Pero los planes cambiaron: el hombre le pidió a Lara que fueran al boliche Staff, en avenida Rivadavia al 7100, un punto habitual de encuentro de jóvenes.
Una relación que se extendió en los días previos al crimen
De acuerdo a nuevos testimonios incorporados a la causa, no fue la única vez que la adolescente se vio con el sospechoso. En otra ocasión, fue con su amiga Morena Verdi hasta un local de comidas rápidas en Flores, donde “Pequeño J” las invitó a comer.
Según contaron testigos, les regaló 200 dólares y “no les tocó un pelo”. Sin embargo, los acercamientos continuaron: una semana antes del asesinato, le obsequió un oso de peluche y un perfume a la menor. El último contacto habría ocurrido el viernes 19 de septiembre, cuando desaparecieron las tres jóvenes.
Las víctimas subieron ese día, por su propia voluntad, a una Chevrolet Tracker blanca en la rotonda de La Tablada. Creían que se dirigían a una fiesta en Flores, pero fueron llevadas a una vivienda en Florencio Varela, donde las torturaron y asesinaron.
Cinco días después, el 24 de septiembre, sus cuerpos fueron hallados enterrados en una fosa cavada en el jardín de la casa.
Las pericias confirmaron que la camioneta usada tenía patente falsa y había sido robada en Dock Sud, mientras que otro vehículo, un Volkswagen Fox, también participó en el traslado.
Por el caso ya hay siete detenidos, entre ellos Magalí Celeste González Guerrero (28), Andrés Parra (18), Iara Ibarra (19) y Miguel Villanueva Silva (27), alojados en el penal de Melchor Romero.
Las capturas internacionales
Con la investigación avanzando a paso firme, la Policía y la Interpol lograron detener en el extranjero a los cabecillas.
El martes pasado, Matías Agustín Ozorio, mano derecha de “Pequeño J”, fue capturado en Lima, Perú, y entregado a las autoridades argentinas.
Ese mismo día, el propio “Pequeño J” cayó en Pucusana, al sur de Lima, cuando se dirigía a encontrarse con Ozorio en una plaza del distrito Los Olivos.
Actualmente, el presunto narco permanece detenido en la cárcel de Cañete, a 144 kilómetros de Lima, donde cumplirá nueve meses de prisión preventiva, aunque su extradición podría concretarse en menos de 60 días.
Mientras tanto, la Justicia argentina analiza nuevas pruebas, entre ellas la fotografía ahora revelada, que podría ser clave para reconstruir cómo se gestó la relación entre víctima y victimario y el entramado del triple femicidio que conmociona al país.