Cumbre

Donald Trump recibió a Vladimir Putin en Alaska: qué pasará con la guerra con Ucrania

Los presidentes de EEUU y Rusia llevaron a cabo un encuentro en la base militar Elmendorf-Richardson, en Anchorage. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, no fue invitado.

Donald Trump recibió a Vladimir Putin en Alaska. 

Donald Trump recibió a Vladimir Putin en Alaska. 

La cumbre Trump-Putin en Anchorage, Alaska, marca el primer encuentro presencial entre ambos líderes en el segundo mandato del republicano. Donald Trump llegó a la base militar Elmendorf-Richardson con la intención declarada de impulsar un tratado de paz entre Rusia y Ucrania, sin embargo, la ausencia del presidente ucraniano Volodimir Zelenski y de líderes europeos o de la OTAN despierta preocupación en Kiev y Bruselas.

Trump, acompañado por el secretario de Estado Marco Rubio y el enviado especial Steve Witkoff, espera convencer a Vladimir Putin de volver a la mesa de negociaciones. Para el mandatario estadounidense, esta reunión es “una cumbre de paz”, pero analistas advierten que el líder ruso llega con una visión distinta: más interesado en recomponer la relación bilateral con EE.UU. que en ceder terreno en Ucrania.

Los primeros mandatarios de EEUU y Rusia mantienen la reunión con sus equipos en la base aérea y buscan llegar a un acuerdo, aunque no trascendió el tiempo que llevará la reunión bilateral.

El lugar del encuentro no es casual. Alaska fue adquirida por Estados Unidos a Rusia en 1867 por 7,2 millones de dólares —equivalentes a entre 150 y 200 millones actuales— y tuvo un rol estratégico durante la Guerra Fría. Hoy, ese mismo territorio se convierte en el epicentro de un intento diplomático que podría redefinir las fronteras en Europa del Este.

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Lucien Kim, especialista en temas ucranianos del Crisis Group, advirtió que Putin se siente en una posición ganadora y “arriesga muy poco”. En su análisis, las posibilidades de éxito en esta primera cumbre son limitadas, pero el verdadero objetivo sería preparar una segunda reunión, con un 25% de probabilidad de alcanzar un acuerdo.

La gran ausencia: Ucrania fuera de la mesa

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, no fue invitado a la cumbre Trump-Putin. Ha reiterado que cualquier negociación que involucre el futuro de Ucrania debe incluir a su gobierno. En Bruselas, la exclusión de Kiev se interpreta como una señal de que Trump podría buscar acuerdos territoriales directos con Rusia, sin la aprobación ucraniana.

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El temor europeo radica en que el expresidente estadounidense esté dispuesto a “redibujar el mapa” de Ucrania, lo que podría significar pérdidas territoriales permanentes para Kiev. Trump, en declaraciones a Fox News Radio, dijo que en una segunda reunión se hablará de “fronteras y territorios” y, aunque evitó usar la palabra “repartir”, la insinuación quedó clara.

Qué busca cada líder

Trump llega con una mezcla de advertencias y promesas. Ha dicho que si Putin no se sienta a negociar, habrá “consecuencias muy graves”. No obstante, también presiona a Ucrania para aceptar la pérdida de parte de su territorio, argumentando que Rusia ha ocupado zonas “muy importantes” y que la negociación buscaría recuperar solo una parte de ellas.

En contraste, Putin exige que Kiev reconozca la anexión de Crimea (2014) y de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, además de un compromiso formal de no unirse nunca a la OTAN. Para el Kremlin, cualquier acuerdo debe partir de estos puntos.

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El presidente estadounidense Donald Trump se reúne con el presidente ruso Vladimir Putin. (Foto: REUTERS)

El presidente estadounidense Donald Trump se reúne con el presidente ruso Vladimir Putin. (Foto: REUTERS)

Oleg Ignatov, experto en temas rusos del Crisis Group, sostiene que “la visión de Trump de un intercambio de tierras no funciona para Putin”, quien cree estar ganando la guerra y no ve motivos para compromisos dolorosos.

¿Espacio para compromisos?

Ignatov considera que, salvo un giro inesperado, Putin podría aceptar compromisos tácticos: reunirse con Zelenski bajo ciertas condiciones, aceptar altos el fuego temporales o permitir canales de diálogo limitados. Sin embargo, nada apunta a una cesión sustancial en sus exigencias territoriales.

Trump, por su parte, insiste en una futura cumbre tripartita con Zelenski y Putin inmediatamente después del encuentro de Alaska. La viabilidad de esa reunión dependerá de si ambos líderes logran encontrar un terreno común, algo que, por ahora, parece lejano.

El principal riesgo es que la cumbre Trump-Putin siente un precedente en el que el futuro territorial de Ucrania se discuta sin su participación directa. Para Kiev, cualquier acuerdo que implique reconocer pérdidas territoriales sería inaceptable. Para Moscú, la actual situación en el campo de batalla refuerza su posición de fuerza.