El problema para el área que dirige Kennedy Jr. es que habría una evidencia científica - altamente controvertida - entre el consumo sostenido de mujeres durante el embarazo (del paracetamol) y los posteriores casos de autismo en los niños.
Kennedy llegó vinculando ese problema con las vacunas, en especial, las utilizadas para el Covid-19 y las más adelantadas, las de ARN mensajero. Pero, una y otra vez, la comunidad científica demostró que no existe relación alguna entre esas vacunas y el autismo.
Ahora, Donald Trump hará un anuncio resonante: el consumo de paracetamol en las embarazadas tiene una relación directa con los casos posteriores de niños autistas.
Primero las vacunas, ahora el paracetamol...
Kennedy Jr. militó activamente en contra de las vacunas. Sobre todo, en la conveniencia de hacerlo obligatorio en los niños. Es postura, casi "terraplanista" en relación con la ciencia y la salud, casi le cuesta su nominación en las duras audiencias del Congreso. Pero las matizó y logró sumarse al gabinete de Trump. Ya hemos apuntado en otra nota que el ARN mensajero, clave contra la pandemia de 2020, ganó el premio Nobel por su avance para la salud y las posibilidades que abre a otras vacunas.
Para peor, Kennedy tuvo que soportar que, en el inicio de su gestión, volvieran los casos de paperas y sarampión. Incluso con muertes. Una enfermedad que se consideraba extinguida casi por completo. Entonces, cambió de "blanco". No sin antes hacer una "revolución" interna en el CDC y la FDA, por entender que sus ejecutivos conspiraban contra sus teorías. En este contexto, Trump adelantó "el gran anunció" por el autismo: Ya se sabe que dirá que hay evidencia científica sobre el uso regular y prolongado del paracetamol en las embarazadas como nexo para el aumento de autismo en niños en los Estados Unidos. En concreto, la droga"acetaminofeno" que se usa para aliviar el dolor leve o moderado de las cefaleas, dolores musculares, períodos menstruales, resfriados, y los dolores de garganta, muelas, espalda para reducir la fiebre, sería el "inductor" de mayores casos de autismo en ese país.
Pero la evidencia científica no es concluyente en este tema. Y menos en esa dirección. Ya la comunidad científica dijo que la vinculación de las vacunas con autismo era un disparate mayúsculo. Ahora, llega el debate por el paracetamol.
Trabajos parciales y estudios cuestionados
En concreto, Kennedy y sus acólitos, que convencieron a Trump, apuntan a estudios que dicen que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) está al tanto y comprende las preocupaciones que surgen a partir de informes recientes que cuestionan la seguridad de los medicamentos para el dolor. El consumo de esa droga, presente en el paracetamol, se vincularía a casos posteriores de autismo.
Sin embargo, la comunidad científica abre un prudente marco de espera y duda de la veracidad de esa afirmación.
- Kennedy se enfoca en vínculo no probado entre analgésico común y autismo
Un informe federal que se publicará este lunes señalaría al paracetamol, el ingrediente activo en analgésicos, pero la investigación sobre una posible conexión ha arrojado resultados dispares, dice un artículo científico en el NYTimes. Se dice claramente que los científicos han estudiado esta posible conexión durante años, pero hasta ahora la investigación ha producido resultados "inconcluyentes". Por lo tanto, mal puede darse un "diagnóstico general que tendría unas consecuencias inimaginables.
“Creo que es un factor muy importante”, dijo el presidente Trump a periodistas el domingo, refiriéndose al paracetamol. El mismo presidente que calificó de un "bicho" sin importancia al Covid y que no tendría la menor chance en Estados Unidos. (El país que, a la postre, peor gestionó la pandemia).
Según informó The Washington Post, la agencia de Salud planea advertir a las mujeres embarazadas que eviten el uso de paracetamol salvo en caso de fiebre. “Si hay una duda —aunque solo sea una duda—, lo correcto es hacerlo, ¿no?”, dijo Trump a los periodistas a bordo del Air Force One.
Es exactamente lo contrario. El paracetamol se considera una de las pocas opciones seguras para tratar el dolor o la fiebre durante el embarazo. Los médicos ya advierten de manera rutinaria a las embarazadas sobre el uso prolongado.
El informe de esta tarde también recomendaría un medicamento llamado leucovorina, una forma de la vitamina B ácido fólico, conocido desde hace tiempo por influir en el desarrollo neurológico, como posible tratamiento para el autismo.
Las preocupaciones sobre el paracetamol y los problemas en el desarrollo infantil son de larga data. Sin embargo, los científicos coinciden ampliamente en que el autismo resulta de una compleja mezcla de factores genéticos y ambientales, y que el aumento de casos no puede atribuirse a un único factor.
El informe federal llega un mes después de que una revisión de datos anteriores, realizada por epidemiólogos de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, encontrara evidencia de un vínculo entre el uso de paracetamol durante el embarazo y trastornos del neurodesarrollo como el TDAH y el autismo.
Los estudios que han examinado el posible riesgo para el desarrollo cerebral fetal han sido dispares. Sin embaargo, el trabajo no es concluyente: mientras algunos hallaron un vínculo con trastornos del neurodesarrollo en los niños, otros no lo hicieron.
Muchas agencias de salud -incluyendo la FDA, la Agencia Europea de Medicamentos y la Sociedad de Medicina Materno-Fetal- han evaluado la evidencia y concluido que los hallazgos son inconclusos.
Especialistas en medicina materno-fetal han sostenido que ya existen pautas que indican a las embarazadas usar paracetamol y otros fármacos con paracetamol con moderación. Como con cualquier medicamento en general. Ahora, Les preocupa que las mujeres eviten el tratamiento cuando realmente lo necesiten.
“No existe un vínculo científico creíble que demuestre que el paracetamol cause autismo”, dijo el Dr. Nathaniel DeNicola, asesor del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos en temas ambientales y agregó: "Los estudios que examinan la conexión son demasiado profundamente defectuosos en su diseño como para extraer conclusiones confiables”.
Los propios autores del informe preliminar del que se agarra Kennedy y convenció a Trump dijeron: “No podemos responder la pregunta sobre la causalidad-es muy importante aclararlo-”, comentó el Dr. Diddier Prada, epidemiólogo de Mt. Sinai y coautor del estudio.
Una trastorno multicausal
“Y el gran elefante en la sala”, añadió, “es la confusión genética, porque sabemos que el autismo, el TDAH y otros trastornos del neurodesarrollo son altamente hereditarios”.
Un ejemplo de este fenómeno de la multicausalidad: En 2014, el Dr. Lee fue coautor de un estudio importante que analizó las historias clínicas de 2,5 millones de niños nacidos en Suecia. Aunque el estudio halló una pequeña asociación positiva entre las mujeres que usaban paracetamol y la incidencia de autismo, TDAH y discapacidad intelectual, ese vínculo desapareció cuando se realizó un análisis posterior comparando a hermanos nacidos de las mismas madres ( que tomaron la misma medicación en caso de necesitarla)
Los resultados de ese estudio de hermanos indicaron que la verdadera causa podría ser la “genética materna”, dijo el Dr. Lee, y no el paracetamol.
Pero el debate está abierto por Trump y Kennedy. Disfrazado de avance científico.