De acuerdo con el testimonio de otros estudiantes, la mujer aprovechaba los recreos para realizar los robos. En ocasiones, incluso inventaba excusas para enviar a quienes quedaban en el aula hacia Secretaría y quedarse sola.
Ese mismo jueves por la noche, las estudiantes presentaron la denuncia junto con el material fílmico, que fue secuestrado por la policía y entregado al fiscal a cargo de la investigación, Jorge Gamal Taleb.
La respuesta de la institución
El caso generó un fuerte impacto en la comunidad educativa de Victoria. Ante la repercusión del video, la Escuela Normal emitió un comunicado en el que aseguró que se adoptaron “de manera inmediata las intervenciones y medidas pertinentes en el marco de la potestad disciplinaria, conforme a la normativa vigente”.
El texto remarcó que se trató de un “hecho aislado”, que no representa el compromiso de la mayoría de los docentes. “Con responsabilidad, vocación y esfuerzo, honran la misión docente y promueven una formación de calidad, sostenida en el compromiso con la mejora continua”, sostuvo el comunicado oficial.
La docente quedó imputada y será indagada en las próximas horas. La fiscalía evalúa los cargos que le podrían corresponder, en base a los videos y las declaraciones ya presentadas.
Otro antecedente reciente: una docente condenada en Santa Fe
Este caso recuerda a otro episodio que también generó fuerte repudio en la opinión pública este año, pero en la provincia de Santa Fe. Allí, una docente fue condenada por abandono de persona y privación ilegítima de la libertad tras dejar encerrados a tres niños en una ludoteca de la ciudad de San Lorenzo.
La mujer, identificada como Aldana Ansaldi, tenía 36 años y era terapeuta. Según la investigación del fiscal Maximiliano Nicosia Herrero, se retiró del establecimiento “¿Y tu Quique?” dejando a los menores —dos de ellos con autismo y otro con síndrome de Down— solos y sin supervisión durante 45 minutos. Las puertas estaban cerradas con llave, lo que les impidió salir.
El hecho ocurrió en enero y fueron los padres de los niños quienes advirtieron la situación. Al no recibir respuesta, ingresaron a la ludoteca con una barreta y encontraron a sus hijos solos.
La Justicia santafesina actuó con rapidez y, en marzo, dictó una condena de dos años de prisión en suspenso y la inhabilitación para ejercer la docencia por tres años. Durante el juicio abreviado, Ansaldi admitió los hechos.
La repercusión social
Ambos episodios ponen en debate la necesidad de reforzar los mecanismos de control y evaluación dentro del sistema educativo. Mientras la mayoría de los docentes construyen su labor con esfuerzo y compromiso, estos casos aislados ensombrecen la confianza de familias y estudiantes.
El caso de Victoria, que salió a la luz por la valentía de las alumnas en registrar la situación, abrió un debate sobre la importancia de denunciar y sobre el rol de la Justicia en acelerar las respuestas frente a situaciones graves dentro de las instituciones educativas.