En los Estados Unidos, los esfuerzos de la administración demócrata y la FED - la Reserva Federal - encuentran una resistencia mucho mayor de la esperada. Desde marzo de 2022, las tasas de los bonos norteamericanos comenzaron a subir luego de una permanencia de años en torno al cero.
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Jerome Powell - de la FED - con Janet Yellen - secretaria de comercio - las autoridades norteamericanas de deben calmar la crisis financiera que afecta también a la Argentina (Foto: Gentileza El CEO)
El problema de la inflación
El objetivo de la FED fue bajar las tasas de inflación - que por efecto de la pandemia - pasaron a ser las más altas de los últimos 40 años. En sucesivas correcciones alcistas el objetivo es uno: lograr que los Estados Unidos tengan una inflación anual de solo el 2%.
El anuncio de lo sucedido en el mes de febrero es muy importante. El anualizado a enero da 6,5%, un valor muy alto. Por eso la tasa para los bonos norteamericanos es ya del 4,6% y puede subir hasta el 5,4% este año.
Febrero aportará un 0,4% a la inflación, que anualizada llegaría al 6%, menos en comparación con enero, pero claramente insuficiente.
La crisis de los bancos en Estados Unidos
Pero el plan de la Reserva Federal se encontró con una grave sorpresa desde el viernes. La caída de dos bancos evocó al fantasma de la crisis financiera de 2008. El presidente Joe Biden hizo una aclaración para intentar tranquilizar a las personas y al mundo de las finanzas: asegurar la continuidad de los ahorros de los depositantes y cargar a los banqueros con la responsabilidad de la intervención.
En ese contexto, pensar en aumentar ahora las tasas de los bonos quedó como una acción desaconsejable para la FED. Eso puede tener un punto a favor para la Argentina en medio de la crisis.
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El FMI acordó plazos más laxos en la meta de reservas con la Argentina por la extrema sequía (Foto: NA).
¿Qué esperar desde la Argentina?
El gobierno acaba de lograr que el Fondo Monetario Internacional flexibilice las metas del acuerdo alcanzado en tiempos del ministro de Economía Martín Guzmán. La sequía extrema, que alcanza niveles récords en marzo, fue un argumento indicado para tal medida.
- "En un contexto económico más desafiante, particularmente la sequía cada vez más severa, se necesitan acciones de política más sólidas para salvaguardar la estabilidad, abordar el aumento de la inflación y los reveses de políticas, así como mantener el ancla del programa. En este contexto, se solicitan revisiones de los objetivos de reservas para 2023". ( Fragmento del comunicado del Fondo Monetario Internacional)
Pero una de la insistencias es mantener la tasa real "positiva", es decir, que esté por encima de la inflación. El objetivo es retirar pesos del mercado, para evitar que se corran al dólar. Si mientras la Argentina hace eso, los Estados Unidos no aumentan el interés de sus bonos, puede ser más fácil que el dinero quede en el mercado financiero local y no busque la seguridad del dólar.
Pero la otra pata necesaria e imprescindible es que las autoridades económicas de Estados Unidos frenen un efecto "sistémico" con la caída de estos bancos.
Janet Yellen - secretaria de comercio - y Jerome Powell - titular de la FED - tienen que hacer que Wall Street y las bolsas del mundo se calmen. El lunes, fue una mala señal para las finanzas del mundo.
En el corto plazo, mejor dicho de inmediato, el impacto fue muy malo: el riesgo país subió hasta un 10,7% y los dólares financieros rozaron los $400, la Bolsa porteña cayó un 4,5% y los títulos de la deuda se cayeron. Un valor del 28% es muy bajo, casi previo al nivel de default.
Ya sabemos que cualquier turbulencia en los mercados financieros tiene efectos contundentes en la Argentina. Por eso es que las autoridades norteamericanas deben calmar este temor mundial. Si esto ocurre y las tasas de la FED no aumentan hasta mayo, puede haber un pequeño alivio para el país.