo que viene. Nicolás Figal fue expulsado y deja un vacío difícil de llenar en la zaga, especialmente porque el único central derecho natural es Lautaro Di Lollo, aunque no se descarta que Battaglia pueda retroceder a esa posición. Además, Ander Herrera, quien ya había salido lesionado en el primer tiempo, también fue expulsado desde el banco y quedó descartado. La situación física de Miguel Merentiel es otro foco de atención: el delantero fue reemplazado y será evaluado en los próximos días.

Más allá del resultado, Boca dejó una imagen competitiva y recuperó aspectos que parecían perdidos. Pero también dejó escapar una chance dorada. El equipo reaccionó, mostró señales de recuperación, pero no le alcanzó para empezar con el pie derecho. El desafío ahora es sostener lo bueno, corregir lo urgente y jugarse todo ante el Bayern. Porque si bien todavía hay vida, el margen se volvió mínimo.