El deceso de Russo se produjo minutos después de las 19. Su última presencia en La Bombonera había sido el 21 de septiembre, durante el empate 2-2 ante Central Córdoba. Horas después fue internado y, aunque tuvo un breve alta médica, su cuadro se agravó en los días siguientes. El lunes 6 de octubre, Boca había informado que su DT se encontraba con “pronóstico reservado”.
Durante su ausencia, Claudio Úbeda y su cuerpo técnico se hicieron cargo del plantel, que incluso le dedicó la goleada 5-0 ante Newell’s en la última fecha. Jugadores y colaboradores lo habían visitado en su casa, donde mantenía contacto con el equipo a través de videollamadas.
Tras confirmarse la noticia, los mensajes de despedida se multiplicaron en redes sociales.
La Liga Profesional escribió:
“Con profundo dolor, lamentamos el fallecimiento de Miguel Ángel Russo. Acompañamos a su familia, amigos y a todo Boca Juniors en este duro momento. Despedimos a un emblema del fútbol argentino”.
La AFA también manifestó su pesar:
“La Asociación del Fútbol Argentino, a través de su presidente Claudio Tapia, lamenta profundamente el fallecimiento de Miguel Ángel Russo y envía su más cálido abrazo a familiares y seres queridos”.
En tanto, Barracas Central, rival del Xeneize en el partido postergado, expresó:
“Siempre estarás en el corazón de todo el fútbol argentino. Que en paz descanses, Miguel”.
El fallecimiento de Russo deja una huella imborrable en el fútbol nacional: campeón de la Copa Libertadores 2007 con Boca y referente de una generación de entrenadores que marcaron estilo dentro y fuera de la cancha.