El abogado de la familia, Juan Pablo Gallego, expresó su malestar sobre las deficiencias en los operativos: “Hay procedimientos que debieron ejecutarse antes de llegar a estas conclusiones. El rastrillaje y la búsqueda acuática bajo la dirección de SIFEBU no se llevaron a cabo de manera adecuada”. Según explicó, estos protocolos incluyen inspecciones meticulosas en áreas acuáticas, lo que, de haberse realizado correctamente, podría haber arrojado datos relevantes.
Además, el letrado mencionó que la jueza Pozzer Penzo reconoció que los primeros operativos en estas zonas no cumplieron con los estándares necesarios. Esto deja abierta la posibilidad de que uno de los próximos pasos sea vaciar una de las lagunas señaladas, ubicada dentro de una propiedad vinculada a dos de los principales detenidos en la causa: la exfuncionaria municipal María Victoria Caillava y el excapitán de navío Carlos Pérez.
El caso toma un giro más oscuro al centrarse en los implicados detenidos. Carlos Pérez, quien ha sido señalado como una figura clave en la investigación, se encuentra actualmente bajo arresto. De acuerdo con el abogado de la familia, Pérez fue objeto de peritajes forenses y técnicos que revelaron aspectos inquietantes de su perfil psicológico y digital. En declaraciones al programa radial Poco Correctos, el abogado aseguró que Pérez podría tener una inclinación “sexual hacia menores”, un dato que lo coloca bajo un escrutinio aún mayor.
Pérez, quien hasta ahora ha mantenido silencio, también ha mostrado un deterioro significativo de su salud durante su estadía en prisión. Sin embargo, esto no ha impedido que las autoridades realicen una revisión detallada de sus dispositivos electrónicos. Según el abogado, la evidencia digital obtenida de estos aparatos podría ser clave para avanzar en el caso.
El terreno que alberga una de las lagunas prioritarias en la búsqueda pertenece a los mencionados Caillava y Pérez. Estas áreas no solo son de interés por su conexión con los detenidos, sino porque se considera que podrían ocultar pruebas físicas o restos vinculados a la desaparición de Loan. Gallego destacó que los protocolos de búsqueda acuática de SIFEBU, si se aplican correctamente, podrían marcar un antes y un después en el caso.
El operativo en estas lagunas no es simplemente cuestión de vaciar el agua y rastrear; implica una metodología minuciosa que incluye el uso de equipos especializados para detectar cualquier anomalía en el fondo. Si bien no se ha confirmado cuándo se llevaría a cabo esta operación, es un paso que la familia de Loan y sus representantes legales consideran indispensable.
Los avances en tecnología forense han jugado un papel esencial en la recopilación de pruebas contra Pérez. El análisis de su teléfono móvil y otros dispositivos electrónicos no solo busca mensajes o archivos sospechosos, sino que también incluye el rastreo de geolocalización y la recuperación de datos eliminados. Según fuentes cercanas al caso, este tipo de evidencia puede ser decisiva para establecer un vínculo directo entre el detenido y la desaparición de Loan Peña.
Además, el abogado mencionó que se realizaron estudios sobre la personalidad de Pérez, lo que permitió identificar patrones de comportamiento que podrían coincidir con el perfil de alguien involucrado en un caso como este.
La desaparición de Loan Peña no solo ha movilizado a las autoridades, sino también a la opinión pública. Cada nuevo dato o hipótesis genera un impacto significativo en los medios, lo que ha mantenido el caso en el centro de la atención nacional. La familia del niño, mientras tanto, sigue exigiendo justicia y respuestas claras ante una situación que, hasta ahora, está llena de incertidumbre.
En este contexto, los esfuerzos por corregir los errores iniciales y explorar nuevas líneas de investigación se vuelven cruciales. Tanto la hipótesis de los peritos como el análisis de los dispositivos de los detenidos ofrecen un rayo de esperanza en un caso que ha permanecido estancado durante demasiado tiempo.