El presidente Putin modificó por decreto el protocolo nuclear ante la autorización de Estados Unidos para el uso de misiles de largo alcance a Ucrania.
Vladimir Putin cambió el protocolo nuclear ante la amenaza de los misiles norteamericanos en Ucrania. (Foto: A24.com)
Vladimir Putin cambió por decreto el protocolo para el uso de armas nucleares. Es un paso más tras el anuncio de la Casa Blanca de autorizar el uso de misiles de largo alcance a Ucrania en su guerra con Rusia. La respuesta del Kremlin coloca las relaciones de tensión entre Moscú y Washington casi en tiempos de la crisis de los misiles de 1962.
A partir de este cambio en el protocolo, Rusia entiende que si un país con arsenales nucleares se involucra en una guerra de un tercer país, se transforma inmediatamente en una amenaza y un acto de provocación grave.
En consecuencia, el Kremlin tiene el derecho de responder contra ese nuevo estado agresor y como ese tercer país tiene bombas nucleares, Rusia está habilitado a defenderse con el mismo tipo de arma masiva de destrucción.
En concreto: si Estados Unidos - una potencia nuclear - se involucra abiertamente en la guerra de Ucrania al darle los misiles y la logística con personal militar incluido, Rusia queda habilitado para defenderse con bombas nucleares contra Ucrania, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los Estados Unidos.
Según la interpretación del líder del Kremlin, si un país que no tiene armas nucleares, tiene el apoyo directo (armas y militares) de una nación con un arsenal que sí es nuclear, inmediatamente se transforma en un enemigo mucho más grave. Esto es lo que sucede con Ucrania desde que el presidente Joe Biden decidió permitir el uso de misiles de largo alcance conocidos como ATACMS por sus siglas en inglés.
Solo militares norteamericanos o de la OTAN pueden utilizar esos dispositivos. Por lo tanto, los desplegados en Ucrania implica que tropas de EE.UU. o la OTAN entrarán en combate con Rusia.
Por eso, Vladimir Putin cambió por decreto ese protocolo. A partir de este momento, cualquier ataque con ese tipo de armamento dejará habilitado a Rusia para tomar represalias que pueden contemplar el uso de armas nucleares.
Pese a los tratados de reducción de armas de ese tipo. Los Estados Unidos y Rusia son los dos países que mayores reservas tienen en esa clase de armas masivas de destrucción.
El arsenal es similar, pero Rusia tiene ventaja. El mundo - las potencias nucleares, especialmente - sabe que este tipo de armamento, en caso de una conflagración mundial, marcaría casi con seguridad el final de la especie humana, por los impactos directos - que por la ola de viento y calor, vaporizarían de inmediato a las víctimas - y por las consecuencias de las radiaciones - inmediatas y con el paso del tiempo.
Apenas horas más tarde del decreto de Putin, el Kremlin dio una noticia que pone al mundo en alerta. Según el Ministerio de Defensa ruso, un misil de los conocidos como el sistema ATACMS fue disparado desde el suelo ucraniano. Pero el diario New York Times, dice que una fuente ucraniana que pidió permanecer sin identificar también confirmó que al menos uno de estos misiles norteamericanos se usaron en los ataques de este día. Los misiles habrían impactado en la región de Bryansk en Rusia.
Pero al mismo tiempo, el diario dice que no pudo confirmar los datos entregados por ambas partes en guerra desde hace 1.000 días.
Joe Biden tomó esa resolución a sólo 63 días de dejar la Casa Blanca. Vladimir Putin seguirá en el poder más allá del año 2030. Ambos deben recordar la famosa frase atribuida a Albert Einstein: "No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”.
Tal vez no quede nadie en condiciones de manipular a los palos o a las piedras.
