El domingo por la mañana el plantel volvió a entrenarse, y luego pasó la noche en un hotel, como parte del nuevo esquema de concentración extendida dispuesto por el cuerpo técnico. La intención de Úbeda fue clara: reforzar la unión del grupo y mantener el foco competitivo hasta el momento del partido.
Otro detalle que llamó la atención fue que, según informó Olé, gran parte del plantel no participó de las Elecciones Legislativas Nacionales, debido a los compromisos deportivos y a los domicilios legales de cada jugador, que complicaban la logística.
Por qué Boca se entrenó en Casa Amarilla y no en Ezeiz
El cambio de locación también fue parte del método Úbeda. En lugar de realizar la última práctica en el predio de Ezeiza, como es habitual, el técnico decidió trasladar la sesión a Casa Amarilla, en La Boca.
El motivo fue logístico y estratégico: el equipo se hospedó en el hotel Intercontinental, ubicado en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, y la cercanía con el complejo de Casa Amarilla permitió reducir los traslados, optimizar el tiempo de descanso y evitar demoras en el tránsito porteño.
Esta modificación también buscó generar un entorno más familiar, con mayor conexión con el barrio y el sentido de pertenencia que caracteriza a Boca.
Cuál sería el once titular de Boca ante Barracas Central
Aunque Claudio Úbeda no confirmó la alineación, todo indica que tiene en mente el siguiente once inicial para el duelo frente al Guapo: Agustín Marchesín; Juan Barinaga, Lautaro Di Lollo, Ayrton Costa, Lautaro Blanco; Williams Alarcón o Brian Aguirre, Milton Delgado, Leandro Paredes, Carlos Palacios; Miguel Merentiel y Milton Giménez.
Entre las bajas más significativas se destacan las de Edinson Cavani y Rodrigo Battaglia, ambos lesionados y fuera de la convocatoria.
Qué busca Úbeda con estos cambios
El actual entrenador del Xeneize apunta a un doble objetivo: mejorar el rendimiento inmediato del equipo y prepararlo para el tramo decisivo del torneo. En Boca consideran que las últimas semanas fueron irregulares y que la desconcentración en momentos clave les costó puntos valiosos.
Con una planificación más controlada, un espacio de convivencia más prolongado y ajustes en la logística, Úbeda intenta marcar una impronta personal en la recta final del Clausura.
El lunes, en el estadio Claudio Tapia, se pondrá a prueba su método. Boca necesita una victoria para sostener su ilusión de Libertadores y playoffs, pero también para ratificar que el cambio de rutina empieza a dar resultados.