La investigación sobre el hundimiento del yate "Bayesian" tuvo un giro inesperado. En el naufragio murieron 7 de los 22 ocupantes de la embarcación. James Cutfield, el capitán habría jugado un papel clave en la tragedia.
El capitán del yate Bayesian y la investigación para saber cómo fue que se hundió. (foto: A24.com)
El hundimiento del "Bayasian", frente a la costa siciliana y por el que murieron 7 personas tiene una derivación judicial inesperada. La fiscalía tiene en la mira al comandante del yate. El neozelandés James Cutfield hizo una primera declaración durante dos horas y será interrogado nuevamente.
Antes, la fiscalía quiere tener los resultados de las autopsias de los 7 cuerpos, especialmente de los 6 que quedaron atrapados en el interior del casco del yate, a 50 metros de profundidad.
La fiscalía de Sicilia investiga si hubo descuidos, errores o negligencia del capitán del yate en el manejo de las tareas ante la tromba marina que hundió al yate. Especialmente si hubo faltas trágicas como dejar escotillas o ventanas durante la madrugada y no reaccionar ante la tormenta sin precedentes. Por ello, puede ser acusado de ser responsable de homicidio culposo o involuntario en 7 oportunidades.
Ya terminaron las urgencias del rescate que llevó casi toda la semana pasada. La labor de los equipos italianos de los buzos permitió salvar a 15 personas de los 22 ocupantes del Bayesian. Lamentablemente, 7 perdieron la vida. Uno de los tripulantes, fue hallado sin vida el primer día, en plena tormenta. A los otros 6, los hallaron con el paso de las jornadas. Todos ellos habían quedado atrapados en el interior del casco del yate de lujo, a 50 metros de profundidad.
Ahora la justicia se plantea la posibilidad de reflotarlo. Para investigar el casco - que está casi indemne y buscar datos en la pericia para determinar qué fue lo que sucedió y si hay responsabilidades en la tragedia.
En ese punto, el papel del capitán, el neozelandés Justin Cutfield, es uno de los objetivos centrales. Mas allá de las distancias y dimensiones, se dijo que este yate era como el Titanic. No podía hundirse y corrió la misma suerte. Hasta tardaron casi el mismo tiempo en hundirse: poco más de una hora.
Los buzos que bajaron a 50 metros de profundidad - ayudados por robots submarinos y sus cámaras, vieron primeramente, varios elementos que pueden comprometer al capitán y su tripulación. Había escotillas y ventanas abiertas. En plena tromba marina, es fácil entender que el agua ingresó masivamente al interior de la embarcación y la hizo hundirse.
Lo que la justicia investiga es cómo se produjo la secuencia que terminó en esta tragedia. Desde el momento hasta que se desata la tromba marina hasta que el Bayesian terminó a 50 metros bajo la superficie.
Esta pregunta es clave y ya la tuvo que responder Justin Cutfield. Estuvo respondiendo durante dos horas ante la fiscalía y volverá a hacerlo próximamente. Antes de volver a interrogarlo, esperan tener el resultado de las autopsias.
Pero son varios los elementos y maniobras que debió haber ordenado el capitán y realizado la tripulación
Considerado el más alto de todos los yates del mundo, ayudaba para la navegación, pero si no se tomaron con los cabos y velas las medidas necesarias para que no quedaran a merced del viento y la lluvia, pudieron tener un grave efecto para la estabilidad del yate.
La nave tenía una quilla que se podía ajustar en su calado. Cuánto más se desplegaba, más bajaba el centro de gravedad del Bayesian y hacerlo más estable. Por el contrario, si estaba replegada dentro del casco, en medio de la tormenta, el yate carecía de una ayuda imprescindible para mantenerse a flote.
Los compartimentos de los yates, no importan sus dimensiones, deben poder sellarse herméticamente, para soportar marejadas o tormentas. Pero la tromba marina se desató en la madrugada. Estaban durmiendo en una noche cálida de verano. Pueden haber dejado ventanas, escotillas y puertas para tener mejor ventilación. Cuándo comenzó la tromba los sorprendió en pleno descanso y no alcanzaron a cerrar todos los accesos. El agua, hizo su trabajo para la tragedia.
Pero en este caso, los pasajeros no tienen responsabilidad. En cambio el capitán y la tripulación están complicados. Alguién debió quedar como vigía o de guardia y dar la voz de alerta ante el temporal. Habría sido suficiente para actuar a tiempo, pero eso no pasó.
Estas son las principales dudas que quiere disipar la fiscalía siciliana. La fiscalía de Termini Imerese (en dónde se realiza la pesquisa) va a confrontar sus dichos con los del resto de la tripulación y los propios pasajeros, que ya declararon en algunos casos. Lo que más sorprendió es por que se hundió tan rápido el yate y cómo fue que no pudieran salir 6 personas de sus camarotes. ¿Nadie fue a buscarlos?¿No hubo gritos de alerta o sirenas que avisaran?.
El capitan Cutfield volverá a enfrentar el cuestionario de los fiscales, pero para entonces, ya tendrán una idea más acabada de lo sucedido y su responsabilidad. Puede ser acusado y llevado a juicio por homicidio culposo en 7 casos.
