Lula, con Lacalle Pou en Montevideo, para recuperar relaciones entre Brasil y Uruguay luego de Bolsonaro (Foto: gentileza El País.Uy).
Lula da Silva dio muestras en la Argentina y en Uruguay de cómo debe interpretarse su mensaje en Buenos Aires: "Brasil está de regreso". Aquí habló de la integración y una posible moneda común para las transacciones bilaterales. Y en su legada a Montevideo, le dijo al presidente Luis Lacalle Pou lo que quería escuchar: los “reclamos” del mandatario uruguayo sobre la inserción comercial de su país son “más que justos”.
Se refiere en concreto a la búsqueda de mayores horizontes comerciales para el Mercosur. En particular, habló del Tratado de Libre Comercio (TLC) que en Uruguay tienen como objetivo con China. Algo que irrita al gobierno argentino, por ejemplo.
Lula, como buen exponente de la astucia de la diplomacia brasileña, dijo que ese acuerdo es posible, pero que antes debe terminar de implementarse el demorado entendimiento con la Unión Europea.
Dejó una semilla en la Argentina y otra en Uruguay. Ambas para dar un único fruto: que Brasil recupere el papel de liderazgo regional que Jair Bolsonaro se empeñó en dinamitar durante 4 años.
La frase sin duda sorprendió en ambas orillas del Río de la Plata. Es el objetivo de Uruguay, pero la Argentina no lo quiere y provocó más de un cortocircuito entre Alberto Fernández y Lacalle Pou.
En el encuentro en Montevideo, Lula apuntó: "Un acuerdo de TLC con China es posible" y agregó que China es el primer aliado comercial de Brasil en una relación superavitaria.
Pero a la vez, consciente del resquemor que la propuesta uruguaya causa en la Argentina, el presidente brasileño insistió en que la integración comercial con la Unión Europea debe ser algo previo.
De todos modos, coincidió con el presidente uruguayo: el Mercosur debe transformarse en una herramienta para impulsar una mayor integración regional con el mundo.
Lula da Silva cumplió casi con una obligación. Fue a visitar a su quinta al expresidente uruguayo José Mujica. A los 87 años, paseó a Lula a bordo de su pequeño vehículo. También aquí hubo coincidencias y diferencias entre algunos enfoques. Mujica no ve con buenos ojos una posible moneda única entre Argentina y Brasil, aunque sea nominal, porque marca un trato diferente dentro de los socios del Mercosur.
Pero también urgió a un acuerdo con la Unión Europea. “Hace 20 años que negociamos con Europa. El acuerdo está todo aprobado, pero en la práctica no camina", se quejó Mujica.
Pero el "cambio de imagen", o la vuelta a la región, por parte de Brasil ya tienen muestras concretas. Por ejemplo, el ministro de Economía, Fernando Haddad, dijo que ya trabaja para aumentar la compra de bienes al Uruguay. Incrementar el comercio bilateral ayudará a potenciar la importancia de Montevideo en el Mercosur.
Lula, en su primer viaje al exterior, marcó un claro contraste con los años de Bolsonaro dentro de la región. En febrero tendrá otro desafió clave: se reunirá con el presidente norteamericano, Joe Biden, en Washington. Las relaciones entre la Casa Blanca y el palacio del Planalto pueden entrar en una nueva etapa. Biden no es Trump y por supuesto que Lula no es Bolsonaro. Está todo dado para que Brasil también recupere un papel histórico en América: el principal destino de los intereses de Estados Unidos en la región. Como dijo Lula: Brasil está de vuelta.
