El Tribunal Superior de Justicia de Venezuela tomó su resolución final sobre las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio en las que Nicolás Maduro dijo ser el ganador. Gabriel Boric, el presidente de Chile, contra esa resolución.
Nicolás Maduro y la polémica decisión del Tribunal de Justicia sobre las elecciones presidenciales. (Foto: Gentileza Gaeta)
"Certifica de forma inobjetable el material electoral peritado". Esa fue la curiosa manera con que el Tribunal Superior de Justicia convalidó el fraude en Venezuela y ratificó como ganador a Nicolás Maduro. El tribunal, presidido por Caryslia Rodríguez, está totalmente dominado por el chavismo y no fue capaz de mostrar ni una sola acta del momento de la votación realizada el pasado 28 de julio.
La victoria dada a Maduro provocó una oleada de rechazo en las principales democracias del mundo y tuvo una definición contundente por parte del presidente de Chile, Gabriel Boric.
El mandatario, de pensamiento socialista, dijo en las redes sociales: "El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia. No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones".
Boric asumió en la región un papel de liderazgo frente a Maduro, que Lula da Silva no quiso ocupar.
El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) es una "dependencia" del chavismo en el poder. Tomó la presentación hecha por Nicolás Maduro para "auditar" la elección del 28 de julio pasado y dar un veredicto definitivo sobre el ganador en las eleccions de hace casi un mes.
En todo este tiempo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no pudo presentar ni una lista, ni un acta, ni nada que certifique el resultado de la votación, aunque sea en una mesa en todo el país.
Nicolás Maduro también dijo en más de una vez que las actas se iban a mostrar de un momento a otro y, por supuesto, todo fue mentira: lo mismo hizo el Tribunal Superior de Justicia. Una breve reunión en el que se leyó un acta que dio por válido todo lo que el CNE no pudo jamás exhibir.
Caryslia Beatriz Rodríguez, la presidenta del máximo organismo de Justicia de Venezuela, es militante del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV).
Fue consejal de Caracas y luego alcaldesa por el chavismo. La Asamblea con la totalidad de miembros del oficialismo la designó en ese tribunal, en el que rápidamente llegó a la presidencia. Es amiga personal de la esposa de Nicolás Maduro (Cilia Flores) y la vicepresidenta (Delcy Rodriguez).
Sin presentar un solo documento, convalidó que Maduro siga en la presidencia hasta el año 2030.
El presidente chileno tomó desde el principio una postura muy clara sobre las elecciones. El mismo día en que se dio ganador a Maduro (la madrugada del 29 de julio) sin ninguna garantía legal, Boric dijo que era imposible reconocer ese resultado.
Es el líder de una coalición de izquierda que gobierna en Chile, por lo que sus críticas al "socialismo" de Maduro tiene mayor valor.
Con el fallo del TSJ dijo de manera contundente: "Hoy el TSJ de Venezuela termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia".
Y agregó: "No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto y es indiferente ante el exilio más grande del mundo solo comparable con el de Siria producto de una guerra".
El presidente chileno tomó en la región un papel de liderazgo y firmeza frente a Maduro que Lula da Silva no supo asumir. Por no abandonar a su aliado, dilató definirse sobre el fraude electoral y en unas negociaciones - en las que estuvo también el presidente Gustavo Petro de Colombia - llegó a proponer realizar una nueva votación.
Junto a Boric, también el mandatario Luis Lacalle Pou de Uruguay fue categórico en rechazar lo que dijo la justicia bolivariana.
Panamá, por su parte, ya pidió otra reunión extraordinaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Otros países, como la Argentina o los Estados Unidos, reconocen como ganador a González Urrutia. La Unión Europea sigue demandando claridad a la vez de rechazar esta ratificación de Maduro por parte de la Justicia.
Por el nivel de aliados, se define la calidad del régimen de Maduro: Nicaragua y Cuba fueron los dos países que primero salieron a felicitar el triunfo de Maduro ratificado por la justicia chavista.
