Calhanoglu, pieza clave en el mediocampo del Inter, eligió sus redes sociales para hacer un extenso descargo y profundizar su malestar: "Ayer perdimos. Y me dolió. Lo viví con tristeza, no sólo como futbolista, sino como alguien a quien realmente le importa este equipo. A pesar de la lesión, inmediatamente después del pitido final llamé a algunos de mis compañeros para hacerles sentir mi apoyo. Porque cuando te preocupas, eso es lo que haces".
Sin nombrarlo, le apuntó directamente a Lautaro: "Lo que más me impactó fueron las palabras que vinieron después. Palabras duras. Palabras que dividen, no que unen. El respeto no puede ser unidireccional. Aprendí que el verdadero líder es el que está al lado de sus compañeros, no el que busca un culpable cuando es más fácil hacerlo".
El turco no se quedó ahí y remarcó su compromiso con el club: "Nunca he traicionado esta camiseta. Nunca he dicho que no soy feliz en el Inter. En el pasado recibí ofertas, incluso muy importantes, pero elegí quedarme. Porque sé lo que representa esta camiseta. Y creo que mis elecciones hablan por sí solas".
El cierre de su mensaje fue tan categórico como provocador: "La historia siempre recordará a los que dieron la cara. No al que alzó la voz más alto".
El conflicto, que comenzó como un cruce de declaraciones tras un mal resultado, ahora amenaza con escalar a niveles más profundos en la interna del plantel. Mientras el futuro de Calhanoglu está en duda, lo que queda claro es que la relación entre los líderes del equipo quedó golpeada. Y en el Inter, la tensión apenas empieza.