Trump dijo en campaña que solucionaría el conflicto en 24 horas. Pero ya pasaron tres meses y medio desde su regreso a la Casa Blanca. Zelensky se mostró contrariado varias veces por las posturas del norteamericano, que incluso lo maltrató públicamente en Washington.
Encuentro clave en San pedro
“El presidente Trump y el presidente Zelensky se reunieron en privado hoy y tuvieron un encuentro muy productivo”, fue el breve comentario del director de comunicación de la Casa Blanca, Steven Cheung. Este encuentro "fortuito", sirvió para limar las asperezas que provocó la reunión ya comentada en Washington. En ese momento, Trump, en vivo y en directo, con los canales de televisión del mundo, le recriminó al presidente Ucraniano que no estaba haciendo nada por la paz y que tenía mucho para perder si no escuchaba sus consejos.
Además, el presidente estadounidense, días más tarde, dijo que Crimea llevaba años sin estar bajo el control ucraniano. Se olvidó de mencionar que Rusia (por supuesto, con Putin) invadió esa península en 2014. Pero esta semana, el líder del Kremlin dejó bien en claro que actúa por su cuenta. Atacó con furia sobre Kiev y eso provocó el malestar de Donald Trump.
Tal vez por eso, las imágenes en San Pedro fueron más cordiales.
Trump y Zelensky, dos visiones diferentes para una tregua
El presidente de Ucrania tiene dos objetivos centrales en este diálogo con Donald Trump. Evitar que se dé como un hecho consumado la pérdida de Crimea (aunque sea, que quede dentro de conversaciones de larga data) y que Ucrania no quede desamparada del paraguas de la OTAN (Organización del Atlántico Norte). Joe Biden alentó su ingreso a la alianza occidental, pero Trump no muestra el mismo entusiasmo.
Esos dos elementos podrían convencer al mandatario ucraniano de avanzar en la posibilidad de una tregua como primer paso para la paz. Otro interés de Zelensky es que haya un compromiso de ayuda para la reconstrucción del país, arruinado en el terreno y abrumado por las deudas contraídas para conseguir armas.
Trump dijo, antes de viajar a Roma, que está próximo a una nueva reunión con Vladimir Putin. La "conversación" en San Pedro puede haber servido para llevar nuevos elementos para la mediación frustrada hasta ahora, pese al estilo avasallador de Trump.