En Alemania, el fin del verano reaviva el temor de una segunda ola de COVID-19. Los casos han venido aumentando desde el mes de julio, pese al manejo de la pandemia que ha puesto al liderazgo de Ángela Merkel como ejemplo en el mundo.
En Alemania, el fin del verano reaviva el temor de una segunda ola de COVID-19. Los casos han venido aumentando desde el mes de julio, pese al manejo de la pandemia que ha puesto al liderazgo de Ángela Merkel como ejemplo en el mundo.
Las últimas cifras muestran un panorama preocupante. En apenas 24 horas, los casos en ese país subieron un 50%: de 927 contagios pasaron a 1.407. Con los muertos, el panorama fue aún peor. El domingo hubo solo un fallecido en el país, mientras que este martes, la cifra se elevó a 12.
Los alemanes que regresen de las vacaciones deberán someterse a un testeo obligatorio. Especialmente, los que vuelvan de países de "alto riesgo", como España. Además, habrá elevadas multas para quienes no cumplan con la medida.
También se inició una campaña para recordar la importancia del uso de barbijos, mantener el distanciamiento social y la higiene permanente de las manos.
Con estas medidas, Alemania se prepara para enfrentar otra incógnita: cómo pueden llegar a combinarse el COVID-19 con la llegada de la temporada de gripe por el frío europeo.
Al margen del contexto epidemiológico, y aún con los casos en alza de contagios por COVID-19, la confianza de los inversores alemanes siguió aumentando en los primeros días de septiembre.
La expectativas favorables subieron 5,9%. Es el valor más alto en ese país desde el pasado mes de mayo. Entre marzo y junio, tuvo que sufrir una caída histórica del PBI del 10%. Pero en la segunda mitad del año, el descenso se está recuperando.