El premio Nobel de Literatura 2025 fue otorgado al escritor húngaro László Krasznahorkai. Según el comité del Nobel, Krasznahorkai fue reconocido “por su obra convincente y visionaria que da voz a las personas en tiempos de trauma”.
El premio de Literatura es de los más esperados de todos los que concede el Instituto Karolinska y el comité Nobel. Es el que más interés despierta junto con el de la Paz.
El premio Nobel de Literatura 2025 fue otorgado al escritor húngaro László Krasznahorkai. Según el comité del Nobel, Krasznahorkai fue reconocido “por su obra convincente y visionaria que da voz a las personas en tiempos de trauma”.
En otras palabras, se premió su capacidad para explorar con profundidad literaria aspectos existenciales oscuros, la condición humana en medio de crisis, y el estilo particular que ha desarrollado a lo largo de su carrera.
El premio también puede verse como un reconocimiento a un literato que ha escrito desde su propia vida, con Hungría saliendo de la cortina de hierro, sobre los padecimientos de los conflictos graves. En un momento en que la humanidad no logra una solución para la guerra de Rusia y Ucrania, que lleva ya tres años y medio, y este acuerdo, entre Israel y Hamas, para su propio conflicto de dos años de duración.
El laureado con el Nobel de Literatura nació en 1954 en Gyula, Hungría, en plena Guerra Fría. Es novelista y guionista, conocido por escribir obras densas, de estilo exigente, con prosa extensa y tonos melancólicos y apocalípticos. Algunas de sus obras más conocidas son Sátántangó (1985) y The Melancholy of Resistance (1989).
Incluso Sátántangó fue adaptada a una película de siete horas dirigida por Béla Tarr, con quien Krasznahorkai tuvo una estrecha colaboración artística.
Aunque los detalles completos del jurado no suelen difundirse ampliamente, el anuncio oficial destaca que el Nobel 2025 premia una obra que:
Se caracteriza por su voz “visionaria” en medio de tiempos traumáticos, es decir, que aborda los momentos de colapso, crisis social o existencial con fuerza literaria.
Da voz a los seres humanos que enfrentan esas crisis: su literatura no solo describe el deterioro o la decadencia, sino que implica testimonio, experiencia interior y resistencia simbólica.
Su estilo narrativo -muy exigente, complejo, con fraseo largo, atmósferas densas-fue valorado como capaz de expandir los límites de la ficción contemporánea. Varios críticos han subrayado cómo su prosa combina influencias literarias (Kafka, Beckett, Joyce) con una sensibilidad particular para el desarraigo, la melancolía y el colapso social.
En el comunicado oficial de la Academia Sueca, el premio Nobel de Literatura 2025 le fue otorgado a László Krasznahorkai “por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”. Se destaca que su mirada artística “está completamente libre de ilusión y ve la fragilidad del orden social combinada con su creencia inquebrantable en el poder del arte.”
Es decir, la academia lo ve como alguien que explora el colapso social, los momentos de crisis o catástrofe, pero que no cae en nihilismo absoluto: su literatura reafirma que el arte tiene sentido incluso en escenarios oscuros.
Además, se valora la forma: su prosa densa, de oraciones extensas, que alternan tonos solemnes, insólitos, desolados, es vista como un desafío estilístico y una manera de capturar estados extremos de conciencia. Tal vez, por la influencia de lo que vivió en la Hungría en los tiempos de la Guerra Fría y su particular desarrollo de esta "literatura del trauma".
En círculos literarios internacionales, Krasznahorkai ha sido llamado “el maestro contemporáneo húngaro del apocalipsis".
También se menciona que su visión universal rivaliza con la de autores como Melville, gracias a su capacidad para conectar lo local -la pequeña comunidad, el colapso interior- con temas universales de caídas, pérdidas y resistencia.
Como dijimos, es el segundo húngaro en ganar este premio, después de Imre Kertész, quien lo obtuvo en 2002.
La distinción trae el premio económico de casi 1.200.000 dólares. Este viernes se entregará el premio Nobel de la Paz. Al que Donald Trump se autopostuló muchas veces.